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La rebelión de los jueces egipcios
Revista Amanecer
El 27 de abril, Al Yazira informó que la policía egipcia había atacado a unos
2.000 manifestantes que habían establecido un campamento en el exterior de un
tribunal en El Cairo y arrestado a 16 de ellos. Estos manifestantes estaban
mostrando su apoyo a dos jueces reformistas, Mahmud Mekki y Hisham al Bastawisi,
que comparecieron ante un comité disciplinario para hacer frente a una causa por
sus críticas al gobierno. Ambos jueces, miembros del Tribunal de Casación, el
más alto órgano judicial de apelación del país, acusaron al sistema judicial de
ayudar a manipular las elecciones legislativas de 2005, que fueron ganadas por
el partido gubernamental, liderado por Mubarak. Al Bastawisi denunció entonces
el bloqueo de los colegios electorales en los bastiones de la oposición por
parte de la policía y la muerte de 11 personas que intentaron romper los
cordones policiales. "Los responsables de estos hechos son los que deberían
estar siendo juzgados. En lugar de ello, somos nosotros los atacados," señaló.
Los jueces de Egipto son los responsables de supervisar los procesos
electorales. Ésta no fue la primera vez que Al Bastawisi ha participado en una
protesta electoral. En 1985, otros jueces y él mismo denunciaron un fraude
electoral, sin que tales denuncias tuvieran efecto alguno.
Ambos jueces crearon también un comité independiente para observar las
elecciones y estudiar las quejas. Además, Mekki y Al Bastawisi han hablado
abiertamente en los canales árabes de televisión por satélite, tales como Al
Yazira y Al Arabiyya, que son vistos por muchos egipcios. "Nosotros insistimos
en que las elecciones eran fraudulentas. El gobierno no puede soportar eso
porque sabe que la gente nos creerá a nosotros y no a ellos," manifestó Al
Bastawisi a Associated Press. "Nuestra causa no es importante; lo que es
importante es... el derecho del pueblo egipcio a tener un poder judicial
independiente, democracia y elecciones libres." Él añadió que el panel
disciplinario, formado por siete jueces, que estaba examinando su caso era
"claramente inconstitucional," ya que no se les había permitido disponer de un
abogado. Ambos jueces han advertido que la decisión de enviarles al comité
disciplinario supone el principio de una campaña del gobierno para deshacerse de
los jueces reformistas.
La confrontación entre el gobierno y los jueces reformistas comenzó el pasado
año, cuando estos jueces intentaron conseguir su independencia amenazando con
negarse a supervisar las elecciones presidenciales y parlamentarias, como la ley
establece. Aunque los jueces se echaron atrás más tarde con respecto a tal
amenaza, poco después de las elecciones publicaron informes en los que alegaban
la existencia de amplios abusos e irregularidades e incluso de un abierto fraude
en el recuento.
Por su parte, los activistas reformistas condenaron la represión policial contra
los manifestantes en El Cairo y denunciaron que Hosni Mubarak ha decidido
emplear una estrategia de dureza. Según algunos testigos, algunos de los
manifestantes fueron golpeados con bastones. El presidente Mubarak prometió
durante la pasada campaña de las elecciones presidenciales que pediría al
gobierno que redactara una nueva ley que asegurara una plena separación entre
los poderes ejecutivo y judicial. Sin embargo, no ha cumplido su promesa hasta
ahora.
Muchos grupos pro-derechos humanos e intelectuales están apoyando a ambos
jueces, que se han convertido en un símbolo de la lucha en pro de las reformas
en Egipto en los últimos meses. El director del sitio web de Kifaya –el
principal grupo de oposición cívica del país- Mohammed Taima fue uno de los
participantes en la manifestación de El Cairo. En realidad, la "intifada" de los
jueces ha unido a la oposición política y ha insuflado nueva vida en un
movimiento de reforma que había decaído después de la victoria de Mubarak en las
elecciones de septiembre. Los Hermanos Musulmanes, el principal grupo de
oposición en Egipto, y la mayoría de los partidos de la oposición han respaldado
públicamente a los jueces. Ghada Shahbandar, líder del grupo de monitoraje
electoral, manifestó al New York Times: "No podemos aspirar a tener reformas sin
que haya un poder judicial independiente. Éste es el primer y más importante
bloque en el proceso de reformas." Muchos egipcios ven a los jueces como un
posible contrapeso a los poderes casi absolutos del presidente.
La organización Human Rights Watch, con sede en EEUU, ha realizado un
llamamiento al gobierno egipcio para que investigue el fraude electoral y deje
de intimidar a los jueces. Amnistía Internacional ha recordado también que las
"normas internacionales referidas a la salvaguardia de la independencia del
sistema judicial y a la justicia de los procedimientos, incluyendo los
procedimientos disciplinarios contra los jueces, establecen que todos los
procedimientos disciplinarios deben ser justos y determinados de acuerdo a
estándares bien establecidos de independencia e imparcialidad. Además, los
jueces, como otros ciudadanos, tienen garantizado el ejercicio de la libertad de
expresión, que les está reconocido por la Constitución egipcia y los tratados
internacionales sobre derechos humanos de los que Egipto es un estado parte." La
organización ha llamado también al gobierno egipcio a extender de forma
inmediata una invitación al Relator Especial de la ONU sobre Independencia de
los Jueces y Abogados para que visite Egipto.
Mekki y Al Bastawisi son miembros del informal Club de los Jueces, que cuenta
con 8.000 miembros y han sido activistas destacados en pro de la independencia
administrativa y financiera del poder judicial. Ellos han denunciado que el
Ministerio de Justicia está utilizando los salarios y procedimientos
disciplinarios con el fin de influir en los jueces egipcios e impedirles
criticar los fraudes electorales patrocinados por el Estado. Recientemente, el
ministro de Justicia, Mahmud Abul Leil, recomendó que 10 jueces reformistas
fueran sometidos a acciones disciplinarias por sus declaraciones. El ministro
afirmó que estos jueces habían "ensuciado la imagen de la judicatura egipcia al
acusar a sus colegas de complicidad en el fraude electoral."
Por su parte, Zakaria Abdel Aziz, presidente del Club de los Jueces, ha
manifestado que las protestas continuarán hasta que Mekki y Al Bastawisi sean
exonerados de todos los cargos y vean garantizada su independencia en el
desempeño de su labor. "Ya es bastante que en los últimos 52 años hayamos sido
cómplices de los fraudes electorales en este país," declaró al New York Times.
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