Medio Oriente - Asia - Africa
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Huelga general indefinida y combates generalizados en todo el país
Alberto Cruz
Rebelión
Nepal: La ofensiva contra la monarquía es total
Manifestación en Nepal. La monarquía
feudal nepalí está derrotada. La ofensiva popular para poner fin a un régimen
anacrónico está en su fase final. Las movilizaciones populares se multiplican
desde que el pasado 6 de abril se pusiese en marcha la convocatoria de huelga
general contra el rey Gyanendra. Una huelga que iba a tener cuatro días de
duración y que ha terminado siendo indefinida hasta lograr la caída de la
monarquía. Ni la represión (una decena de muertos, varios centenares de heridos
y miles de detenidos), ni los toques de queda, ni los allanamientos de casas en
busca de "terroristas maoístas" han logrado que el pueblo nepalí dé marcha atrás
en su combativa decisión: fin de la monarquía, puesta en marcha de una asamblea
constituyente, formación de un nuevo ejército –aunque se mantendrá una parte
importante de su integrantes, aunque no de sus mandos- y reinstauración de la
democracia.
El mundo está empezando a mirar ahora a un país desconocido pese a que en él se
viene librando desde hace diez años una guerra popular revolucionaria que ha
llegado hasta el punto en el que están ahora las cosas. La BBC –el servicio de
información extranjero que más cubre el acontecer nepalí- publicaba al comienzo
de la huelga general que el rechazo al rey Gyanendra es del 72% y el apoyo a la
guerra revolucionaria desencadenada por el PCN (m) asciende al 25% en las
ciudades. Dos cifras a tener en cuenta, puesto que hasta ahora el apoyo que
recibía el EPL –brazo armado del Partido Comunista de Nepal (maoísta)- era
pequeño en las ciudades y en ellas existía un importante respeto a la
institución monárquica. Las consignas se radicalizan y ya no se pide simplemente
el retorno de la democracia, sino la muerte del rey (1).
Un hecho significativo, y que indica que la monarquía tiene sus días contados,
es que las asociaciones de empresarios, como la de Biratnagar, que fue la
primera, han expresado públicamente su apoyo a las protestas. El ejemplo ha sido
seguido por la asociación de industriales de Morang y la Cámara de Comercio de
Panchthar. Las importaciones desde India están prácticamente paralizadas y desde
el día 6 no circulan mercancías por el importante paso de Birgunj, en el
distrito de Bara. La mayor parte de los aeropuertos han cerrado sus pistas a los
vuelos nacionales y las transacciones bancarias son casi inexistentes. Además,
comienza a escasear el keroseno y el gas para cocinar puesto que también se está
resintiendo la importación de productos derivados del petróleo. Y es que la
huelga general indefinida está ya repercutiendo en la economía del país, con
predicciones nada optimistas para la monarquía y sus cada vez más escasos
apoyos: para el mes de junio, de continuar la huelga, ya no habrá dinero líquido
en las arcas del tesoro porque la consigna ahora es no pagar agua, electricidad,
teléfono umanifestación Nepal otros servicios que puedan suponer un ingreso para
la monarquía.
Las movilizaciones se están extendiendo como una mancha de aceite por todo el
territorio nepalí y se crean "zonas liberadas" o "republicanas", en aquellas
zonas donde la implantación de la guerrilla es evidente (2), y "zonas
democráticas", en las principales ciudades, donde la oposición antimonárquica es
fuerte. Lalitpur, Patan, Janakpur, Kirtipur, Butwal, Hetauda, Chitawan, Janakpur,
Pokhara (la ciudad turística por excelencia), Gaidakot, Kawasoti, Rajhar,
Pragatinagar, Dumauli, Bardaghat, Sunwal, Tilakpur, Basa, Parasi, Nawalparasi,
Bara, Birgunj, Achham e, incluso, determinados barrios de Katmandú dan buena fe
de ello. En muchas de estas de estas ciudades los manifestantes han salido a la
calle con banderas del Che Guevara y pancartas, en castellano, con un ¡Ya basta!
que deberían tener reciprocidad en el mundo latino: ¡Solidaridad con la lucha
del pueblo nepalí! Recientemente "Rebelión" publicó un artículo de un
intelectual nepalí residente en EEUU, Pratyush Chandra, donde hacía un
paralelismo entre la situación de Nepal y Venezuela (3) y no es casual, puesto
que América Latina es hoy el continente donde se están mirando la mayor parte de
los pueblos del mundo.
