Medio Oriente - Asia - Africa
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Millones de euros para impedir que los inmigrantes de origen africano escapen de su destino
Ibos Vergara
Rebelión
En enero del 2005 conocimos por la prensa los resultados alarmantes que se
reflejaban en la última encuesta del CIS. La xenofobia y el racismo habían
aumentado en la población española del 8% al 32% en los últimos 8 años. El mismo
estudio observaba que eran los que venían del otro lado del Estrecho los que
provocaban mayor rechazo (Marruecos y África Negra).
La conclusión de dicho aumento, según el CIS, se debía a que los españoles no
conocían sus culturas y esto provocaba miedo, y el miedo rechazo.
Cuando leí la noticia respiré ingenuamente pues llevaba más de cinco años
intentando incluir en los programas de radio nacionales un espacio de
acercamiento a la complejidad de los africanos (me refiero al África Negra y al
Magreb), tanto en lo que se refiere a sus culturas, sus músicas como en los que
se refiere a los motivos que los lanzan a venir a un continente tan diferente.
"¿Por fin –pensé- se darán cuenta los medios de comunicación lo importante que
es oír sus voces, que nos cuenten cómo son sus costumbres, sus valores, y además
valorarán la enorme cantidad de cosas que podemos aprender con ellos al observar
nuestra cultura desde otra mirada y todo esto acompañado de la riquísima música
africana".
Estimulada por estos datos me animé a salir de mi espacio local en Radio Círculo
(la radio del Círculo de Bellas Artes en la que llevaba 4 años trabajando
gratis, como todos los directores de programas), para intentar insertarlo en
alguna radio nacional. Cuál fue mi sorpresa cuando recibí el "no está dentro de
nuestra línea", todo esto por teléfono, sin ni siquiera molestarse en decirme
"mándamelo que ya lo escucharé". Está fue, ante mi asombro, la contestación de
todas las radios más importantes de este país, incluida la Cadena Ser.
Radio Nacional se disculpó diciendo que no tenía presupuesto. ¿Realmente estaba
proponiendo un mini espacio para algo tan exótico, tan poco interesante para la
sociedad? Volví a intentarlo cuando las revueltas en Francia protagonizadas por
los ciudadanos franceses de origen africano, ya que contaba con más de 200
entrevistas de una hora de duración (por cierto, nadie ha mostrado ningún
interés por saber qué dicen) y conocía muy bien qué está pasando con estos
españoles sin pedigrí. Todo ello ocurrió en días que todos hablaban de ellos
pero no con ellos. Lo mismo me pasó con un documental para televisión que
realizamos. No logramos que nadie se interesara en verlo. ¿Qué estaba pasando?
Ha sido necesario darme una y otra vez contra la pared para sacar la conclusión
de que hay una clara voluntad generalizada que comienza en los dos gobiernos
PP y PSOE, que se extiende por los demás representantes políticos e
iglesias, pasando por los medios de comunicación, y que comparte una gran
mayoria de españoles. La inmigracion africana no interesa hay que hacer
lo posible para que desaparezca. Y si todavía hubiera alguna duda, después
del presupuesto que han dedicado a la integración africana, vemos la cantidad de
millones que la UE está dando para su expulsión, su contención, en prisiones de
Marruecos y Argelia. Pero no tranquilos con estás medidas que violan los
derechos humanos más fundamentales ha quedado aprobado una nueva inyección de
dinero, que parte de la Unión Europea, en el que participan España, Italia,
Alemania, Portugal, Francia y Bélgica (vr. "El Mundo" día 2 de marzo) y por la
cual y bajo, una vez más, el hipócrita disfraz de "defensores de los pobres
africanos de las mafias" España mandará patrullas para impedir que salgan por
Marruecos, Mauritania, Senegal y Cabo Verde.
Con esta nueva alambrada cercan más el campo de concentración de los pobres,
víctimas de la extrema pobreza, las guerras, gobiernos corruptos, y la
desesperación de no ver ningún futuro.
Pero todo esto ¿a quién le importa? ¿Cuántos ciudadanos de los paises
ricos estan dispuestos hacer una campaña para que despierten las conciencias de
nuestra responsabilidad en la muerte de millones de personas?
Pero seguimos acomodados en esta sociedad de consumo y bruticie. ¿Quizá cuando
nuestros hijos vivan en un mundo inviable nos acordaremos de lo que pudimos
hacer y no hicimos.