Medio Oriente - Asia - Africa
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Propaganda de EEUU quiere hacer pasar al partido político como
terrorista
¿Qué quiere Hamas?
Musa Abu Marzook *
Red Voltaire
El segundo hombre de Hamas ha escogido dirigirse directamente a los lectores del
Washington Post (1) para rectificar la mentirosa imagen que se brinda de su
partido en Estados Unidos, donde el propio Musa Abu Marzook vivió y estudió,
pero adonde no puede acceder desde 2004 tras haber sido inculpado de
conspiración para financiar a una «organización terrorista». Así, el autor ha
podido verificar personalmente los métodos norteamericanos: se trata de una
aplicación retroactiva de la ley, dado que los hechos se remontan a inicios de
los años 90, es decir, antes de la designación de Hamas como «organización
terrorista». A continuación la versión integral en español de dicho artículo.
Una nueva era se abre para la lucha de liberación de los palestinos, que han
hablado mediante una elección histórica, equitativa y libre.
Por esta razón, la larga tradición norteamericana, consistente en apoyar el
derecho a la autoderminación del oprimido, no debe debilitarse. Estados Unidos,
la Unión Europea y el resto del mundo deben acoger este proceso democrático y no
debe traicionarse el compromiso contraído sobre la ayuda a brindar. La victoria,
la semana pasada, del partido del Cambio y la Reforma en las elecciones
legislativas palestinas señala el nacimiento de una nueva esperanza para un
pueblo sometido a ocupación extranjera.
Los resultados electorales reflejan una necesidad de cambio con relación a la
corrupción y a la intransigencia del gobierno saliente. Desde su creación hace
ya diez años, el Consejo Legislativo Palestino se ha mostrado incapaz de
satisfacer las necesidades del pueblo palestino. Mientras la ocupación cerraba
el cerco auspiciada por los llamados «acuerdos de paz», la calidad de vida de
los palestinos que habitaban los territorios ocupados no dejaba de deteriorarse.
Aumentaban vertiginosamente los límites de pobreza, la tasa de desempleo
alcanzaba niveles inauditos y la ausencia de seguridad elemental se hacía
insoportable. De esta situación de urgencia surgió una alternativa de la base.
Gracias a sus logros en materia de acción social y a su compromiso con la
satisfacción de las necesidades elementales del pueblo palestino, el Movimiento
Islámico de Resistencia (Hamas) se desarrolló como fuerza social constructiva
esforzada por asegurar un mínimo de bienestar a todos los palestinos. El alivio
a las condiciones agotadoras creadas por la ocupación es lo fundamental en
nuestro mandato (al representar la reforma y el cambio la savia vital), ¡y de
ninguna forma la instauración de un Estado islámico!
A pesar de las presiones generadas por la ocupación y por un gobierno autónomo
corrupto, la sociedad civil palestina ha dado pruebas de resistencia frente a
estas condiciones represivas. Las instituciones sociales podrán recuperar una
actividad renovada, ahora gracias a un gobierno reformado cuya misión es dar el
poder al pueblo, facilitar el ejercicio de las libertades de los ciudadanos y
proteger sus derechos cívicos.
Nuestra sociedad ha celebrado siempre el pluralismo, manteniendo vivas la
historia única y las tradiciones de la Tierra Santa. Reconociendo las
tradiciones judeo-cristianas, los musulmanes aspiran noblemente y tienen los
mayores estímulos y motivaciones para preservar la Tierra Santa para las tres
religiones abrahámicas en pie de igualdad. Por otra parte, una gestión de
gobierno honesta exige que la nación palestina esté representada en un medio
pluralista. Una nueva generación de líderes islámicos está lista para llevar a
la práctica principios basados en la ley, en un contexto de tolerancia y unidad.
