Medio Oriente - Asia - Africa
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Fuentes gubernamentales británicas confirman que se acerca la guerra contra Irán
Nafeez Mosaddeq Ahmed
Llamado a la acción de la redacción de Axis of Logic: Nos fue
difícil tomar la decisión de reproducir este artículo porque no queremos formar
parte de la propaganda del imperio corporativo global para llevar al borde de la
guerra con sus repetidas amenazas de un ataque contra el pueblo de Irán. Sin
embargo, decidimos publicarlo por las siguientes razones:
1. La obvia determinación unilateral del imperio de ir a la guerra de recursos
con el objetivo a largo plazo de desestabilizar todo Oriente Próximo.
2. La falta de toda señal de limitación o de objetivos de guerra a corto plazo
por parte de EE.UU., Israel y Gran Bretaña.
3. La inclemencia y la brutalidad de las guerras contra Afganistán, Iraq,
Palestina y ahora, Líbano.
4. El hecho de que el movimiento de tropas y de la maquinaria bélica es uno de
los mayores costes económicos para EE.UU. al ir a la guerra en Oriente Próximo.
EE.UU. ya tiene sus soldados y su maquinaria bélica en Iraq vecino de Irán.
5. El conocido plan a largo plazo para Irán expresado por primera vez en público
cuando George W. Bush designó a Irán como miembro del "Eje del Mal" en su
discurso sobre el Estado de la Unión de 29 de enero de 2002.
El verdadero Eje del Mal: EE.UU., Israel y Gran Bretaña se "juega el todo por el
todo". Han tomado su decisión y lo hemos visto en sus invasiones de Afganistán,
Iraq y Líbano. Todos los indicadores lo señalan en su caso, y no hay vuelta
atrás. Si hay algo en este lío global que hay que ver claramente es: No tratamos
con gente sana, razonable, en los círculos dirigentes de la clase gobernante.
Han mostrado toda la sintomática del antisocial clásico. Toda la gente sana y
verdaderamente civilizada del mundo debe ponerse de pie y tomar posición.
No se detendrán si no los contenemos.
¡No queda sitio en nuestras vidas para la timidez y la cobardía! Únete a la
revolución contra la guerra con las organizaciones locales contra la guerra en
tu comunidad. ¡Di No a la guerra contra Irán! ¡Di NO a sanciones contra Irán!
¡Di NO a otro ataque no provocado contra otra nación soberana! ¡Ya basta!
Consejo de Redacción de Axis of Logic
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Nafeez Mosaddeq Ahmed – On-line Journal – 24 de julio de 2006
En los últimos días, una fuente creíble e informada me informó que un ex alto
ministro del gobierno laborista, que todavía está bien relacionado con
funcionarios militares y de la seguridad británicos, confirma que Gran Bretaña y
EE.UU. "… irán a la guerra contra Irán antes de fines de año."
Como ahora sabemos como resultado de informaciones similares antes de la
invasión de Iraq, es bastante posible que la planificación de la guerra pueda
cambiar repetidamente, y puede ser que la guerra sea pospuesta una vez más. En
todo caso, vale la pena señalar que la información de un antiguo ministro
laborista confirma los análisis de expertos que sugieren que Israel, con apoyo
de EE.UU. y Gran Bretaña, escala deliberadamente el ciclo de represalias para
legitimar el inminente ataque a Irán antes de fines de año. Recordemos, por
ejemplo, las afirmaciones del vicepresidente de EE.UU., Cheney, registradas por
MSNBC hace más de un año. Describió a Irán como "colocado en la punta
misma de la lista" de "estados delincuentes". Continuó diciendo: "Una de las
preocupaciones que la gente tiene es que Israel pueda hacerlo sin que se le
pida… Considerando que Irán tiene una política declarada de que su objetivo es
la destrucción de Israel, es perfectamente posible que los israelíes decidan
actuar primero, y dejar que el resto del mundo se preocupe de arreglar
posteriormente el lío diplomático."
Pero el énfasis en el papel preeminente de Israel en un posible ataque contra
Irán no es adecuado. Israel preferiría tener el papel de un fuerza regional
delegada en una campaña dirigida por EE.UU. "A pesar de la situación en
deterioro de la seguridad en Iraq, la administración Bush no ha reconsiderado su
objetivo político básico a largo plazo en Oriente Próximo… "informa Seymour
Hersh. Cita a un antiguo funcionario a alto nivel de los servicios de
inteligencia de EE.UU.:
"Ésta es una guerra contra el terrorismo, e Iraq es sólo una campaña. El
gobierno Bush ve esto como una inmensa zona de guerra. Lo próximo será que
tendremos la campaña iraní. Hemos declarado la guerra y los tipos malos,
dondequiera estén, son el enemigo. Es el último hurra – nos quedan cuatro años,
y queremos salir de esto diciendo que ganamos la guerra contra el terrorismo."
¿Son sólo las quimeras fanáticas de la facción neoconservadora que actualmente
ocupa (literalmente) la Casa Blanca?
Por desgracia no es así. La Guerra de Iraq fue una quimera fanática semejante a
fines de los años noventa, rumiada ávidamente por funcionarios del gobierno Bush
mientras estaban activa y directamente involucrados en el Proyecto por un Nuevo
Siglo Estadounidense. Pero esa quimera en particular es ahora una terrible y
penosa realidad para el pueblo iraquí. A pesar de los flagrantes fracasos de los
esfuerzos de EE.UU. en ese país, parece existir una seria incapacidad de
reconocer la futilidad del intento de hacer lo mismo en Irán.
