Medio Oriente - Asia - Africa
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Paul Rusesabagina, inspirador de la película 'Hotel Ruanda'
«África es la enfermedad del mundo, no interesa a nadie»
Silvia Taulés
El Mundo
En tan sólo 100 días mataron a un millón de personas. Fue en 1994 cuando en
Ruanda los hutus tomaron la justicia por su mano y decidieron vengarse de los
tutsis masacrando a la población. Es un país africano dividido en dos tras años
de colonización belga. Es el país de Paul Rusesabagina, quien se sentía
occidental por ser el gerente del mejor hotel de la capital, Kigali. Pero cuando
comenzó el horror, los extranjeros abandonaron el país. Y este hutu se dio
cuenta de que nadie iba a protegerles. Su historia, que inspiró la película
Hotel Ruanda, sigue manchada de sangre, como la de todo un país que no puede
mirar al futuro.
Pregunta.- ¿Cuál es la situación que se vive ahora en Ruanda?
Respuesta.- Todo sigue igual, la crisis, las intimidaciones, la gente muere de
hambre, otro genocidio puede suceder de nuevo.
P.- ¿Es posible la reconciliación?
R.- No hay reconciliación, porque es el resultado del diálogo, algo imposible
con una dictadura. No podremos hablar de reconciliación mientras no haya
justicia. En Ruanda hay más de 100.000 personas en la cárcel.
P.- ¿Quiénes son?
R.- Los intelectuales, la elite, los que se pueden sentar aquí, dialogar,
determinar unos objetivos y llevarlos a cabo. Todos los hutus están presos por
matar a los tutsis en 1994. Pero los tutsis mataron a los hutus de 1990 a 1994.
El resultado está claro: los tutsis son asesinos, los hutus son asesinos.
P.- Y ¿cómo se soluciona una situación tan complicada?
R.- El único camino es reunir a ambas partes para hablar.
P.- ¿Quién tiene que hacerlo?
R.- En España ya han comenzado con la celebración del Diálogo Intraruandés.
P.- Usted defiende la idea de avergonzar a Occidente para hacerle reaccionar.
R.- Necesitamos avergonzar a la comunidad internacional para que busque una
solución al problema de Ruanda. Nunca habrá reconciliación hasta que no haya
justicia para hutus y tutsis.
P.- ¿Hablamos de reconciliación en Ruanda, pero no son muchos los países de
Africa en los que el conflicto prevalece?
R.- Definitivamente, Africa es la enfermedad del mundo y la única medicina es la
palabra.
P.- Cuando se estrenó la película Hotel Ruanda pensó que la comunidad
internacional despertaría ante la atrocidad.
R.- Yo era gerente de un hotel, nada más, nunca pensé en implicarme en el
conflicto. El mundo entero cierra sus ojos y no dice nada. Es otro fallo de la
ONU, una organización que no sirve de nada. Lo que se necesita es una reforma en
profundidad, completa, de lo contrario, nunca tendrán éxito en sus misiones. Es
lo que sucedió en Ruanda.
P.- ¿Y en Darfur?
R.- Allí ni siquiera intervienen. Dicen que es algo entre africanos. Pero en
África mandan dictadores, ¿se imagina a un dictador luchando contra otro
dictador en nombre de la democracia? Eso no se lo cree nadie.
P.- Un general de la ONU atribuyó esta pasividad a que son negros africanos.
R.- Es real. Otro genocidio tuvo lugar en Yugoslavia, pero tanto Europa como
EEUU intervinieron, detuvieron a Milosevic y lo juzgaron ante el Tribunal de La
Haya. A nadie le interesa Africa.