Medio Oriente - Asia - Africa
|
Hamas: los Hermanos Musulmanes en el inhumano escenario de la Palestina ocupada
Jose Angel ORIA
Principal movimiento islamista palestino, Hamas acrónimo en árabe del
Movimiento para la Resistencia Islámica fue creado el 14 de diciembre de 1987,
poco después del estallido de la Primera Intifada, por un grupo de militantes
islamistas curtidos en la órbita de los Hermanos Musulmanes.
Este movimiento, con sucursales en muchos países musulmanes, fue fundado en
Egipto en 1928 por Hassan El Banna, con el objetivo de dar plasmación pública a
las ansias de reforma del mundo musulmán desde el islam, visibles desde finales
del siglo XVIII.
Desde un primer momento, los Hermanos Musulmanes impulsan una ingente labor
social, a partir de la idea de que hay que trabajar con el individuo, la familia
y la sociedad para lograr luego modificar las estructuras políticas. Una visión
comunitarista y por tanto atractiva para los desheredados de este mundo cada
vez más globalizado que insiste en que la política y el poder son medios para
el logro de la futura sociedad islámica.
Vasta red de ayuda social
Visión que comparte Hamas, que ha desarrollado una muy vasta red de ayuda
social y benéfica, entre escuelas, hospitales y ayuda a familias depauperadas,
entre ellas las de los kamikazes palestinos.
Una visión que conlleva a su vez una actitud no finalista de la lucha política,
evidenciada en la lucha de movimientos islamistas en otros países (Egipto,
Marruecos...), y que podría tener su influencia en la composición del futuro
gobierno de la Autoridad Palestina.
Pero Palestina es Palestina y Hamas se alineó desde un primer momento en una
línea de férrea denuncia de cualquier negociación a la baja con Israel y lideró
la oposición a los Acuerdos de Oslo de 1994.
Ello no impidió que Israel tal y como hizo en su día EEUU aplicara en los
albores de Hamas una política de tolerancia con vistas a debilitar el liderazgo
palestino de la OLP.
A partir del estallido de la Segunda Intifada (setiembre de 2000), Hamas se
convierte en el enemigo número uno de Israel. Sus Brigadas Ezzedine al-Qassam
han reivindicado la mayor parte de los atentados suicidas contra Israel.
Esta organización militar de la resistencia fue incluida en el listado de
«organizaciones terroristas» elaborado por la Unión Europea tras los atentados
del 11-S. Menos de dos años después, la UE dio un paso más en su alineamiento
con EEUU y su aliado israelí e incluyó a Hamas en dicha lista.
En marzo de 2004 Israel decide intensificar su campaña de raids para matar a
dirigentes y activistas palestinos. Ese mismo mes muere bajo las bombas de un
helicóptero israelí el jeque Ahmed Yassin, fundador de Hamas.
Nacido en 1936 en Majdel, cerca de Ashkelon (hoy Israel), Yassin vivió el exilio
tras la fundación del Estado de Israel, en 1948. Su aldea, como tantas otras en
Palestina, fue arrasada por el Ejército israelí.
Yassin fue a estudiar a Egipto, donde entró en contacto con los Hermanos
Musulmanes y fundó en los años setenta su propia organización, Moujama al-Islami
(Agrupación Islámica) y comenzó a reclutar jóvenes para sus filas.
Islam y modernidad
A comienzos de los ochenta, al calor de la revolución iraní, el jeque Yassin
crea una organización más combativa, Majd el-Moudjahiddine (Gloria de los
Combatientes del Islam).
La biografía de Yassin que vivió prácticamente toda su existencia entre el
exilio y la cárcel y, por ende, la de Hamas, responde, por un lado, a la
peculiar y dramática situación del pueblo palestino.
Pero no se puede obviar que bebe de las fuentes del reformismo musulmán. De un
movimiento que propone, con sus propias contradicciones, la inserción del mundo
musulmán en la modernidad.
En este sentido, ha sorprendido en Occidente su «moderada» campaña, para la que
Hamas contrató a asesores electorales que le aconsejaron pulir su discurso y
presentó una plancha de candidatos «civiles», en las antípodas de la presentada
por Al Fatah, con el preso Barghouti a la cabeza.
La religiosidad extrema se da la mano, en Hamas y en otros movimientos
similares, con un tactismo político y con un comunitarismo social que no rechaza
al contrario los adelantos técnicos, incluidos los de la mercadotecnia.
Modernos sí, pero desde el islam.
La mayor victoria de Marwan Barghouti
El cabeza de lista de Al Fatah, Marwan Barghouti, tendría que ser considerado
el gran perdedor de los comicios del miércoles. Pero en Palestina, los criterios
que empleamos en otras partes no sirven. El candidato preso de la fuerza
oficialista, en realidad, ha demostrado tener una lucidez política poco común y
una capacidad de sacrificio muy rara en las elites gobernantes. Sigue preso en
cárceles israelíes, donde prácticamente sólo ha conocido el régimen de
aislamiento desde que fue encarcelado en la primavera de hace cuatro años. Ya
entonces era considerado el «sucesor natural de Arafat» y todo lo que ha
ocurrido desde entonces no ha hecho más que agrandar su figura. Respetado por
propios y extraños, él fue quien logró unificar las dos candidaturas de Al Fatah.
Pero su labor ha ido mucho más allá, según relataba en la primera entrevista que
pudo realizar. Los carceleros admitieron que una periodista de Channel 4 News
hablara con él el pasado sábado. Era la primera entrevista, porque hasta ahora
su única relación con el mundo exterior era su abogado. En relación a Hamas,
afirmaba el parlamentario preso que «he tratado todos los años, y durante el año
pasado, de convencerles y presionarles para que participen en las elecciones.
¿Cuál es el significado de su decisión de participar en las elecciones?
Significa que creen en la democracia». Les convenció y, visto el resultado,
Hamas no desandará lo andado. Hay quien sostiene que si Israel no le excarcela,
le terminará convirtiendo en el Nelson Mandela de Palestina. -