El Instituto Monterey de Estudios Internacionales mostró hace ya casi dos años
en un detallado análisis que las consecuencias probables de un ataque contra
Irán por EE.UU., Israel o ambos, sería una conflagración regional que podría
convertirse rápidamente en nuclear, y salirse de control. Los planificadores
estadounidenses e israelíes indudablemente se dan cuenta de lo que sucedería.
Una catástrofe semejante tendría ramificaciones irreversibles para la economía
política global. La seguridad energética se desintegraría, precipitando la
activación de antiguos planes de emergencia para invadir y ocupar todas las
principales áreas ricas en recursos de Oriente Próximo y otros sitios (vea mi
libro, publicado por Clairview, "Behind the War on Terror", para encontrar
referencias y una discusión del tema). Una acción semejante podría provocar
reacciones de otras potencias importantes con intereses fundamentales en
mantener su propio acceso a suministros regionales de energía, como Rusia y
particularmente China que tiene inmensos intereses en Irán. Al mismo tiempo, se
debilitaría seriamente la economía del dólar, la que enfrentaría con gran
probabilidad un colapso inminente en el contexto de crisis semejantes.
Esto provoca preguntas pertinentes sobre por qué Gran Bretaña, EE.UU. e Israel
consideran un guión semejante como una manera viable de asegurar sus intereses.
Un esbozo de una respuesta sería que la geoestrategia militar de la "Guerra
contra el Terror" posterior al 11-S no resulta de una posición de poder, sino
más bien de todo lo contrario. El sistema global se derrumba desde hace ya
varios años bajo el peso de su propia insostenibilidad, y nos acercamos
rápidamente a la convergencia de múltiples crisis que ya interactúan fatalmente
mientras escribo estas líneas.
El pico de la producción mundial de petróleo, como lo sabe perfectamente el
gobierno Bush, acaba de ocurrir, o está muy cerca de hacerlo. Es un
acontecimiento cardinal que señala, a efectos prácticos, el fin de la Era del
Petróleo, con una escalada de la demanda que impone una presión creciente sobre
suministros en disminución. La mitad de las reservas de petróleo del mundo están
más o menos agotadas, lo que significa que la extracción convencional de
petróleo se hará cada vez más difícil tecnológica y geofísicamente.
La semana pasada sostuve una conversación con algunos científicos del Instituto
Omega en Brighton, dirigida por mi colega y amigo Graham Ennis, que me dijo
elocuente y enérgicamente lo que ya sabía, que mientras podemos o no haber
sobrepasado varios tipping points [puntos de quiebre], tenemos entre unos
10-15 años antes de que el punto de quiebre haya sido roto cierta e
irreversiblemente. El paso de ese punto significa que caeremos de cabeza en una
"catástrofe climática" de envergadura. En medio de ese amenazante Apocalipsis de
la Naturaleza, la propia economía denominada en dólares se ha estado balanceando
al borde de un colapso acelerado durante los últimos siete años o más. No es una
especulación vacía. Un analista financiero tan experimentado como Paul Volcker,
el predecesor inmediato de Alan Greenspan como jefe de la Reserva Federal,
confesó recientemente "que pensaba que había una probabilidad de un 75% de una
crisis monetaria en EE.UU. dentro de cinco años."
Parece haber habido un cálculo frío a niveles superiores dentro de los círculos
dirigentes de decisión política anglo-estadounidenses de que el sistema se
muere, pero que los últimos medios restantes de sostenerlo residen en una
solución fundamentalmente militar hecha para reconfigurar y rehabilitar el
sistema para que continúe cumpliendo con los requerimientos de los circuitos
entrelazados del poder y los beneficios militares y corporativos.
El altamente respetado denunciante estadounidense, ex analista estratégico de
RAND, Daniel Ellsberg, que fue Asistente Especial del Secretario Adjunto de
Defensa durante el conflicto de Vietnam y que se hizo famoso al filtrar los
Papeles del Pentágono, ya advirtió de sus temores de que en el evento de "otro
11-S o de una guerra de importancia en Oriente Próximo que incluya un ataque de
EE.UU. contra Irán, no tengo dudas de que habrá, el día después o dentro de
algunos días, un equivalente de un decreto del incendio del Reichstag que
incluya detenciones masivas en este país, campos de detención para nativos de
Oriente Próximo y su cuota de ‘simpatizantes’, críticos de la política del
presidente y esencialmente la eliminación de la Declaración de Derechos."
¿Así que de eso se trata en toda la legislación de "preparación de emergencia",
aquí en el Reino Unido así como en EE.UU. y en Europa? Los planes de EE.UU. son
suficientemente malos, como señala Ellsberg, pero los planes del Reino Unido no
son mucho mejores, llevando a The Guardian a describir la Ley de
Contingencias Civiles (aprobada como Ley en 2004) como "la mayor amenaza para
las libertades cívicas que parlamento alguno jamás pueda llegar a considerar."
Mientras las crisis globales convergen en los próximos años, nosotros, el
pueblo, nos vemos ante una oportunidad sin precedentes de utilizar la creciente
conciencia de la inhumanidad inherente y de la destructividad exhaustiva del
sistema imperial global para establecer formas de vida nuevas, viables,
sostenibles y humanas.
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Nafeez Mosaddeq Ahmed es autor de "The London Bombings: An Independent Inquiry"
(Londres : Duckworth, 2006). Da cursos en Relaciones Internacionales en la
Escuela de Ciencias Sociales y Estudios Culturales, Universidad de Sussex,
Brighton, en la que hace su doctorado en el estudio del imperialismo y el
genocidio. Desde el
11-S, ha escrito otros tres libros revelando la realpolitik tras la retórica de
la "Guerra contra el Terror": "The War on Freedom", "Behind the War on Terror" y
"The War on Truth".
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