Medio Oriente - Asia - Africa
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El Financial Times, Haaretz, la BBC, etc. y la sangre de los árabes
Agustín Velloso
Rebelión
El editorial del FT del 9 de junio de 2006 tras la muerte de al-Zarqawi dice
textualmente que "se trata de un espécimen para el estudio psico-patológico y
añade que su desdeño total por la vida humana y su afición por asesinar a
prisioneros como si fueran animales le sitúa alto en los anales del barbarismo".
Si de este juicio tan preciso el editorialista hubiera suprimido únicamente el
nombre dejando todo lo demás igual, cualquier lector hubiera puesto en su lugar
sin dudar el nombre de Bush, Blair, Rumsfeld u Olmert mucho antes que el de al-Zarqawi,
en caso de que tuviese que unir dicho juicio a una persona relacionada con los
sucesos actuales en Oriente Medio.
¿Qué es lo que lleva a personas instruidas e informadas, probablemente educadas
en un colegio religioso y orgullosas de la herencia moral judeo-cristiana,
además de firmes propagandistas de valores democráticos europeos, como el
editorialista del FT, a destacar a al-Zarqawi entre las fieras y a referirse a
los otros como Sr. Presidente, Sr. Secretario, etc.?
Este último viernes, en la playa de Gaza, un misil israelí ha asesinado a una
madre y sus dos niños menores de tres años, además de otros cinco bañistas y ha
herido a unas 40 personas más que estaban en la zona afectada por el impacto.
Hace dos días salían a duras penas a la luz nuevos asesinatos a sangre fría de
civiles iraquíes por parte de las tropas estadounidenses; constantemente nos
llegan noticias de torturas, de uso indiscriminado de fuerza letal allí y en
Afganistán por parte de esas tropas; se sabe de cárceles secretas en Europa y de
vuelos con destino a cámaras de tortura alejadas de cualquier garantía judicial.
Ni siquiera se habla del uso por parte de los países de la coalición de
armamento con uranio empobrecido que contamina con radiación campos, ciudades y
personas, con un inevitable aumento de casos de cáncer entre las poblaciones
afectadas...
El FT pasa como por ascuas por las salvajadas criminales de los invasores y de
los ocupantes, a lo sumo se refiere a errores, a casos aislados. Si la cosa no
se puede tapar llega incluso a hablar de un acto inmoral. Pero de un acto
inmoral a una carnicería de mujeres y niños árabes en sus camas como si fueran
animales hay un salto muy grande que su conciencia o su ética profesional es
incapaz de dar al referirse a los de su bando.
Esto vale para los demás medios. Haaretz escribe que "el jefe militar del
comando sur cree que [el asesinato de los bañistas] es un error y que el
ejército está estudiando las circunstancias del incidente". (http://www.haaretz.com/hasen/spages/724811.html)
Aceptemos, no obstante, el argumento de que al-Zarqawi era una fiera sedienta de
sangre. ¿A cuántos mató: cien, doscientos, mil, dos mil? Eso no es nada al lado
de los que han matado los señores mencionados, apenas una fracción. Entonces
¿cómo calificamos a éstos? Y ¿cómo calificamos a los periodistas y
editorialistas que les llaman Señor Presidente y Señor Primer Ministro?
Al fin y al cabo, aunque muy raramente, a veces suena la flauta y cae alguno, a
veces les echan de su puestos, como poco les persigue la maldición de sus
víctimas durante generaciones, pero en el gremio de los periodistas los
editorialistas viven tranquilos, sólo caen periodistas que intentan averiguar la
verdad y transmitirla. Los editorialistas actúan como el departamento de
publicidad de sus Señores. Si éstos asesinan, aquellos hablan de operaciones
anti-terroristas, si éstos machacan a una población y saquean lo suyo, aquellos
hablan de transformar gobiernos dictatoriales y sociedades integristas, si a
éstos se les va la mano con su ya de por sí apocalíptica guadaña, los otros la
presentan como una mano firme pero que a veces se equivoca.
Se puede entender muy bien en Occidente que algunos árabes y musulmanes se
comporten como animales. Llevan muchos años siendo deshumanizados por los
occidentales, muchos años antes de que apareciera el islamismo. Si han asesinado
a miembros de tu familia a sangre fría, te han robado tus propiedades, te han
encarcelado y torturado durante años sin juicio, te han expulsado de tu tierra y
no te dejan volver, etc., no ha de resultar muy difícil reaccionar como una
bestia y devolver como se pueda el daño recibido.
Lo que no se puede comprender tan fácilmente es por qué tanta gente en Occidente
no lo acepta y al tiempo no se estremece ni un ápice ante los actos de los
mayores y más terribles asesinos y sus voceros: los que ellos mismos votan y
leen.