Medio Oriente - Asia - Africa
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Sangre por petróleo
Maximiliano Sbarbi Osuna
Miles de personas mueren por año de hambre por no poder producir sus
alimentos debido a la contaminación del suelo, o por enfermedades al ingerir
agua con altos índices de metano, o a manos de los militares nigerianos que
defienden los intereses de la empresa Shell, cuya ganancia se ha incrementado a
niveles récord en su historia durante 2005, en gran parte por culpa de la
explotación del petróleo de Nigeria, y por los delicados cuidados ambientales
que la compañía debería respetar durante la extracción del crudo y que omite con
la complicidad del gobierno central.
Una vez más, Nigeria, el mayor exportador africano de hidrocarburos, está
atrapado en medio de una pulseada entre una empresa multinacional y la población
que se levantó en armas para defender los abusos económicos y ambientales
causados por la negligencia en la extracción de petróleo y la corrupción del
gobierno central.
Mediante una medida sin precedentes para el estado nigeriano, el Parlamento
resolvió que la empresa petrolera anglo-holandesa Shell indemnice con 1.500
millones de dólares a la etnia Ijaw por daño ambiental severo.
El 2005 fue un año de ganancias récord para la tercera compañía petrolera del
mundo, Shell, cuyos beneficios se incrementaron un 30 % con respecto al año
anterior. Por otro lado, es la empresa británica que más ganancias económicas
obtuvo durante el año pasado.
Desastre ecológico
De acuerdo con un informe de Human Rghts Watch, entre 1976 a 1996 se han
producido 4.835 vertidos de petróleo en la región del Delta del caudaloso río
Níger, que equivale a 12 toneladas de metano diario altamente contaminante.
En los últimos dos años, grupos armados pertenecientes a la comunidad Ijaw han
cometido actos de sabotaje contra oleoductos en protesta por las contaminaciones
del agua y el suelo del sur de Nigeria, que afecta directamente no sólo a la
agricultura sino también al suministro de agua potable de las poblaciones
locales.
En 2004, en el mes de julio, hubo 500 muertos en enfrentamientos entre los
rebeldes Ijaw y miembros del ejército nigeriano, que actuó en defensa de Shell.
Mientras el gobierno de Nigeria protege militarmente a las empresas
multinacionales brindándoles seguridad, los rebeldes alzados en armas Ijaw están
acusados de financiar la guerrilla mediante la venta de petróleo robado, en el
mercado negro. Más allá de la veracidad o no de esa imputación, los Ijaw
mantienen secuestrados a siete trabajadores de Shell hasta que la compañía
indemnice a los afectados pobladores del sur nigeriano.
La multinacional, anunció que hasta que no se normalice la situación, se ve
obligada a cerrar sus operaciones en el Delta occidental del Niger, lo que
paralizaría el 50% de la producción de petróleo de Nigeria. Por otra parte,
Shell se niega a pagar esa suma y ya anunció que apelará la medida ante un
tribunal internacional.
Enfrentamientos religiosos
Además del conflicto petrolero, por estos días están resurgiendo los odios
religiosos entre las comunidades cristianas del sur y las musulmanas del norte
debido a las publicaciones de las caricaturas de Mahoma en diarios europeos, lo
que ha causado alrededor de 40 muertos en enfrentamientos callejeros.
El antecedente de Biafra
El problema comenzó en 1950, cuando los reinos musulmanes del norte exigieron
del gobierno inglés la mitad de las bancas en el parlamento y amenazaron con la
secesión. Para ello debían tener la mitad de la población, y como esto no era
así, los ingleses llegaron a "inventar" casi nueve millones de almas.
Los ingleses se retiraron justo a tiempo, dejando en este país, como en tantos
otros una grave crisis interna.
Luego de la independencia, algunos oficiales ibos produjeron un fracasado golpe
de Estado, que costó la vida del primer ministro. En consecuencia se desató una
oleada de matanzas de ibos en el norte. El norte volvió a hablar de
independencia, lo que significaba una forzosa salida al mar a través del
territorio ibo.
En 1966 tomó el poder el general Gowon, que colaboraba con el Norte. En 1967 los
ibos se independizaron bajo el nombre de República de Biafra, de 75.000 km2 y
con 14.000.000 de habitantes, de los cuales 8.000 eran ibos.
Para entonces Nigeria era uno de los mayores productores mundiales de petróleo.
Luego Gowon les quitó la costa que producía dos tercios de hidrocarburos.
Entonces se desató una guerra que duró hasta el 15 de enero de 1970. Los ibos
fueron masacrados, más de un millón murieron. No tuvieron apoyo externo.
Desde Europa, el conflicto fue interpretado como una crisis del petróleo,
similar a lo ocurrido en Katanga con los diamantes. Pero si bien es cierto que
la guerra fue obra de la burguesía empresarial, el conflicto se originó mucho
antes con las rivalidades entre los distintos grupos. Al gobierno de Gowo lo
apoyó Gran Bretaña, EE.UU. e inexplicablemente la URSS. Se supone que este apoyo
soviético se llevó acabo para diferenciarse de China, que se mantuvo a favor de
Biafra, junto con Costa de Marfil, Gabón, Portugal, Sudáfrica, Tanzania y
Zambia. Estos tres últimos seguramente brindaron su apoyo por su rechazo al
gobierno conservador de Nigeria. El resto de los países africanos se mantuvo
neutral, al respetar la carta OUA de 1963, que establecía mantener las fronteras
heredadas de la colonia.