Ofensiva guerrillera
La movilización popular está siendo acompañada por una importante ofensiva
guerrillera en todo el país a excepción del valle de Katmandú. Aquí, el Ejército
Popular de Liberación decidió suspender sus acciones armadas para no dar ninguna
excusa a la monarquía para que reprimiese las protestas, pacíficas, convocadas
por la Alianza de los Siete Partidos (ASP) en pro del retorno democrático. La
ASP –en la que están el Congreso Nepalí, el Congreso Nepalí-Democrático, el
Partido Campesino, el Partido Comunista de Nepal Unificado Marxista Leninista y
el Anandi, entre otros dos más pequeños y algunos representantes de la sociedad
civil- alcanzó un acuerdo con el PCN (m) en el mes de noviembre de 2005 (4) en
el que se daba por finalizada su posición pro-monárquica y se comprometían a
aceptar la principal reivindicación guerrillera, la asamblea constituyente.
El PCN (m) decía en su comunicado de cese el fuego temporal y limitado lo
siguiente: "Declaramos el cese el fuego [en el valle de Katmandú] en este
momento histórico confiados en nuestra alianza con los partidos políticos
parlamentarios y la sociedad civil (…) y apoyamos la decisión de los siete
partidos para continuar la huelga general, que se está convirtiendo en una
sublevación nacional, hasta que caiga la monarquía autocrática. (…) Como una
medida de nuestra ayuda para alcanzar el éxito, indicamos: a) el desafío a todo
tipo de intento de impedir [por el gobierno] demostraciones de rechazo popular
bien a través de prohibiciones o toques de queda; b) eliminar del país todas las
estatuas reales; c) eliminar todos los nombres [en edificios, señales, letreros
indicativos] que hagan mención al gobierno monárquico; d) la declaración de
zonas republicanas en las comunidades y a nivel local; e) impago de impuestos;
d) el EPL se reserva el poder controlar los accesos a las ciudades por
carreteras y caminos (…)" (5).
Y es que fuera del valle de Katmandú no hay tregua alguna y el EPL ha asestado
golpes demoledores a las fuerzas monárquicas. En Malangawa atacaron una base
militar, tomaron las oficinas gubernamentales y asaltaron una cárcel, liberando
a todos los presos. En Nawalpur derribaron un helicóptero de combate MI-17; en
Butwal, Kapailvastu, Laxminagar, Golpark (donde fue atacada otra base militar),
Sukhhanagar, Mahendra, Sitúan, Bharatpur y otras ciudades más pequeñas se
produjeron combates y algunas localidades fueron tomadas temporalmente por la
guerrilla, retirándose de la mayoría de ellas a excepción de Teraj, para evitar
ataques del ejército monárquico contra la población civil. El Ejército Real
Nepalí ha atacado con helicópteros poblaciones que habían sido tomadas por la
guerrilla, como ha denunciado la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para
los Derechos Humanos (6).
El ejemplar gesto político del PCN (m) ha logrado que la protesta creciese,
provocando una crisis total en el régimen y en los imperialistas. El cese el
fuego ha desmontado la estrategia de "infiltración terrorista" en las protestas
y ha puesto de manifiesto que no es posible un cambio pacífico de las
estructuras si no va unido a la fuerza militar. Al mismo tiempo, la represión
ejercida por el rey Gyanendra ha dejado poco espacio para las maniobras
internacionales de mediación y hay muchos gobiernos que se lamentan del tiempo
perdido, presos de sus palabras críticas contra Gyanendra cuando el 1 de febrero
dio el golpe de Estado, a la hora de reanudar la ayuda militar a su marioneta
real. Ahora sólo les queda presionar a la ASP para que rompa su acuerdo con los
maoístas. Esta presión está llegando desde EEUU e India por dos víashttp://www.rebelion.org/imagenes/30292_4.jpgmanifestante
mostrando bandera del Che en Nepal distintas.
El embajador de EEUU en Nepal, James F. Moriarty, aparece una y otra vez en los
medios de comunicación nepalíes criticando la "ilegitimidad" de dicho acuerdo y
alertando sobre sus "peligrosas consecuencias" ante un posible triunfo militar
del EPL. El embajador sigue la línea trazada por el Departamento de Estado, que
en su página web "invita" al rey a restaurar la democracia "inmediatamente" y a
"comenzar un diálogo con los partidos constitucionales" puesto que "esta es la
mejor manera de ocuparse de la insurrección maoísta y devolverle la paz y la
estabilidad a Nepal" (7). No debería causar excesiva sorpresa el interés de EEUU
puesto que Nepal es uno de los países que se menciona como amenaza [la guerra
popular], junto a Venezuela o Cuba, por ejemplo, en la nueva Doctrina de
Seguridad Nacional presentada por Bush el 16 de marzo de este año.
