El miedo a quedarse empantanados en Líbano, donde centenares de
soldados israelíes han muerto desde que invadieron el país vecino en 1982, frena
el lanzamiento de una ofensiva terrestre de Israel contra el Hizbollah, según
militares.
La posibilidad de ejecutar una ofensiva terrestre
es abordada a diario en las reuniones del Estado Mayor, del ministerio de
Defensa y del gabinete de seguridad. Pero, hasta ahora, Israel no se ha decidido
a dar el paso y el ministro de Defensa, Amir Peretz, ha dejado claro que su país
no tiene "ninguna intención de volver al pantano libanés".
Tan sólo se han autorizado breves y escasas
incursiones de tanques blindados, desde el inicio de la ofensiva israelí contra
Líbano el 12 de julio, la más importante desde la invasión de 1982, según un
portavoz militar.
"La concepción del ejército desde la salida de
Líbano en el 2000 y la retirada de Gaza (en el 2005) ha cambiado", estima un
responsable militar.
"Esta concepción es ahora más defensiva y menos agresiva sobre el terreno y da
prioridad a los ataques aéreos".
Esta estrategia quedó ilustrada cuando,
recientemente, el jefe del Estado Mayor, Dan Halutz, señaló que "una ofensiva
terrestre no es necesaria para finalizar las operaciones en Líbano contra
Hizbollah". Así, la idea es "destruir metódicamente" todas las posiciones del
partido chiíta cercanas a la frontera con Israel, según altos responsables
militares.
"Estos días, varias fuerzas terrestres reducidas
operan en Líbano sur.
Pasamos de búnker en búnker y los arrasamos con el fin de crear una 'zona de
fuego' de un kilómetro de profundidad, que quedará vacía de la presencia del
Hizbollah", explican. Sin embargo, la milicia chiíta afirma que podría continuar
bombardeando Israel "durante meses", y aseguró que los ataques israelíes contra
varios camiones no lograron cortar sus fuentes de abastecimiento de armas en
Líbano sur. "Continuamos los disparos de cohetes contra Israel de forma
estudiada a fin de poder utilizar nuestro arsenal de cohetes durante muchos
meses, y no días o semanas", afirmó Mahmud Qomati, miembro del consejo político
de Hizbollah. De esta forma respondía al gabinete israelí, que decidió continuar
sus ofensivas en Líbano y en la franja de Gaza "sin límite de tiempo".
Qomati aseguró que la guerra de Israel contra
Líbano "no logró sus objetivos". "Israel no pudo tocar ni un lanzacohetes ni a
uno solo de nuestros dirigentes", aseguró. Desde el 12 de julio, los cohetes
lanzados por el Hizbollah desde Líbano han matado a 15 civiles israelíes.