Medio Oriente - Asia - Africa
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Desde el derrocamiento del Sha en 1979, Estados Unidos est�
machacando a Ir�n
Ir�n, demonizaci�n de su presidente
Ahmadineyad
Miguel �ngel Llana
Rebeli�n
Ir�n, sin que en ning�n momento haya salido de sus fronteras, es un peligro,
incluido el nuclear, cuando ni puede competir con las doscientas cabezas
nucleares israel�es o los cientos o miles que Estados Unidos tiene en la zona o
rodeando a Ir�n, del que precisamente, dicen sentirse amenazados los pa�ses
generadores de la tensi�n y de los conflictos en la zona; Estados Unidos, Israel
y la Uni�n Europea. La Agencia Internacional de la Energ�a At�mica no ejerce
ning�n control sobre estas armas y pretende limitar el uso no militar iran�, a
qui�n ha controlado permanentemente, repitiendo la burla de las inspecciones
realizadas en Iraq.
En 1988 el buque de guerra estadounidense Vicennes derriba al avi�n civil iran�
Airbus A-300, asesinando a los 290 pasajeros, al dispararle dos misiles
tierra-aire, cuando realizaba el vuelo regular "Ir�n Air 665", por el pasillo
a�reo "Ambar 59" as� denominado y catalogado internacionalmente dentro del
espacio a�reo iran�. Naciones Unidas re�ne al Consejo de Seguridad -s�lo a
petici�n de Ir�n- que dicta la tibia Resoluci�n 616 lamentando la tragedia, pero
sin m�s. Los titubeos y falsedades presentadas por Estados Unidos, en un mar de
contradicciones, le denuncian como responsable del crimen, de la provocaci�n
premeditada y del ataque y derribo del avi�n.
Ha de sumarse, todo esto, al enorme desgaste de la guerra 1980-1988 entre Iraq e
Ir�n donde los principales pa�ses europeos: Reino Unido, Francia, Alemania,
Espa�a, etc., m�s las monarqu�as t�teres, encabezadas por Arabia Saud�, qui�nes
alientan y apoyan suministrando toda clase de armas, qu�micas incluidas, a Sadam
Hussein, con la colaboraci�n y tutela -como no- de Estados Unidos, mientras
Naciones Unidas se pasa toda la d�cada mirando para otro lado. Al mismo tiempo,
la Administraci�n Reagan -y no parad�jicamente- suministra tambi�n informaci�n y
armas a Ir�n (esc�ndalo Irangate), lo mismo que Israel.
Un mill�n de muertos, dos millones de heridos e Ir�n e Iraq destrozados. Ese era
el fin y el objetivo de la intervenci�n; desangrar vidas y recursos de dos
pa�ses cuya evoluci�n no era nada favorable a los intereses estadounidense y
europeos. Iraq, con el petr�leo nacionalizado, un r�gimen laico y de espaldas a
Occidente, no conven�a a las monarqu�as fundamentalistas de la zona, ni a los
intereses geoestrat�gicos del imperio. Por otra parte, la revoluci�n iran� de
Jomeini en 1979 (donde la teocracia y otros problemas, son parte del aprendizaje
democr�tico y que s�lo a ellos les incumbe), dispuesta tambi�n a nacionalizar
sus recursos energ�ticos, a rechazar la invasi�n cultural de Occidente y a
seguir una �tica propia, en lo pol�tico y en lo social, enfrent�ndose a la
corrupci�n y subordinaci�n de las monarqu�as y reg�menes vecinos.
Con este panorama, la estrategia estaba definida: guerra, lo m�s interminable y
cruenta, que les depauperase lo m�s posible, como as� ha sucedido, pero, no
siendo suficiente, EE.UU. recurre a la agresi�n militar contra plataformas de
petr�leo iran�es, bloqueo y sanciones econ�micas (Ley D'Amato) condenadas,
incluso, por Naciones Unidas, y que a�n contin�an.
Estados Unidos, Israel y la Uni�n Europea siguen con el plan de
desestabilizaci�n permanente de Oriente Medio, por sus recursos y por la amenaza
que supone cualquier discrepancia en la zona, financiando con millones de
d�lares la injerencia y oposici�n exterior del heredero del depuesto Sha de
Persia, a qui�n precisamente el Jefe del Estado espa�ol invitaba a la boda real
en mayo de 2004 en Madrid, a la que acudi� junto con la emperatriz Farah Diva,
viuda del Sha. El conflicto diplom�tico originado es resuelto por el Gobierno,
alegando que es una invitaci�n privada de la casa Real, y as� se elude la
protesta iran�.
En este contexto, Ahmadineyad revuelve las tripas de occidente preguntando por
qu� si los europeos afirman que quemaron a seis millones de jud�os en la II
Guerra Mundial, y encarcela a qui�n lo niegue, cuando ellos -los europeos- son
los que cometieron el genocidio. �Por qu� -se pregunta- ha de pagar el pueblo
palestino este crimen que no ha cometido? Europa (y sus cristianos) han de ser
-dice- como responsables, los que les cedan un trozo de su tierra en Europa o
Estados Unidos para que los jud�os establezcan su pa�s y no a expensas del
exterminio del pueblo palestino, imponi�ndoles el estado ficticio de Israel, con
su r�gimen sionista, al que condena y dice que debe desaparecer, como el
apartheid o el racismo, proponiendo como soluci�n, un refer�ndum donde
participen ciudadanos palestinos de todas las confesiones; musulmanes,
cristianos y jud�os, para que decidan el Gobierno que regente Palestina, que
cuenta con cinco millones jud�os, cinco millones de �rabes y otros cinco
millones de refugiados en el exilio.
Los multitudinarios discursos del Presidente Ahmadineyad, con su peculiar
religiosidad isl�mica, no contienen amenazas o intervencionismos. Tampoco se
considera portador de revelaciones divinas al estilo Bush o mensajes tipo Pax
Americana. �D�nde est� el peligro y qui�n es el peligroso?
Fuente: lafogata.org