Medio Oriente - Asia - Africa
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Empieza la fase Brinkmanship
¿Fin de la diplomacia en la crisis nuclear
iraní?
Nazanín Amirian
Rebelión
La expresión de Brinkmanship o "Cuesta resbaladiza" fue creada por John
Foster Dulles, y posteriormente fue integrada en la Teoría de Juegos. Significa
el arte de recurrir a jugadas arriesgadas en el transcurso de unas negociaciones
delicadas y de consecuencias imprevisibles con el objetivo de forzar la
rendición de la otra parte. En una palabra, es la amenaza de destrucción mutua,
y justo es la fase que se encuentran por un lado Irán, y por otro EEUU y sus
aliados.
La parte iraní recurrió a esta política con las declaraciones del presidente
Ahamdinezhad en defensa de su programa nuclear y con sus posturas antijudías,
que fueron acompañadas del gesto de retirar el precinto puesto por la Agencia
Internacional de Energía Atómica a algunas de sus instalaciones nucleares, por
amenazas de utilizar sus influencias en Irak, Afganistán y Palestina para
aumentar la crisis de Oriente Medio, y responder a los posibles ataques con
dureza y en todo el mundo. La guinda de este peligroso juego la acaba de poner
el comandante Yafari, jefe de las Fuerzas de Mártires (Niruye Esteshhadi), el
domingo pasado, al revelar que ha dado ordenes a sus militantes en todo el mundo
a actuar en el momento que EEUU o Israel pretendan agredir Irán.
Sin embargo, ante la evidente desigualdad de fuerzas, e Irak como trasfondo, se
pregunta ¿Por qué Teherán no demuestra signos de tener miedo, sino totalmente lo
contrario? Pues porque los ayatolás calculan que, por ejemplo, un posible
bloqueo económico aprobado por el Consejo de Seguridad tendría efectos limitados
en la sociedad, ya que al firmar tratados comerciales de gran envergadura -como
el llamado Contrato del Siglo con China para venderle petróleo y gas para los
próximos 25 años - se han guardado la espalda. O que la experiencia del pantano
iraquí disuadiría a EEUU de un ataque a su país. Intuyen que incluso una
agresión "preventiva", no iría acompañada por un cambio del régimen, puesto que
Bush aun no ha fabricado ninguna oposición en exilio, como lo hizo en los casos
de Afganistán e Irak. Por lo tanto, su Brinkmanship consiste en las tres
siguientes ofertas: o recibe la garantía de no ser atacados a cambio de
paralizar su programa nuclear, o se le acepta como un país nuclear (como
Pakistán), o se asegurará que en su caída al infierno le acompañen todos los
implicados.
Por su parte, el Occidente, representado por EEUU, con su política inflexible
está llevando la situación al límite. La propuesta Putin-Bush de enriquecer el
uranio en Rusia para luego trasladado a Irán, como la ultima oferta del
Occidente, se ha hecho a sabiendas que los iraníes no lo iban a aceptar. Bastaba
con mirar la experiencia amarga de Ucrania hace unas semanas. A demás, si
Washington realmente está preocupado por el programa nuclear iraní, ¿Por qué no
le ofrece garantías de seguridad como contrapartida?
Una de las peculiaridades de este juego peligroso es que el presidente de uno de
los equipos, Irán, está facilitando el trabajo del presidente de la otra banda,
EEUU, en lo referente a la preparación de la opinión pública mundial contra su
país. Si no fuera por Ahmadinezhad, Bush difícilmente hubiera podido hacer
desaparecer los titulares de la prensa sobre su fracaso en Irak o los escándalos
de corrupción que azotan a su partido, y poder reclutar la opinión pública en
contra de Irán.
El presidente Ahaminezhad ha sido advertido por los reformistas del régimen que
el hecho de haber convertido el programa nuclear en una cuestión de orgullo
nacional de la población no es ninguna garantía de que en un posible
enfrentamiento con el Occidente, los ciudadanos se pongan al lado del gobierno.
Pues la situación de hoy en día es bien distinta del 1980 cuando Irak invadió
Irán y la nueva república era recibida con ilusión. El paro de más de 12
millones de jóvenes -en parte por la masiva huida de capitales tras la
presidencia de Ahmadinezhad-, la asfixiante inflación, y una sociedad que vive
con la sensación de inestabilidad, frustración y el miedo, pintan un panorama de
imposible pronóstico ante lo que se está getando.
Fuente: lafogata.org