Medio Oriente - Asia - Africa
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Cuando matar sale gratis
Una semana de moderación israelí
Tanya Reinhart
CounterPunch
Traducido para Rebelión por L. B.
En el discurso israelí Israel siempre aparece como la parte que ejercita la
moderación en su conflicto con los palestinos. Esto ha vuelto a comprobarse con
motivo de los sucesos de las últimas semanas: mientras que los cohetes Kassam
caían sobre la ciudad meridional israelí de Sderot, se "filtró" que el Ministro
de Defensa israelí había ordenado al ejército exhibir moderación (1).
Durante la semana de moderación israelí el ejército mató a una familia palestina
que estaba haciendo picnic en la playa de Beit Lahya, en la Franja de Gaza;
después, el ejército israelí mató a nueve personas para eliminar un cohete
Katyusha. Sin embargo, dentro del discurso de la moderación el primer asesinato
no cuenta, ya que el ejército israelí negó tener ninguna responsabilidad en él,
mientras que el segundo fue considerado como un necesario acto de autodefensa.
Al fin y al cabo, Israel es blanco de ataques de Kassam y debe defender a sus
ciudadanos. En esta narrativa, el hecho de que Israel se contente simplemente
con bombardear la Franja de Gaza por tierra, mar y aire se presenta como un
modelo de contención y humanidad difícilmente igualable por muchos países.
Ahora bien, ¿qué es lo que provoca los ataques de los Kassam contra Israel?
Durante 17 meses, desde que declaró el alto el fuego, Hamas no ha participado en
ningún lanzamiento de Kassams. Las demás organizaciones sólo han tenido éxito en
lanzar unos pocos Kassams aislados. ¿Cómo se pudo pasar de esa situación al
lanzamiento de cerca de 70 Kassams en tres días?
El ejército israelí tiene una larga tradición de "estimular" el lanzamiento de
salvas de Kassams. En abril del año pasado Sharon tomó un avión para celebrar
con Bush una reunión en la que su principal mensaje fue que Abbas no es una
persona en la que se pueda confiar, no controla la situación sobre el terreno y
no puede ser interlocutor en una negociación. El ejército se ocupó de
proporcionar un adecuado telón de fondo para esa reunión. La víspera de la
partida de Sharon, el 9 de abril del 2005, el ejército israelí mató a tres
jóvenes palestinos en la frontera de Rafah. Según fuentes palestinas los tres
muchachos estaban jugando al fútbol.
Este asesinato arbitrario desató una oleada de cólera en la Franja de Gaza, que
había permanecido relativamente tranquila hasta entonces. Hamas respondió a la
ira popular y autorizó a su gente a lanzar Kassams. Durante los dos días
siguientes se dispararon cerca de 80 Kassams hasta que Hamas volvió a imponer la
calma. De esa forma, durante la reunión Sharon-Bush el mundo recibió una
perfecta ilustración del carácter poco fiable de Abbas (2).
A principios de la semana pasada (11 de junio), Olmert inició una campaña de
persuasión en Europa destinada a convencer a los líderes europeos de que en este
momento, con Hamas en el poder, Israel definitivamente carece de interlocutor.
Los USA no parece que necesiten ser convencidos de momento, pero en Europa hay
más reservas con respecto a la adopción de medidas unilaterales. El ejército
israelí comenzó a preparar el escenario la noche del jueves anterior (8 de junio
del 2006), cuando "liquidó" a Jamal Abu Samhadana, que acababa de ser nombrado
por el Gobierno de Hamas jefe de las fuerzas de seguridad del Ministerio del
Interior. Era completamente previsible que la acción fuera a provocar ataques de
Kassam contra Sderot. Sin embargo, al día siguiente el ejército israelí continuó
bombardeando la costa de Gaza (matando a la familia Ghalya e hiriendo a decenas
de personas), y alcanzó su objetivo de provocar la deseada conflagración, hasta
que el 14 de junio Hamas volvió a ordenar a su gente que cesara el fuego.
En esa ocasión el espectáculo orquestado por el ejército israelí acabó
enredándose un poco. Las imágenes de la niña Huda Ghalya consiguieron traspasar
el muro de indiferencia de Occidente con respecto al sufrimiento palestino.
Aunque Israel posee aún el poder suficiente para obligar a Kofi Annan a
disculparse por haber arrojado dudas sobre la autoexculpación israelí, esta vez
el mensaje de que Hamas es la parte agresiva del conflicto no pudo seguir
circulando sin ser cuestionada. A pesar de ello, el ejército israelí no ha dado
su brazo a torcer y parece decidido a seguir provocando ataques que justifiquen
el derrocamiento por la fuerza del Gobierno de Hamas, haciendo que Sderot pague
el precio. Aunque es imposible comparar los sufrimientos de los vecinos de
Sderot con los de los habitantes de las poblaciones palestinas del norte de la
Franja de Gaza de Beit Hanoun y Beit Lahiva sobre las que tan sólo en los
últimos tres meses han caído 5000 proyectiles (3), en mi corazón también hay
sitio para los habitantes de Sderot. Su destino es vivir con temor y angustia,
porque a los ojos del ejército su sufrimiento es necesario para que el mundo
comprenda que Israel es la parte moderada en la guerra que libra por su propia
existencia.
Este editorial fue publicado una hora antes de que la aviación israelí matara a
otros tres niños en una populosa calle del norte de Gaza el martes 20 de junio.
NOTAS:
(1) El lunes 12 de junio los titulares anunciaron que el ministro israelí de
Defensa Peretz había bloqueado una iniciativa del ejército para lanzar una
masiva ofensiva terrestre contra Gaza ( Amos Har'el y Avi Issacharoff,
Ha'aretz, 12 de junio del 2006). En las páginas interiores de los diarios
del fin de semana resultó que esta noticia era una "bulo mediático" surgido de
la oficina de Peretz "basado en una reunión de seguridad celebrada la noche
anterior" (Avi Issacharoff y Amos Harel, Lost innocents, Ha'aretz, 16-17
de junio del 2006).
(2) Esta secuencia de acontecimientos está documentada en detalle en mi libro
Hoja de Ruta a ninguna parte, que se publicará en julio del 2006.
(3) Alex Fishman, veterano analista de temas de seguridad del diario Yediot
Aharonot informa de que al principio "se discutió el bombardeo artillero de la
Franja de Gaza", pero que luego "lo que había comenzado diez meses antes con
docenas de proyectiles al mes disparados contra áreas abiertas se elevó a una
cifra astronómica de proyectiles. La batería que lanzó las seis bombas el sábado
(9 de junio) dispara una media de más de mil proyectiles por semana contra el
norte de la Franja de Gaza. Esto significa que la batería que se instaló allí
para un período de cuatro semanas lleva disparados ya 5000 proyectiles". (Yediot
Aharonot, suplemento del sábado 16 de junio del 2006).
Tanya Reinhart es profesora de Lingüística en la Universidad de Tel Aviv
y autora de Israel/Palestina: cómo acabar la guerra de 1948 y Hoja de
Ruta a ninguna parte. Puede ser contactada a través de su sitio web: