Medio Oriente - Asia - Africa
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La hemorragia africana
Sergio Rodríguez
Los intereses económicos son el principal mal de África. En casi todos los
países en guerra o en situación de crisis hay recursos codiciados en Occidente.
África se desangra desde hace tiempo y no parece que vaya a cesar la hemorragia,
lo que se debe sobre todo a que desde el mundo desarrollado, en lugar de hacer
un torniquete, se prefiere que la herida siga abierta.
Si África hubiese colonizado Europa, es posible que el mapa del mundo estuviese
justo al revés de cómo lo conocemos hoy. También podría ocurrir que el
continente africano estuviese en paz y gozase de un buen nivel de desarrollo y
bienestar. Sin embargo, hoy al menos 15 países africanos se encuentran en guerra
por diversos motivos.
De las diez crisis más olvidadas de 2005 para Médicos Sin Fronteras (MSF)
destacan varias en África. Las guerras en la República Democrática del Congo,
Somalia, Sudán, Uganda y Costa de Marfil se han convertido en tristes elementos
habituales de este tipo de informes. Y la situación en estos países, ricos en
recursos naturales y plagados de disputas étnicas y guerras civiles, no permite
pensar que los problemas puedan resolverse pronto.
El coltan es una de las principales causas de la guerra del Congo. Un mineral
imprescindible para fabricar bienes tan necesarios en Occidente como las
baterías de teléfonos móviles. Y cada vez queda menos. Las grandes empresas que
necesitan el material no escasean medios para obtenerlo. Así, financian a
militares de todos los frentes y no se preocupan del número de menores que
puedan morir en las minas. Así, un país con grandes recursos naturales se
convierte, por medio de dictadores y multinacionales sin escrúpulos, en uno de
los más pobres según la ONU.
Desde que Sudán se independizó de Gran Bretaña, en 1956, varias guerras civiles
han devastado el país y han provocado más de 2.500.000 muertos. El último
acuerdo de paz llegó en enero de 2005, pero la violencia no ha cesado y la
situación es casi insostenible para los sudaneses. Además, está previsto que en
2006 regresen al país entre 500.000 y un millón de refugiados. Nadie ha previsto
esta vuelta y, como alerta MSF, podría convertirse en una enorme crisis humana.
En Uganda y Somalia la situación no es mejor. Las guerrillas y el ejército
atemorizan a la población en ambos países. Mientras en Somalia sigue sin haber
un Gobierno efectivo tras 14 años de conflicto, con lo que se mutiplican las
sangrientas luchas entre clanes, en Uganda el Ejército de Resistencia del Señor
(LRA) impone su ley en la zona norte. Casi la mitad de población de dicha zona
se ha visto obligada a huir de un conflicto heredado de la década de los 80.
En ambos países, como en casi toda África, los menores forman el grueso de los
ejércitos, sometidos a una extrema crueldad. Una situación intolerable a la que
nadie consigue poner freno.
Desde 2002, la guerra también asola Costa de Marfil. Los rebeldes y el Gobierno
de Laurent Gbagbo han firmado varios acuerdos de paz desde entonces, pero la
situación no ha mejorado y los refugiados son cientos de miles. El deficiente
sistema de salud hace de las enfermedades un problema más para la población del
país.
No sólo las guerras hacen estragos en África. El sida es uno de los grandes
problemas de la zona. Además de agravarse a causa de las guerras, no se invierte
suficiente en investigación y desarrollo. Las medicinas, tratamientos y
soluciones para los países más pobres no llegan nunca, pese a las promesas, y
MSF alerta de que si no se desarrollan nuevas técnicas de diagnóstico y
tratamiento de la enfermedad, podría llegar a ser aún más devastadora.
Son muchos más los países africanos en el olvido. En Marruecos, el conflicto del
Sáhara Occidental sigue sin resolverse. Argelia sigue en plena transición tras
resolver sus problemas con el terrorismo. Senegal es uno de los países con mayor
índice de pobreza y tiene pendiente el conflicto independentista de Casamance.
En Liberia, pese a la victoria en las elecciones de Ellen Jonson tras 14 años de
conflicto, aún queda mucho por reconstruir. Y en Nigeria, musulmanes y
cristianos mantienen una guerra de religión desde hace 40 años.
Más al sur, los dictadores se han sucedido a fuerza de golpe de estado en el
Gobierno de la República Centroafricana, uno de los países más ricos en recursos
del mundo. En Burundi aún no se ha puesto freno a las disputas entre hutus y
tutsis. Angola es un país devastado en el que ni siquiera hay alimentos para
todos los habitantes y Zimbabwe sigue gobernada con mano de hierro por Robert
Mugabe.
Los intereses económicos son el principal mal de África. En casi todos los
países en guerra o en situación de crisis hay recursos codiciados en Occidente.
África se desangra desde hace tiempo y no parece que vaya a cesar la hemorragia,
lo que se debe sobre todo a que desde el mundo desarrollado, en lugar de hacer
un torniquete, se prefiere que la herida siga abierta.
Centro de Colaboraciones Solidarias.