Ginebra, 21 de julio. Chipre dijo este viernes que se "hunde" por los miles de evacuados que huyeron de los bombardeos israelíes en Líbano y que, según informó en Ginebra la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, llegan ya a las 60 mil personas. Mientras, Alemania exigió una tregua y rechazó participar en una fuerza de interposición, al tiempo que se realizaron protestas contra Israel en Irak, Egipto y Brasil.

El ministro del Exterior grecochipriota, Girogos Lillikas, dijo que su país, que tiene una población de apenas un millón de personas, enfrenta dificultades extremas para afrontar la crisis de los refugiados en el punto máximo de la temporada turística. Por ello, llamó a otros países de la Unión Europea (UE) a compartir el problema.

El gobierno de la canciller federal alemana Angela Merkel exigió nuevamente un alto del fuego en Medio Oriente. Según el portavoz del gobierno alemán, Ulrich Wilhelm, las condiciones para dicha tregua deben ser la liberación de los soldados secuestrados, el final del lanzamiento de misiles contra Israel y la retirada de las tropas israelíes de la franja de Gaza.

Además, el ministro de Defensa alemán, Franz Joseph Jung, se manifestó contrario a una participación en una fuerza de interposición internacional en Líbano.

El presidente de Francia, Jacques Chirac, pidió a la UE que asigne un mandato a su máximo representante diplomático, Javier Solana, para que establezca las condiciones para un cese de hostilidades, informó el Palacio del Elíseo en París.

Según la oficina de la presidencia francesa, Chirac presentó su propuesta al primer ministro de Finlandia y actual presidente en turno de la UE, Martti Vanhanen, y al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

De su lado, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Philippe Douste-Blazy, estimó que "la situación se degradó considerablemente" en Líbano y previno que podía producirse "una catástrofe".

El Ejecutivo español condenó la "violencia de ambas partes", luego de haber sido blanco el jueves anterior de fuertes críticas de la oposición de derecha respecto de su dura posición frente a la ofensiva israelí, afirmó la vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien anunció que el gobierno socialista enviará 2 millones de euros de ayuda humanitaria a Líbano.

Por su parte, la Casa Blanca defendió su respuesta a la crisis, al señalar que "los críticos están equivocados. Estados Unidos ha estado comprometido activamente en el frente diplomático desde el comienzo", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow.

En tanto, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva denunció hoy la irresponsabilidad de los dos lados en el conflicto en Líbano, que ha provocado la muerte de siete brasileños y una operación masiva de evacuación tras los ataques israelíes.

El presidente de Cuba, Fidel Castro, condenó desde Argentina la violencia y criticó al primer ministro de Israel, Ehud Olmert, por haber ordenado los ataques en Gaza y el sur del Líbano, y dijo que "es peor que (Ariel) Sharon".

El ex presidente iraní Akbar Hashemi Rafsanjani afirmó que la crisis en Líbano es un "plan maligno" de Estados Unidos e Israel. Los chiítas iraquíes se manifestaron durante la oración semanal en solidaridad con sus pares libaneses en Bagdad y Kufa, así como en El Cairo y en Sao Paulo.