Medio Oriente - Asia - Africa
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Un ataque preventivo contra Ir�n ser�a una locura
Texto de quien fuera consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos
Zbigniew Brzezinski
Traducci�n del ingl�s: Silvia S. Simonetti.
Clar�n
Para el autor, un ataque contra Ir�n no s�lo ser�a ilegal sino tambi�n un acto de locura pol�tica, que pondr�a en marcha una conmoci�n progresiva de los asuntos mundiales. Con EE.UU. como blanco creciente de la hostilidad generalizada, la era del predominio norteamericano podr�a tener un fin prematuro
oEl anuncio hecho por Ir�n, en el sentido de haber enriquecido una cantidad
m�nima de uranio, desencaden� pedidos urgentes para un ataque a�reo preventivo
de Estados Unidos de parte de las mismas fuentes que tiempo antes presionaron
por la guerra en Irak.
Si llega a haber otro ataque terrorista en EE.UU., pueden apostar a que se
lanzar�n de inmediato acusaciones de que Ir�n fue el responsable, de modo de
generar una histeria colectiva en favor de acciones militares.
Existen sin embargo cuatro convincentes razones en contra de un ataque a�reo
preventivo contra predios nucleares iran�es. En primer lugar, en ausencia de una
amenaza inminente (y los iran�es se encuentran a varios a�os, por lo menos, de
contar con un arsenal nuclear), el ataque ser�a un acto de guerra unilateral. Y
si se realizara sin una declaraci�n de guerra formal del Congreso, el ataque
ser�a inconstitucional y ameritar�a el juicio pol�tico del Presidente.
De manera similar, si se realizara sin la anuencia del Consejo de Seguridad de
la ONU, ya sea s�lo por Estados Unidos o en complicidad con Israel, mostrar�a a
los autores como criminales internacionales.
En segundo lugar, las presumibles reacciones de Ir�n complicar�an las actuales
dificultades de EE.UU. en Irak y Afganist�n, precipitar�an posiblemente nuevas
acciones de violencia por parte de Hezbollah en el L�bano y otros sitios tal
vez, y har�an casi con seguridad que EE.UU. quedara empantanado en un clima de
violencia regional durante una d�cada o m�s. Ir�n es un pa�s de cerca de 70
millones de habitantes y un conflicto con este pa�s har�a que el accidente en
Irak parezca trivial.
En tercer lugar, los precios del petr�leo subir�an marcadamente si los iran�es
redujeran su producci�n o buscaran desestabilizar el flujo de petr�leo desde los
pozos petroleros sauditas. La econom�a mundial se ver�a gravemente afectada y se
culpar�a por ello a EE.UU. Los precios del crudo ya est�n por encima de los 70
d�lares el barril, debido, en parte, a los temores de un enfrentamiento entre
Ir�n y EE.UU.
Por �ltimo, luego de ese ataque, EE.UU. se volver�a un blanco del terrorismo a�n
m�s probable, reforzando las sospechas internacionales de que el apoyo de
Washington a Israel es en s� mismo causa importante del aumento del terrorismo
isl�mico. EE.UU. se aislar�a m�s y se volver�a por ende m�s vulnerable mientras
las perspectivas de un eventual acuerdo regional entre Israel y sus vecinos
ser�an a�n m�s remotas.
En s�ntesis, un ataque contra Ir�n ser�a un acto de locura pol�tica, que pondr�a
en marcha una conmoci�n progresiva de los asuntos mundiales. Con EE.UU. como
blanco creciente de la hostilidad generalizada, la era del predominio
norteamericano podr�a tener un fin prematuro.
A pesar de que EE.UU. es claramente el actor dominante en el mundo actual, no
cuenta ni con el poder ni con la inclinaci�n interna como para imponerse y
mantener su voluntad a la luz de una resistencia costosa y prolongada. Esta es
la lecci�n que aprendi� con sus experiencias en Vietnam e Irak.
A�n si EE.UU. no planea un ataque militar inminente contra Ir�n, las
persistentes insinuaciones hechas por funcionarios oficiales, en el sentido de
que "la opci�n militar est� sobre la mesa", impiden el tipo de negociaciones que
podr�an volver innecesaria esa opci�n. Este tipo de amenazas podr�an unir a los
nacionalistas iran�es y a los fundamentalistas shi�tas, ya que la mayor�a de los
iran�es est�n orgullosos de su programa nuclear.
Las amenazas militares refuerzan tambi�n las crecientes sospechas
internacionales de que EE.UU. estar�a alentando de forma deliberada la
intransigencia iran�. Lamentablemente, uno debe preguntarse si estas sospechas
no est�n justificadas, de hecho, aunque sea en parte.
EE.UU. ya est� asignando fondos, de hecho, para la desestabilizaci�n del r�gimen
iran� y estar�a mandando equipos de Fuerzas Especiales a Ir�n para incitar a las
minor�as �tnicas de modo de fragmentar al estado iran� (�en nombre de la
democratizaci�n!). No cabe duda que dentro de la administraci�n Bush hay gente
que no desea ninguna soluci�n negociada, apoyada por defensores externos de las
acciones militares y alentada por avisos en los diarios a p�gina entera que
exageran la amenaza iran�.
Hay una iron�a no intencionada en la que el ultrajante lenguaje del presidente
iran� Mahmoud Ahmadinejad ayuda a justificar las amenazas de figuras de
Washington, lo que ayuda a su vez a este pol�tico a explotar m�s su
intransigencia, obteniendo m�s apoyo local a favor de �l mismo y del programa
nuclear iran�.
Es hora entonces de que Washington piense con realismo y estrategia, con una
perspectiva hist�rica y con el inter�s nacional de EE.UU. en mente. Es hora de
suavizar la ret�rica. Estados Unidos no debiera dejarse guiar por las emociones
o por una sensaci�n de misi�n religiosa.
Tratar a Ir�n con respeto y dentro de una perspectiva hist�rica contribuir�a al
avance de ese objetivo. La pol�tica norteamericana no debiera verse afectada por
el actual clima de urgencia que recuerda de forma ominosa al que precedi� a la
equivocada intervenci�n en Irak.
Fuente: lafogata.org