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Latinoamérica

Militarización en Paraguay
Acusan a marines estadounidenses por muerte de campesinos

Redacción de APM
Agencia Periodística del Mercosur

Un representante de los campesinos denunció a marines de Estados Unidos y a grupos paramilitares de ser responsables de desapariciones y muertes en la región del Chaco Paraguayo.

Marines estadounidenses y grupos especiales que actúan como paramilitares "son los responsables de más de 30 desapariciones y muertes" de trabajadores en Paraguay, denunciaron ayer organizaciones, dirigentes sociales y campesinos paraguayos. "En menos de tres meses hubo más de 30 desapariciones y varias muertes, todas ellas a manos de los terratenientes de cada lugar", explicó a la agencia Télam Nicolás Barreto, responsable internacional del Movimiento de Campesinos Paraguayo (MCP). "Hace poco -agregó- murió en Itapúa y a causa de los agrotóxicos el niño Silvino Talavera, su madre hizo la denuncia y como venganza descuartizaron a su hermano y lo tiraron para que todos vean qué es capaz de hacer esa gente". El lugar en cuestión es Mariscal Estigarribia, localidad ubicada a sólo cien kilómetros al norte de Salta y a 250 kilómetros de la boliviana Tarija. Allí, está ubicado el Comando Sur de los Estados Unidos emplazado con una fuerza de 2.800 marines. "Nos parece increíble que se pueda guardar tanto silencio sobre el tema sobre todo porque el Parlamento ya le otorgó inmunidad nada menos que a 16 mil marines. Para tener una real dimensión, todo el ejército paraguayo, incluidos los retirados, tiene 14 mil efectivos.", afirmó Barreto. Para explicar la represión que sufren los trabajadores rurales paraguayos, hay que saber que Paraguay, en todo su territorio, sigue dominado por latifundios como en pleno siglo XIX. A tal punto que si bien el 92 por ciento de la población es campesina, su inmensa mayoría no es dueña de la tierra. Desde hace años, los campesinos -al igual que sucede en Brasil con el Movimiento de los Sin Tierra (MST), o con los movimientos sociales argentinos- vienen protagonizando reclamos y movilizaciones para tratar de conseguir la tierra. Y ante la organización campesina, surge la réplica terrateniente militarizando la lucha de los trabajadores. "Con su anunciada política de tolerancia cero, el presidente (Nicanor) Duarte Frutos militarizó la lucha y le dio un marco de inusitada violencia. A tal punto que los marines participan en la represión y hasta ocupan escuelas agrícolas. Es decir, actúan como un verdadero ejército de ocupación", relató Barreto. En esa zona el gobierno paraguayo creó la Guardia de Seguridad Ciudadana, un grupo especial que si bien responde al Estado, actúa -según todos las denuncias- con metodología paramilitar o parapolicial. Organizaciones sociales y de derechos humanos pidieron recientemente que desarticulen a esos grupos parapoliciales, y el viceministro del Interior, comisario general Mario Agustín Saprisa, respondió que "en Estados Unidos y Colombia existen (grupos similares) y dieron buenos resultados". "La metodología con la que actúan es similar a la de esos países, ya que reclutan a sus miembros de entre los hijos de los campesinos", señaló Barreto. En Mariscal Estigarribia -hay que recordar, en pleno Chaco paraguayo- construyeron una pista de aterrizaje de 3.800 metros de largo para que puedan operar aviones de gran porte. Para tener una dimensión de la obra, hay que decir que es más grande que la del aeropuerto internacional de Asunción. El permiso otorgado al Comando Sur vencía a fines de 2006, pero el vicepresidente Luis Castiglione anunció que se le extendió la licencia por un año más. El lugar donde actúan está estratégicamente ubicado cerca de la zona productora de litio (Salta) y la reserva gasífera más grande de la región (Tarija). "Este no es un problema sólo paraguayo, acá se trata del Pentágono queriendo controlar a las democracias de la región y para eso buscan hacer de Paraguay un país satélite", denunció por su parte José Roselli, ex diputado nacional y actual dirigente del Partido por la Revolución Democrática (PRD) argentino. Orlando Castillo, del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) paraguayo, por su parte, afirmó que "Estados Unidos tiene fuertes aspiraciones de convertir a Paraguay en otra Panamá para sus tropas, y no están lejos de controlar el cono sur y de extender la Guerra en Colombia". Estados Unidos intentó desde 2004 que sus tropas obtengan "inmunidad" en Paraguay, lo que finalmente ocurrió aunque Washington advirtió que no tenía intención de establecer una base en territorio paraguayo. Desde entonces, Estados Unidos realizó contactos con Perú, Ecuador, Venezuela y Paraguay para que firmen un acuerdo que le otorgue inmunidad al ejército estadounidense. No obstante, y ante las denuncias, la embajada estadounidense en Paraguay afirmó a través de un comunicado que los ejercicios militares en cuestión suponen "asistencia humanitaria y médica a comunidades pobres así como entrenamiento militar" y "no tiene intención alguna de establecer una base militar en ningún lugar de Paraguay". Ese fue el mismo argumento utilizado por el Pentágono para explicar sus maniobras en Manta, Ecuador, donde ahora se encuentra una base militar norteamericana de 80 millones de dólares. Primero dijeron que las instalaciones eran una antigua mina que iba a ser usadas para monitoreo del clima y no albergaría de forma permanente personal estadounidense. Días después, sin embargo, el Pentágono tuvo que revelar que en Manta se localizaría una importante base militar que llevaría a cabo misiones relacionadas con cuestiones de seguridad. El FBI también tiene proyectos para Paraguay, tal como explicó el pasado 26 de octubre su director, Robert Mueller, al llegar al país para "comprobar los preparativos para el establecimiento de una oficina permanente en Asunción con el fin de cooperar con las organizaciones encargadas de la seguridad en la lucha contra la delincuencia internacional, el tráfico de drogas y los secuestros". Informes de prensa citaron versiones sobre la supuesta existencia de campos de entrenamiento de Al Qaeda cerca del Paraguay, más precisamente en la zona de la Triple Frontera, entre Argentina, Brasil y Paraguay. En tanto, el gobierno y de la oficina local de las Naciones Unidas (ONU) señaló ayer que El 40 por ciento de la población paraguaya es pobre. Paraguay tiene 5.837.000 habitantes, señaló el viceministerio de la Juventud al difundir un informe elaborado con la cooperación del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Los pobres paraguayos constituyen el 40 por ciento, situación que castiga con fuerza a las mujeres al no poseer condiciones económicas y financieras para cuidar su salud, razón por la cual las complicaciones durante el alumbramiento son la primera causa de fallecimiento en el grupo de 25 a 29 años de edad (182 muertes por cada 100 mil partos). Otros datos indican que unos 242 mil niños salen de sus hogares a trabajar en cualquier actividad, dejando de lado la escuela. En Paraguay sobreviven 17 etnias, totalizando una población de 90.000 personas que no se consideran paraguayas sino que reivindican su identidad como mbya, chamacoco y totobiegoso de, por citar algunas naciones indígenas. De la cifra total de aborígenes, 47 de cada 100 tienen menos de 14 años de edad.      

Fuente: lafogata.org