Medio Oriente - Asia - Africa
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El castigo colectivo no funcionará
Eugene Bird
Consejo por el Interés Nacional
Traducido para Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad
lingüística, por Carlos Sanchis
Como de costumbre, la mayoría de la prensa estadounidense ha seguido la línea
oficial de Israel y Washington de que el secuestro de un soldado israelí hace
una semana lo fue sin provocación. El hecho es que el asesinato de un
funcionario gubernamental de Hamas fue la causa inmediata del secuestro. El
funcionario asesinado, Jamal Abu Samhadana, era el jefe de los Comités de
Resistencia Popular, una organización en la lista terrorista de los Estados
Unidos e Israel. Fue llevado, al parecer, al Ministerio Interior dirigido por
Hamas para dirigir las fuerzas policiales en Gaza.
Eso pasó tan sólo dos semanas antes del secuestro pero ni la prensa ni las
noticias de la televisión hicieron la vinculación.
El viejo ciclo de asesinato, contestación por los palestinos, y una política
oficial de manos libres por parte de los Estados Unidos no llevará precisamente
a ninguna parte. Los EE.UU. se niegan a ver la respuesta israelí como que es, un
castigo colectivo que por supuesto está prohibido bajo las convenciones de la
ONU y la falta total de sentido común en esta situación. Lo que es peor es que
nosotros hemos estado en este camino tantas veces con los israelíes en el sur
del Líbano, en Cisjordania y en Gaza.
Parece estar claro que la primera prioridad para Israel y los EE.UU. es derrocar
al gobierno de Hamas lo más pronto posible sin minar a Mahmoud Abbas. Pero todo
lo que Israel ha hecho hasta ahora, con la aprobación tácita de los EE.UU., está
despertando y está encolerizando a la población palestina. Incluso funcionarios
de la OLP fueron ultrajados por los arrestos en masa de 64 funcionarios de Hamas
debidamente electos en Cisjordania y en Jerusalén Oriental.
A primera hora del miércoles, ataques aéreos masivos y estampidos sónicos
obligaron a cientos de familias de Gaza a abandonar sus casas en busca de un
resguardo seguro, cuando miles de soldados israelíes apoyados por tanques
penetraron en la Franja de Gaza. Aviones de guerra israelíes atacaron con
mísiles la empobrecida franja costera y destruyen la única central eléctrica
dejando a 700.000 gacenses sin electricidad. La reparación de la central llevará
de tres a seis meses y costará entre seis y ocho millones de dólares. Las
organizaciones humanitarias advierten de otra crisis aún en Gaza, puesto que
todo el suministro de agua y las conducciones del alcantarillado son impulsado
por electricidad o diesel que también han sido cortados por Israel. Se priva a
la población de beber agua, cocinar y luz.
Los ataques israelíes, la apodada operación " Lluvias de Verano" es por supuesto
un esfuerzo por recuperar a un soldado israelí, Gilad Shalit que fue capturado
el domingo pasado durante un ataque que mató a otros dos soldados.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, condenó el ataque como " castigo
colectivo a civiles incluyendo a mujeres, niños y ancianos". Abbas dijo que
estos ataques minimizan sus oportunidades de tener éxito para negociar una
manera de salir de la crisis, aún con la ayuda de Egipto. Olmert se negó a
negociar y dijo, "No dudaremos en llevar a cabo una acción extrema para devolver
a Gilad a su familia," pero se tendrá que ver cómo el castigo colectivo y el
arresto de los legisladores de Hamas llevan a algo que no sea una crisis
continuada, con independencia de si el soldado es devuelto con seguridad o no.
En este momento en Oriente Próximo, semejante crisis continuada sólo lleva a
otra intifada en Tierra Santa y a que los Estados Unidos soporten una carga aún
mayor en sus relaciones con el mundo árabe y musulmán.
E Israel no se beneficiará de su pasmarotada.