Medio Oriente - Asia - Africa
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Las agencias de prensa occidentales se pliegan a la censura militar israelí
A pedido del coronel Sima Vaknin-Gil, jefe de la censura
militar israelí, la prensa occidental aceptó hacerse eco de una versión mutilada
de lo ocurrido durante los últimos días en el Medio Oriente
Veamos los hechos. El movimiento Hezbollah viene exigiendo desde hace años la
liberación de prisioneros detenidos en Israel, como Samir el Kantar –encarcelado
desde 1978–, Nasim Nisr y Yahia Skaff –encarcelado este último desde 1982.
Hezbollah anunció en numerosas ocasiones que todo soldado israelí que penetrara
en territorio libanés sería hecho prisionero con vistas a un intercambio. De
forma totalmente deliberada, el ejército israelí introdujo un comando en la
región libanesa de Aita al Chaab donde los soldados fueron atacados por
Hezbollah que capturó a dos de ellos. Israel fingió entonces ser el agredido y
desencadenó el ataque contra el territorio libanés. El movimiento Hezbollah, que
venía preparándose para enfrentar una agresión israelí que todos consideraban ya
inminente luego de la retirada siria, disparó cohetes de alcance medio contra
Israel.
Según el derecho internacional, el ejército israelí violó la soberanía del
territorio libanés (cosa que acostumbra a hacer por vía aérea y marítima). Por
su lado, el Hezbollah hizo justicia por sí mismo en lugar de un Estado libanés
que no ha sido nunca completamente restablecido desde la guerra civil y la
ocupación israelí.
Cediendo a la presión de la censura militar israelí, las agencias de prensa y
los medios de difusión que mantienen periodistas acreditados en Israel
renunciaron a informar a sus lectores sobre el lugar donde fueron capturados los
soldados israelíes. No mintieron, pero se abstuvieron de decir la verdad.
La mayoría de los periodistas utilizan el término «secuestro» para calificar la
captura de los soldados israelíes. Afirman que su intención es subrayar que el
Hezbollah no es un ejército regular. Los oficiales israelíes también utilizan la
palabra «secuestro», pero lo hacen para realzar el derecho que se arrogan para
penetrar en territorio libanés. Al evitar toda aclaración en ese sentido, los
medios occidentales otorgan validez a un discurso propagandístico.
Arrastrados por esa lógica, nuestros colegas periodistas aceptan también otro
principio, el de no informar de las acciones de Hamas o de Hezbollah contra
objetivos militares israelíes. Resultado: el público occidental solamente recibe
información sobre los daños colaterales en Israel y las víctimas civiles
israelíes mientras que, cuando se habla del Líbano, solamente se mencionan los
golpes estratégicos del ejército israelí. Todo eso crea la impresión de que «los
árabes» son al mismo tiempo crueles (porque matan civiles) e incapaces (porque
no logran dañar los objetivos militares israelíes) y que el resultado de la
guerra está decidida de antemano.
En lo que a nosotros concierno, nos negamos a ponernos del lado de los voceros
del ejército israelí. Es por eso que la censura militar israelí le negó la
acreditación correspondiente a nuestra enviada especial en el Medio Oriente,
Silvia Cattori, y le prohibió moverse dentro del país y reunirse con testigos de
los hechos. A pesar de ello, la Red Voltaire continuará su trabajo informativo
gracias a sus numerosos contactos en la zona.
Fuente: lafogata.org