Según este espíritu, Hamas se ha comprometido a observar una total transparencia
en su gobierno. Un liderazgo honesto emanará de la responsabilidad y de la
rendición de cuentas de sus funcionarios públicos. Hamas ha elegido quince
parlamentarias mujeres, llamadas a desempeñar un papel de importancia en la vida
pública. Por otra parte, el movimiento ha establecido relaciones sinceras y
duraderas con varios candidatos cristianos.
En momentos en que iniciamos una nueva fase de nuestro combate por la liberación
de Palestina, vemos en las recientes elecciones un voto de sanción contra los
fracasos del proceso en curso. Una nueva «hoja de ruta» se hace ahora necesaria
que nos aleje de los puntos de control y de las murallas para encarminarnos por
la vía de la libertad y la justicia. El llamado «proceso de paz» de la década
pasada condujo a una dramática aceleración de la expansión de las colonias
ilegales y de las confiscaciones de tierras. Las realidades de la ocupación son
los humillantes puntos de control, las demoliciones de viviendas, las
detenciones administrativas ilimitadas y sin juicio, los asesinatos
extrajudiciales y millares de civiles muertos.
El Movimiento de Resistencia Islámica ha sido electo a fin de proteger a los
palestinos contra los abusos del ocupante, a partir de su historia de
sacrificios por la noble causa de la libertad. Es erróneo ver cualquier tipo de
amenaza en la voluntad colectiva de los palestinos, manifestada en la elección
de Hamas durante elecciones honestas y libres, a pesar de la ocupación. Para que
se instaure un diálogo constructivo es necesario dejar a un lado los prejuicios
y los condicionamientos. Los términos de este diálogo, al que aspiramos, deben
ser la justicia, el respeto mutuo y la integridad de los que toman parte en el
mismo.
Al igual que los israelíes valoran su seguridad, los palestinos tienen el
derecho fundamental de vivir dignamente y en seguridad. Pedimos a los israelíes
que reflexionen sobre la paz de que disfrutaban antiguamente nuestros dos
pueblos, así como sobre la protección que brindaron siempre los musulmanes a las
comunidades judías en todo el mundo. Nos esforzaremos de buena fe para borrar la
amargura que la ocupación israelí ha provocado, al alejar a toda una generación
de palestinos. Exhortamos a los israelíes a no condenar la posteridad a un baño
de sangre interminable y a un conflicto en el que la superioridad sería
ilusoria. ¡Debe llegar el día en que, lado a lado, vivamos juntos como antes!
Las fracasadas políticas de la administración norteamericana son el resultado de
la contradicción inherente a su posición como principal aliado de Israel y como
autoproclamado «agente honesto» para la solución del conflicto. Todas las
naciones del mundo han condenado la brutalidad de la ocupación israelí. En
interés de la paz, Estados Unidos debe abandonar su posición de aislamiento y
unirse al resto del mundo, en un llamado a poner fin a la ocupación, y
garantizando a los palestinos la obtención de su derecho a la autodeterminación.
Hacemos un llamado al sentido de justicia del pueblo norteamericano para que
juzgue este conflicto a la luz de los grandes pensamientos, de los grandes
principios y de los grandes ideales que tanto aprecian, expresados en la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos, en su Constitución y en la
democracia que han construido. No hay nada irrazonable en esperar de Estados
Unidos que ponga en práctica en otros lugares lo que preconiza en su territorio.
Podemos esperar sinceramente que utilizarán ustedes su discernimiento honesto y
las bendiciones de la ascendencia que Dios les concedió para exigir un término a
la ocupación israelí. Una democracia digna de ese nombre no podría desarrollarse
mientras que una fuerza externa mantenga el actual desequilibrio mundial. Todo
pueblo tiene el derecho a seguir su propio destino.
* Musa Abu Marzook, vicepresidente del buró político del Movimiento de
Resistencia Islámica (Hamas).
Nota
1) Esta tribuna fue publicada por el Washington Post el 31 de enero de 2006.
Versión en español a partir de la versión francesa realizada por Marcel
Charbonnier, miembro de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad
lingüística: