Medio Oriente - Asia - Africa
|
Fundamentalismo laico judío
Gilad Atzmon
peacepalestine
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Sinfo Fernández y Germán Leyens
Nota de la editora: No ha sido fácil para mucha gente en la campaña de
solidaridad con Palestina aceptar cambios radicales en la realidad de los hechos
en el terreno. Parecía como si jamás fuera a haber un cambio real, ya que un
"plan de paz" después del otro fracasaba totalmente, o por lo menos quedaba en
evidencia su terrible realidad, cuando el pesado maquillaje se fundía para
revelar que había algo horrendo por debajo. Los activistas han pensado que todo
cambio tenía que provenir desde fuera, del Cuarteto o de la ONU, o incluso de
los propios activistas. El cambio vino del sitio del que menos lo esperaban,
desde el propio interior de la sociedad palestina ubicada en el centro mismo de
la pesadilla que es la ocupación de su país. Los palestinos salieron, votaron, y
votaron por el cambio.
Parece que tan acostumbrados están los activistas de "decir a los palestinos lo
que es bueno para ellos", que en lugar de escucharlos y colocarse a su servicio,
hemos estado viendo llamados que realmente no suenan tan kosher. ¿Es normal que
una persona en un país extranjero exija el desmantelamiento de la entidad
administrativa de otro Estado? ¿No es algo con sabor a tutelaje y falta de
respeto? ¿O será algo que llega a ser todavía más siniestro?
Todos recordamos, o deberíamos hacerlo, el proyecto que el American Enterprise
Institute [Instituto Empresarial Usamericano] se propone para un Gran Medio
Oriente. Es un proyecto que a primera vista habla de "exportar la democracia",
pero que más bien busca controlar el área e imponer su mercado, sus militares,
su influencia y sus valores. Lejos de introducir el bienestar y el progreso para
la gente de la zona, cuyas necesidades y problemas son muy diferentes, intenta
juntar realidades cuyo único común denominador es que se hallan en un área en la
que la hostilidad hacia USA es la mayor, así como con el mayor acceso a recursos
que Occidente necesita. La razón por la que son hostiles a USA es básicamente
porque USA no puede dejar de interferir, imponiéndoles un paradigma político,
económico y social que incluye el reconocimiento de la ocupación extranjera de
su tierra y la presencia de infraestructuras militares de USA que parecen
hacerse más y más permanentes.
En el más reciente ensayo de Gilad Atzmon, postula por qué parece existir una
insistencia en el grupo de partidarios judíos de Palestina en insistir en el
mantenimiento de la visión de prominencia en los cambios que ocurren dentro de
la sociedad palestina, incluso cuando los propios palestinos parecen haber
enviado un mensaje que les dice que están en la pista equivocada. Lo que
realmente es necesario, es que se reconozca que todos podemos contribuir a la
liberación del pueblo palestino, sólo lo reconocemos como plenamente autónomo,
como plenamente capaz de crear una realidad para sí que tiene como base la
realización de sus propias aspiraciones, y no que sucumba bajo las imposiciones
de amigos de buena voluntad, pero desacertados. MR
Fundamentalismo laico judío
Dos semanas después de la victoria arrolladora de Hamas, la mayoría de los
comentaristas recibieron una lección para la que no estaban preparados: tuvieron
que aceptar que Palestina, o lo que cae bajo la bandera de la Autoridad
Palestina, es ciertamente la única democracia en Medio Oriente. A diferencia de
la democracia nucleofílica de raza única de sus vecinos, donde las leyes
electorales son lejos de ser globales, ampliadas a todos los ciudadanos del
Estado, Palestina extendió la participación en la votación a todos sus
habitantes, sin consideraciones raciales, étnicas o religiosas.. Por cierto,
algunos comentaristas sugirieron rápidamente que Hamas se sometería rápidamente
a la presión occidental. Fue evidente que no fue lo que ocurrió: hasta ahora
Hamas muestra que es tan valeroso y resistente como el pueblo palestino esperaba
que fuera.
Sólo hace unos pocos días, en una entrevista con Mahmoud Zahar, de Washington
Times, líder de Hamas en Gaza y en Cisjordania insistió en que el movimiento
militante islámico puede arreglárselas sin la ayuda occidental: "Las naciones
occidentales pueden tomar su ayuda e irse a pasear," dijo Zahar, y continuó
firmemente: "Israel no es una entidad legítima, y por mucha que sea la presión
no pueden obligarnos a reconocer su derecho a existir."
Es obvio que Zahar no está solo. Khaled Meshaal, el jefe exiliado del ala
política, repitió una línea de pensamiento muy similar en el periódico palestino
al-Hayat al-Jadida: "Nunca reconoceremos la legitimidad del Estado
sionista que fue establecido sobre nuestro país… Nuestro mensaje a Usamérica y a
Europa es: Los intentos que ejercen para hacernos abandonar nuestros principios
y lucha serán inútiles y no lograrán resultado alguno."
Tengo que reconocer que esos valerosos palestinos me llenan de clara admiración.
Esos dirigentes que sobrevivieron los infames intentos israelíes de asesinatos
extra-judiciales nunca han sido doblegados. A pesar de todas las dificultades,
resistieron en nombre de su pueblo y su pueblo les siguió. Está bastante claro
que el pueblo palestino (por lo menos en Palestina) votó por la resistencia, que
expulsó al Fatah al que ahora considera corrupto y algunos incluso dicen como
colaboracionistas; en su lugar coronaron a una opción islámica.
La izquierda judía no está convencida
Mientras la mayoría de los comentaristas sobre el conflicto israelí-palestino se
limitan a críticas y análisis políticos e ideológicos, un grupo de comentaristas
va un paso más lejos. Se ven como los salvadores de los palestinos y
representantes cósmicos de valores universales. En lugar de simplemente
iluminarnos con alguna perspectiva visionaria revolucionaria, insisten en
sugerir una orden del día operativa. Resueltamente, insisten en decir a los
árabes en general y a los palestinos en particular lo que es bueno para ellos.
En un artículo (http://www.dissidentvoice.org/Feb06/Elam02.htm)
publicado hace sólo unos pocos días por Shraga Elam, un periodista israelí que
vive en Zurich y que se presenta como partidario de la causa palestina, se
anunció un claro llamado a Hamas para que disuelva la Autoridad Palestina.
"Enfrentando una situación imposible," subraya Elam, "Hamas todavía puede
corregir su error de haber participado en la elección disolviendo la Autoridad
Palestina (AP) y terminando con la farsa introducida por el Acuerdo de Oslo."
Es, sin duda alguna, una declaración valiente de un israelí que pretende
expresar su amor por los palestinos. Considerando la abrumadora victoria de
Hamas, no hay otra alternativa que aceptar que Hamas representa el espíritu
palestino por lo menos en la etapa actual. Y es ese mismo espíritu el que eligió
a Hamas para que gobierne la AP. Pero calificar la participación de Hamas de
"error" es debilitar la elección, la voluntad y el espíritu del pueblo
palestino. Diría que es bastante extraño que se escuche una exigencia semejante
de un defensor de la "solidaridad".
Pero Elam presenta lo que parece ser un argumento sano: la formación de la AP
dice: "liberó a Israel de sus responsabilidades como potencia ocupante y les dio
mano libre para destruir las infraestructuras palestinas en lugar de
construirlas y mantenerlas."
A primera vista, lo arriba citado tiene la forma de un argumento sano, pero en
realidad está lejos de serlo. Simplemente presenta una visión retrospectiva como
una consecuencia lógica. Sobra decir que en 1994, ni los israelíes ni los
palestinos podrían haber predicho que la AP se convertiría en una extensión del
aparato colonial israelí. Dentro de los últimos diez años, Israel así como el
mundo vivieron algunos cambios políticos radicales. La victoria de Hamas no es
sino una reacción directa ante estos cambios. La victoria de Hamas es un signo
claro hecho por el pueblo palestino de que la AP debería velar por los intereses
del pueblo palestino en lugar de la seguridad de los habitantes israelíes de
Shderot. Los palestinos eligieron a Hamas porque insisten en asignar a la AP un
nuevo papel.
Al parecer, la ultrajante chutzpah, o más bien arrogancia de Elam, no tiene
límites: "La disolución de la AP, dice, "debe estar acompañada por una búsqueda
seria de nuevos métodos de lucha no-violenta efectiva contra la ocupación, y la
profundización de la cooperación con el movimiento israelí por la paz."
Obviamente, Elam debe ser un ciego político. El pueblo palestino, los mismos que
supuestamente apoya, ha elegido a un partido político que no reconoce el Estado
de Israel y el derecho a la existencia del Estado judío. El pueblo palestino
acababa de elegir una opción política que no se abstiene de la lucha armada.
Seamos realistas. Es obvio que Elam no ve que para el pueblo palestino, la causa
palestina va algo más lejos que la simple ocupación. Desde el punto de vista de
Hamas, el Estado judío está ubicado exactamente donde supuestamente debe estar
Palestina.
Pero Elam, va más lejos, el hombre tiene una orden del día operativa clara: "Es
el momento de crear movimientos comunes similares al CNA [Congreso Nacional
Africano] que encaren temas como el racismo o la opresión. Como el pueblo de
Sudáfrica, hay que comprender que un nacionalismo separatista significa una
catástrofe y por ello tiene que ser abandonado."
Racismo, me pregunto, ¿qué racismo? ¿Qué opresión? ¿Es Hamas realmente un
movimiento racista? ¿Es racista u opresivo el Islam? Como dije en un artículo
anterior, a demasiados izquierdistas les es más fácil identificarse con Donald
Rumsfeld que con un clérigo islámico. Como judío laico, Elam probablemente
confunde el Islam con algo similar a la judaicidad. Alguien debiera explicar al
señor Elam que a diferencia del judaísmo que puede ser considerado como un
enfoque humanista universalista, la judaicidad es ciertamente una visión racista
del mundo. El Islam, en todo caso, no es de ninguna manera racista. El señor
Elam puede convertirse al Islam bastante rápido en una mezquita cercana.
Distanciado totalmente de los actuales eventos políticos en la región, Elam
arguye que "la visión de un Estado laico y democrático desde el Río Jordán al
Mar Mediterráneo es la única alternativa viable y deseable al actual Estado de
apartheid y a otra terrible escalada." Por cierto, puede tener razón, pero tengo
que recordar al judío israelí laico de izquierda exiliado en Zurich que a priori
la idea de un Estado laico fue rechazada en la votación por el pueblo palestino.
Es por lo menos el caso por el momento. Un estado laico no es necesariamente una
opción, y en realidad, el recién elegido parlamentario y jefe de Hamas Mahmoud
Ramahi ha anunciado que llamará al pueblo palestino a expresar sus preferencias
para su futuro Estado en un referendo, y que el voto mismo no constituiría el
establecimiento del Estado, sino su preludio. Hasta la fecha, me pregunto:
¿si de verdad Elan siente tanto entusiasmo por una solución democrática, cómo no
acepta de modo tan lamentable el claro resultado de la elección que tuvo lugar
hace dos semanas en la única y sola democracia en Medio Oriente?
La izquierda talmúdica
Al parecer Elam no es el único. No sólo no es el único: sigue una amplia
tradición laica judía. No hace poco supe que dentro de los grupos judíos de
solidaridad con Palestina, el odio hacia el Islam, e incluso el judaísmo
ortodoxo son bastante comunes. Aparentemente, una tendencia común y ruidosa de
la izquierda judía es un enfoque ateo radical que orgullosamente manifiesta
tolerancia nula hacia toda religión y todo principio espiritual. No es que yo
sea un individuo religioso, pero debo admitir que me costó comprender cómo los
que insisten en presentarse como portadores de los valores humanistas
universales pueden tener tan poco respeto por las creencias de otros.
Me demoré algo en comprender que el marxismo judío y la izquierda judía son
ellos mismos formas radicales de la creencia religiosa fundamental. Estos puntos
de vista son ciertamente la continuación directa del judaísmo rabínico. Han
logrado mantener los elementos principales. Son exclusivos, tienen sus células
de ciber-congregación racialmente orientadas (JPUK, Alef List, JAZ), tienen sus
grandes Cohens, tienen su Dios monolítico unificado instalado en el núcleo de
toda realización posible (Marx, Trotsky, Freud, Levinas, etc.), y tienen
numerosos perseguidores rabínicos talmúdicos que están totalmente empeñados en
el ajuste de la realidad a preceptos dados de la Torá laica. Los marxistas
talmúdicos están ahí para decirnos los que está bien y lo que está mal, kosher y
Taref.
Un rabino marxista a la vez que un brillante profeta hebreo
Nos llevaría unos cuantos años atrás y sugiero examinar concienzudamente un
texto escrito por un melumad talmúdico marxista (académico). Efectivamente, su
arcaica escritura puede arrojar alguna luz en el tema del fundamentalismo laico
de la izquierda judía y su acercamiento unilateral a nuestro paisaje humano. Me
estoy refiriendo aquí al legendario miembro fundador de Matzpen, el Profesor
Moshe Machover, y a un texto que publicó en 2002 (acerca de Palestina
Democrática Unida y la Libertad de Religión
http://www.labournet.net/other/0205/moshe1.html).
"En 1962", dice Machover, "fui uno de los fundadores de Matzpen (Organización
Socialista de Israel), que defendía una posición internacionalista consecuente
(y, por tanto, anti-sionista) y sirvió para organizar la lucha común tanto de
miembros israelíes-judíos como árabes-palestinos. Mis puntos de vista
fundamentales y mis compromisos políticos no han cambiado desde aquella época."
Sin duda, es una declaración valiente, pero veamos cuáles son esos sólidos
preceptos que nunca han sido revisados, cambiados o actualizados.
"Los palestinos, al igual que otros pueblos árabes, son partes constituyentes de
la nación árabe. En el apogeo del nacionalismo izquierdista árabe (seguidores de
la revolución egipcia dirigida por Gamal Abd al-Naser y otras revoluciones
nacionalistas de izquierda), se dejó muy claro que la nación árabe se enfrentaba
a la histórica tarea de la reunificación nacional – una tarea que las naciones
europeas han realizado ya, pero que sigue aún sin resolverse en esta parte
nuestra del mundo."
De hecho, Machover no se equivoca en eso, la unificación árabe es más que
bienvenida, pero entonces, más que el pan-nacionalismo, es el Islam el elemento
que une a los pueblos árabes. Seguramente, Machover no se sentía demasiado feliz
con eso. De cualquier modo, se puede suponer fácilmente qué fue lo que llevó a
Machover a adoptar la noción de pan-arabismo en 1992, pero es bastante
desconcertante, cuando no alarmante, el hecho de que siguiera manteniendo esa
visión en 2002, cuando la idea del choque de culturas entre Occidente y el Islam
había entrado en los discursos.
Además, Machover no sólo sabe cómo resolver los problemas de los árabes, tiene
también un brillante plan para dinamizarles y redistribuir los recursos
naturales. "Aparte de esto, la unificación del Oriente árabe (mediante una forma
federal) es absolutamente vital para resolver los problemas económicos de la
región, debido a la desigual distribución de la población y de los recursos
naturales entre los diversos países árabes, cuyas fronteras fueron creadas en su
mayor parte por los poderes imperialistas occidentales en función de sus propios
objetivos".
No es que yo sospeche que Machover sea un sionista, sino que su argumento me
recuerda la frecuente sugerencia que los sionistas hacen a los palestinos, ‘¿Por
qué tenéis que estar en Palestina? Tenéis demasiados países árabes ricos donde
ir’.
En todo caso, puede que el párrafo siguiente contenga, exactamente, el origen
del error fundamental que impide que Machover, Elam y otros ateos
fundamentalistas judíos comprendan el fondo cultural del conflicto
israelí-palestino:
"En el mundo moderno, inaugurado por la Revolución Francesa, la religión no es
considerada un asunto del estado, sino un asunto privado de cada individuo – al
que debe, por supuesto, permitirse seguir la religión que quiera, o no seguir
ninguna en absoluto".
Erróneamente, Machover tiende a pensar que los árabes son franceses y que el
Islam, el judaísmo y el cristianismo son simplemente capas espirituales con
parecidas funciones culturales y espirituales. Obviamente, está equivocado.
Mientras que dentro del cristianismo hay una clara diferenciación entre el
código religioso y el civil (que tiene que ver con la evolución del cristianismo
durante los últimos años del último Imperio Romano), en el judaísmo y en el
Islam no es posible una dicotomía semejante. En cuanto a esas dos confesiones
religiosas, deben saber que el sionismo transforma el texto original de la
Biblia en un catastro. Con sólo este hecho, el sionismo se convierte en una
forma de evangelismo judío. En otras palabras, el sionismo es un movimiento
religioso judío, basado en una interpretación muy estricta de la Biblia.
Machover conoce todo esto y aún así insiste en que el conflicto es nacional. De
todos modos, al no poder ver justo lo que hubiera explicado en 2002 por qué la
legendaria relevancia de Machover no va más allá del coro de otros marxistas
judíos, Elam tampoco es mejor que él. Para ser simpatizante de los palestinos,
se las arregló, sin embargo, para no captar nada del espíritu y opciones
palestinos. Tanto Machover como Elam están muy atentos a la propia voz interior,
la voz de la ‘razón’. Al parecer, su ‘razonamiento’ fundamentalista judío ateo
es en sí mismo una forma de indiferencia ante la realidad.
El párrafo siguiente es donde se aprecia que Machover va a experimentar un
cambio metafísico. Ya no sigue siendo un melumad marxista corriente, se ha
transformado en un profeta bíblico hebraico. Como el Papa, Marx y, en cierto
modo, como Bush y Blair, elabora una agenda completa para el futuro del mundo,
supongo que uno debe leerlo para creerlo:
"En cualquier caso, ya que no es posible conseguir una solución democrática para
el problema palestino sin una transformación progresista de toda la región y,
teniendo en cuenta que en ningún caso el pueblo árabe palestino querría
seguramente tomar parte en la eventual unificación de la nación árabe, un
Oriente árabe unido (federal) proporcionaría un contexto para la solución de
todos los problemas nacionales interrelacionados. Dentro de un contexto tan
amplio, los judíos israelíes (junto con otras naciones minoritarias de la
región, los kurdos y los sudaneses del sur) podrían tener garantizados generosos
derechos nacionales, sin que esto constituyera una amenaza para los árabes
palestinos ni para nadie.
De forma realista, puede afirmarse que tal escenario no va a poder conseguirse
en un futuro cercano. Es quizá un asunto a muy largo plazo. Debo admitir que es
así. Pero mi punto de vista es que, a corto plazo, el escenario para una
"Palestina Democrática Unida" no resulta más realista y, en cualquier caso,
también requeriría una profunda transformación de toda la región.
Pensemos por tanto en auténticos términos internacionalistas progresistas y
realmente visionarios".
Esto fue aún publicado por Machover en 2002, según el sabio talmúdico que nunca
ha revisado su ‘perspectiva de 1962’, mil millones de árabes estaban a punto de
unirse en una única nación que permitiría a la minoría judía vivir en paz en
Palestina. Me pregunto si habrá reflexionado sobre el hecho de que su profecía
para el mundo árabe no se diferencia de los infames planes de los
neoconservadores de Washington para un Gran Oriente Próximo. Ambas visiones se
enmarañan con las posiciones de la ideología occidental, que puede adaptarse muy
bien a las realidades europeas y norteamericanas pero no necesariamente al mundo
del Oriente Próximo. Y, además, imponer a otros una serie de valores está en las
antípodas de una actuación humanística.
Los Profetas
Aparentemente, los fundamentalistas laicos judíos de izquierda tienen pocos
problemas para sugerir al mundo lo que tiene que hacer, y parece que algunos se
unieron al llamamiento de Elam para derribar a la Autoridad Palestina dentro de
la lista Alef y otras redes de izquierda judías. Sue Blackwell, una defensora de
Solidaridad Palestina, así como una devota y moderna cazadora de nazis, se
refirió hace dos días a la maravillosa opción laica judía en Al-Ahram Weekly
(http://weekly.ahram.org.eg/2006/780/op3.htm):
"Entre los judíos, hay una larga y honorable corriente alternativa al sionismo,
a saber, el socialismo… La ideología socialista de Marx, Trotsky y Luxemburgo,
de Abraham Leon y Marek Edelman, es una ideología completa, en la que se urge a
la unidad con los no judíos contra el enemigo común, en lugar de ir sumisamente
a la propia muerte o fugarse a Israel". Es más, hay muchos judíos socialistas
pero, al parecer, su enemigo común ya no es la burguesía, según Elam y Machover
y Greenstein (http://peacepalestine.blogspot.com/2005/10/jews-against-zionism-more-like-jews.html),
el enemigo es el Islam y la religión en general. Por alguna razón, Sue olvidó
mencionar justo eso en Al-Ahram, ella sabrá por qué.
Muy de vez en cuando, el argumento presentado por aquellos maravillosos
socialistas va más lejos y adopta una forma literaria de profecía bíblica. Sin
duda, algunos de esos fundamentalistas laicos judíos no siguen la gran tradición
del profeta hebraico. Acabamos de leer a Machover dispersando una visión
determinista histórica para el pueblo de Arabia. Efectivamente, hablar del
futuro con tal confianza es una cualidad única reservada para socialistas
elegidos pero no sólo para ellos.
La última semana, en la ceremonia celebrada en el memorial del Holocausto, Dan
Gillerman, el embajador israelí ante Naciones Unidas, hizo una declaración ante
la Asamblea General. En ese discurso en el que repartió amenazas para Irán y
para todo el Oriente Próximo, sirvió en bandeja una clara profecía a los
miembros de Naciones Unidas: "Y les advierto que habrá para siempre un Israel
para que ese horror nunca se presencie de nuevo".
Efectivamente, la idea de que Israel estará allí para siempre no es sino un
horror. Pero de alguna forma este mensaje me dejó desconcertado. Me pregunté por
qué Gillerman se sentía tan seguro. ¿Cómo lo sabía? ¿Es un profeta? De alguna
forma, al menos parecía tan seguro como Machover, aunque ambos defienden agendas
completamente diferentes para la región. Hasta donde pude captar, Hamas, que
acaba de conseguir una victoria arrolladora, está totalmente determinado a
convertir a Israel en historia. En cuanto a Irán, ni por asomo siente entusiasmo
por el estado judío. Me permito asumir que la mayor parte de los árabes de la
región y más allá no son precisamente partidarios del sionismo. En resumen, no
es que yo piense que sea fácil aniquilar a una superpotencia regional nuclear
apoyada por el todopoderoso USA, pero, como ya sabemos todos, nada dura
realmente para siempre. Seguramente, Gillerman sabe que los judíos europeos
fueron escupidos de sus naciones anfitrionas justo hace medio siglo, y esto fue
a pesar de su influencia y próspera vida. Considerando la complejidad de la
historia judía, me sorprendo a mí mismo preguntándome ¿Cómo pueden Gillerman y
Machover estar tan seguros del futuro que vendrá? ¿Cómo puede Elam estar tan
convencido de que sabe cómo resolver los problemas palestinos? Me pregunto dónde
está el origen de estas mentiras.
Siguiendo a Gershon Sholem, tiendo a creer que la respuesta a tal pregunta puede
hallarse en la percepción hebraica de los lazos entre el pueblo judío y Dios.