Mientras la situación se deteriora y la guerra revolucionaria avanza, el
Departamento de Estado ha recomendado al personal "no indispensable" de su
embajada en Katmandú y a los familiares que abandonen el país, se ha visto
obligado a cancelar "por motivos de seguridad" la visita de una delegación de
siete integrantes, encabezada por Dennis
Haster, para intentar convencer a los partidos políticos de que dialoguen con el
monarca y a cerrar su oficina consular y su biblioteca (8). La mediación parece
imposible y el único cartucho que tenía EEUU, el Centro Carter –que tenía
prevista una visita para el 4 de mayo- ha declinado asistir siguiendo las
recomendaciones del Departamento de Estado. Sólo queda una de estas vías de
mediación abierta, y es la del centro Henri Durant, radicado en Ginebra.
Es, por lo tanto, a India a quien compete tomar cartas en el asunto y hay una
comprensión entre las potencias imperialistas o subordinadas al imperialismo,
como es el caso de Gran Bretaña, sobre ese asunto (9). Diferentes sectores de
EEUU abogan por que sea el Ejército Real Nepalí quien controle abiertamente la
situación, con o sin el rey, al estilo de lo que sucede en Pakistán con
Musharraf. Sin embargo, India es reacia a tal extremo porque eso provocaría una
insurrección general de los maoístas en su propio territorio, especialmente en
los estados de Andhra Pradesh, Madhya Pradesh, Orissa, Maharashtra y Bihar
aunque el movimiento maoísta se está extendiendo a otros dos estados más de
India como Chatisgarh y Jharkhand.
India ha advertido a la monarquía de Gyanendra que tiene que dar pasos rápidos
para restaurar la democracia en Nepal puesto que, en caso contrario, la alianza
de los maoístas con la ASP "podría ser peligrosa para todo el subcontinente", en
referencia al territorio indio (10) y sus emisarios están intentando convencer
al rey de que "una victoria militar es imposible" [sobre los maoístas] y que
debe restaurar "de inmediato" las libertades democráticas a fin de impedir su
derrocamiento. El embajador indio en Katmandú, Shiv Mukherjee, se entrevistó con
Gyanendra el pasado lunes, 17 de abril, y le transmitió un mensaje categórico:
"si desea salvar lo que queda de monarquía, debe entregar el poder a la Alianza
de los Siete Partidos" (11). En un paso más, el Gobierno indio ha enviado un
delegado especial para tratar la crisis política de Nepal y reiterar la
exigencia de Nueva Delhi de que se restaure la democracia. Karan Singh,
parlamentario y ex embajador de India en EEUU se entrevistó con el rey y dijo a
la televisión india que hay que poner soluciones a una situación general "que se
está deteriorando muy rápidamente" y que India no quiere que Nepal "se sumerja
en el caos, porque los intereses vitales de seguridad de India están viéndose
comprometidos" (12).
La presión de India no es sólo al rey, sino que también está utilizando sus
influencias entre los partidos de la ASP, como el Congreso Nepalí, para que
influyan en los maoístas y éstos permitan el mantenimiento de la monarquía "a la
europea". El PCN (m) ha recordado a los partidos de la ASP el acuerdo de 12
puntos suscrito con ellos y les ha advertido seriamente contra cualquier acuerdo
que ponga fin al movimiento popular, que "ni puede ni debe ser parado" hasta que
se alcance el compromiso de derrocar a la monarquía y se instaure la asamblea
constituyente (13). No parece posible, sin embargo, que el pueblo nepalí dé
marcha atrás en su decisión de derrocar a la monarquía.
(1) The Guardian, 10 de abril de 2006.
(2) IPS, 9 de abril de 2006
(3) Rebelión, 10 de abril de 2006.
(4) "Diez años de guerra revolucionaria en Nepal", Rebelión 20-02-2006.
(5) Partido Comunista de Nepal (maoísta), declaración del alto el fuego en el
valle [de Katmandú], 3 de abril de 2006.
(6) Oficina de Información de la ONU, 4 de abril de 2006.
(7) http://www.state.gov, 10 de abril de 2006
(8) http://www.state.gov, 13 de abril de 2006.
(9) "Diez años de guerra revolucionaria en Nepal", Rebelión 20-02-2006.
(10) UPI, 30 de marzo de 2006.
(11) South Asian Media, 17 de abril de 2006.
(12) Katmandú Post, 19 de abril de 2006.
(13) Ibid.