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Filipinas: Un líder campesino y un periodista asesinados en oleada mortal
Desde 2001 ya han asesinado a 585 militantes de izquierda y 41 reporteros
Virginia Hebrero
Efe
Un dirigente campesino y un periodista fueron asesinados hoy en Filipinas en una
imparable oleada de violencia contra las organizaciones de izquierda y la prensa
que ya ha causado la muerte de 585 militantes y 41 reporteros desde 2001.
Ese año asumió el poder la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, a quien los
partidos de izquierda, grupos progresistas y organizaciones de prensa acusan de
permitir lo que califican de una campaña de exterminio llevada a cabo por las
fuerzas de seguridad y escuadrones de la muerte.
José Doton, líder campesino del movimiento de izquierda Bayan, fue asesinado hoy
en la localidad de San Nicolas, en la provincia de Pangasinan (norte de Luzón),
menos de tres días después de que muriera a balazos Manuel Nardo, coordinador de
Bayan Muna (Pueblo Primero) en la provincia de Pampanga, al norte de Manila.
A la misma hora, a las 11.00 hora local (03.00 gmt), el reportero gráfico Albert
Orsolino, del tabloide "Saksi Ngayon" (Testigo de Hoy), era acribillado en
Manila cuando conducía su coche en el municipio de Caloocan.
Orsolino, que iba armado como muchos colegas en Filipinas y aún tuvo tiempo de
disparar a sus agresores, es el cuarto periodista asesinado en lo que va de
2006, el número 41 desde 2001 y el 78 desde que en 1986 se restauró la
democracia en el archipiélago, según la Unión Nacional de Periodistas de
Filipinas (NUJP).
El Cuerpo de Prensa de Malacañang (sede de la Presidencia), con el cuál había
trabajado Orsolino una temporada, condenó "en los términos más duros" el
asesinato de su colega y pidió que "se ponga punto final a los continuos
asesinatos y el acoso a los periodistas filipinos por todo el país".
Los dos últimos asesinatos han tenido lugar tras anunciarse ayer que el Gobierno
ha creado una Fuerza de Trabajo especial en la Policía Nacional, encabezada por
su vicedirector general, Avelino Razón, con la tarea de investigar los
asesinatos de activistas que, oficialmente, ascienden a 123 desde el año 2001.
Las primeras declaraciones de Razón, que aseguró que no ve signos de que haya
una campaña del Ejército y grupos paramilitares contra los militantes, y
atribuyó varios de los asesinatos a una supuesta "purga" en el seno del ilegal
Partido Comunista de Filipinas, han causado indignación entre las organizaciones
de izquierda.
El Partido Bayan Muna (Pueblo Primero) que cuenta con tres diputados en el
Parlamento y que ha perdido asesinados a 93 de sus militantes y dirigentes desde
que asumió el poder Arroyo, calificó de "mentiras escandalosas" las
declaraciones de Razón.
"El general Razón está actuando en el más cruel de los guiones, con el objeto de
preparar a la opinión pública para más asesinatos y exculpar a los escuadrones
de la muerte de Arroyo y las Fuerzas Armadas", señaló el secretario general de
Bayan Muna, Nathanael Santiago, en un comunicado difundido hoy.
El presidente de Bayan Muna y diputado, Satur Ocampo, definió por su parte de
"mentira cruel" la versión de la purga interna que trata de difundir el
Gobierno, y señaló que "lo que hiere nuestro corazón es que ahora se culpa a las
propias víctimas de su suerte".
Ocampo recordó que la actual campaña de contrainsurgencia que lleva a cabo el
Ejército filipino oficialmente contra la guerrilla comunista del Nuevo Ejército
del Pueblo (NEP) "parte de la idea de que los partidos de izquierda son meros
frentes políticos del (ilegal) Partido Comunista".
El general Razón dijo que, en 25 de los casos de asesinatos de activistas, "hay
sospechas" de que soldados o grupos paramilitares pueden estar involucrados.
Otros 13 asesinatos dijo que eran resultado de una purga en las filas comunistas
y la muerte de un militante de Bayan Muna dijo que fue el resultado de "un
enfrentamiento legítimo entre el NEP y las fuerzas gubernamentales".
El resto de los asesinatos están bajo investigación, agregó.
La organización de derechos humanos Karapatan difundió hoy una lista
pormenorizada de los 585 activistas de izquierda asesinados desde 2001, con sus
nombres, ocupaciones y los probables autores.
La lista, elaborada sobre testimonios de familiares, supervivientes de matanzas
y otros testigos, incluye casos documentados en los que soldados, policías o
paramilitares han sido claramente identificados como los autores.