Una vez que un judío se considera a si mismo como un ser elegido, Dios y los
asuntos del mundo se convierten en un asunto interno judío. Efectivamente, para
el judío fundamentalista laico, Dios es un concepto general variable que puede
albergar a cualquier figura terrestre, desde Marx a Spinoza a través de Levinas
y Freud. Cuando eso sucede, uno tiende a expresar aspiraciones aplicando un
lenguaje fáctico y concreto. Esta forma lingüística es más común en Israel. En
la recién nacida cultura hebraica, la línea de demarcación entre mito y realidad
no es sino borrosa.
Siguiendo a Herzl, es simplemente la ‘convicción’ lo que convierte una ‘fábula
en realidad’. Es decir, todo está en la mente de uno. Todo tiene que ver con la
autodeterminación. Esto puede ayudarnos a comprender el entusiasmo mesiánico
sionista cuando se presenta para redimir la tierra de Sión a pesar de las graves
consecuencias morales. Pero ayuda también a comprender la tolerancia cero de
Elam hacia la elección legítima del pueblo palestino. No ayuda a comprender el
rechazo total de Machover del hecho, obvio, de que los árabes son musulmanes en
su mayoría. Por muy seguro que esté el embajador Gillerman de que Israel es una
entidad eterna, mientras hace la vista gorda ante la creciente resistencia
árabe, Machover está totalmente convencido de que los árabes están a punto de
convertirse en una única nación secularizada a pesar del hecho de que, en
realidad, en lo que se están convirtiendo actualmente es en un bloque
pan-islámico. Aparentemente, Gillerman, Machover y Elam son muy buenos
escuchando su voz interior. Yo sugeriría, para bloquear el flujo de esa
realidad, que no es la voz interior lo que están escuchando sino más bien alguna
forma peligrosa de ruido interior. En cualquier caso, se las arreglan para
ignorar la realidad total de los palestinos autóctonos. Ignoran la realidad del
Islam. Se han comprometido totalmente en forzar la realidad adaptándola a sus
propias creencias religiosas ateas. De hecho, Bush, Blair y los neocon están
haciendo lo mismo, decidiendo cuál debe ser la realidad para el pueblo árabe. A
diferencia de Machover y Elam, tienen poder para imponer su voluntad. Al menos
es lo que ellos creen.
Efectivamente, los sionistas convirtieron una fábula aberrante en realidad. Sin
lugar a dudas, sus estrategias han estado teniendo éxito durante algo más de un
rato. Y sabemos que los marxistas judíos tuvieron mucha influencia durante un
tiempo. Pero, al parecer, han empezado a surgir las grietas. El mundo va
conociendo poco a poco, aunque sin ningún género de dudas, la magnitud del
interminable pecado contra el pueblo palestino. La política sobre la clase
obrera perdió también su encanto, la gente de todo el mundo ha logrado
comprender que el crimen contra el pueblo palestino es algo más amplio que un
simple conflicto colonial o una mera ‘disputa material’. Me permitiría decir que
la manipulación sionista ha perdido su encanto. Pero el marxismo judío no tuvo
nunca encanto alguno. Fue muy efectivo durante los años de 1960-70, cuando los
palestinos tenían poca capacidad para atraer la atención suficiente. Pero ahora
las cosas son diferentes. Los palestinos tienen portavoces suficientemente
elocuentes y han generado el justo espíritu de la resistencia. En la actualidad,
es nuestro deber seguirles y es criminal desautorizarles o minar sus
estructuras. Yo pediría cortésmente a los fundamentalistas laicos judíos que
clarificaran el escenario y permitieran a los palestinos dirigir sus asuntos de
forma autónoma.
http://peacepalestine.blogspot.com/2006/02/gilad-atzmon-jewish-secular.html
Traducido del inglés al castellano por Sinfo Fernández y Germán Leyens, miembros
del colectivo de traductores de Rebelión y asimismo de Tlaxcala, la red de
traductores por la diversidad lingüística (transtlaxcala@yahoo.com).
Esta traducción es copyleft.