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Latinoam�rica

M�xico
Ante una elecci�n de estado

Salvador del R�o
ALAI, M�xico DF.
 
 Si no por un fraude cibern�tico o a la manera tradicional en las casillas, el pa�s estar�a ante una elecci�n de estado en la que, desde meses antes de la votaci�n y acentuadas en los �ltimos d�as de las campa�as, el gobierno de Vicente Fox, su partido Acci�n Nacional y una serie de fuerzas econ�micas y pol�ticas desplegaron acciones de todo g�nero para impedir el arribo del centroizquierdista Manuel L�pez Obrador, cuya alianza con los partidos del Trabajo y Convergencia Democr�tica enfrenta ahora a la maquinaria medi�tico-oficial dispuesta a hacer valer el triunfo del candidato oficial Felipe Calder�n en un proceso inesperadamente inacabado cuyo desenlace puede resultar en una profunda divisi�n pol�tica en el pa�s.

El comp�s de espera impuesto por el Instituto Federal Electoral (IFE) al posponer el anuncio de las tendencias preliminares de los sufragios emitidos en 300 distritos electorales el domingo pasado, plantea la inminencia de la impugnaci�n de de la elecci�n por parte de la coalici�n de Andr�s Manuel L�pez Obrador ante las instancias calificadoras de los comicios y con ello un proceso cuyas consecuencias ser�n un conflicto poselectoral -- impugnaciones previstas por parte de los proclamados perdedores en tribunales y hasta amenazas de violencia.

El dato de cerca de 14 millones de votos para cada uno de los dos primeros lugares sugerir�a, por una parte, la ominosa derechizaci�n de una porci�n importante de la sociedad mexicana y por la otra la imposibilidad de los elementos de un espectro de centro izquierda para mostrar a plenitud la perspectiva de cambio de una pol�tica que por espacio de cuatro sexenios ha acentuado la desigualdad econ�mica y la miseria y ha entregado al capital extranjero valiosos recursos que pertenecen a la naci�n.

El no resultado desde las primeras horas despu�s de la elecci�n alienta asimismo las cr�ticas al sistema electoral mexicano y hacia la parcialidad de las autoridades supuestamente encargadas de registrar y sancionar evidentes delitos electorales que se dieron en los meses y semanas previos a la elecci�n.  En el empe�o de "pluralidad" extensa de un nuevo concepto de la democracia y en la complacencia para satisfacer intereses de grupo o de caudillaje corporativo, se ha dado la proliferaci�n de partidos carentes de una verdadera base pol�tica y cuya presencia contribuye -ahora se ve-a empa�ar m�s que a clarificar el saldo de la contienda.

Si, como observadores pol�ticos y expertos en procesos electorales coinciden en se�alar, debe descartarse el fraude cibern�tico y en las urnas por los m�todos cl�sicos del pasado, no ocurre as� con las evidencias de inducci�n al voto y de m�ltiples delitos electorales cometidos por el aparato oficial y el propio PAN desde meses antes de la votaci�n y que se intensificaron en los �ltimos d�as ante la pasividad sospechosa de las autoridades encargadas de registrarlos y sancionarlos, concretamente el Instituto Federal Electoral y la Fiscal�a Especial para Delitos Electorales.

El gobierno y el PAN recurrieron a todo: al intento de desafuero del candidato del PRD sigui� una larga lista de acciones para impedir su llegada a la presidencia.  Entre las �ltimas: acusaciones sin fundamento por un supuesto fraude a un hermano de Andr�s Manuel L�pez Obrador y al candidato del PRI a la gubernatura de Jalisco; violaci�n de la p�gina en internet del candidato del PRD, reactivada por hackers para introducir una carta ap�crifa que de ser cierta habr�a violado la suspensi�n de toda manifestaci�n de proselitismo en los d�as previos a la elecci�n e invitado a sus seguidores a no aceptar la derrota en los comicios; una campa�a de inducci�n del voto en favor de Acci�n Nacional mediante llamadas telef�nicas para las cuales se hizo uso de datos del padr�n electoral que el PAN obtuvo con la complicidad de funcionarios del Instituto Federal Electoral y, por supuesto, el discurso permanente del presidente Vicente Fox en favor de la continuidad de su pol�tica de gobierno y de alerta a los ciudadanos respecto al "peligro" de votar por el "populismo" de L�pez Obrador.

La campa�a para sumar votos a Felipe Calder�n busc� golpear por igual al PRD y al PRI.  Uno de los �ltimos intentos por allegar votos al aspirante Felipe Calder�n fue la intempestiva resoluci�n que abri� la detenci�n domiciliaria del ex presidente de la Rep�blica Luis Echeverr�a, en la fase final de un proceso que, seg�n se preve�a los medios judiciales, debi� concluir con el rechazo a la acusaci�n de genocidio en los sucesos del 2 de octubre de 1968 y en todo caso con un fallo en el que se considerara que el entonces secretario de Gobernaci�n no fue el responsable de la participaci�n del ej�rcito.  Pero al parecer el Magistrado M�ttar ten�a un proyecto de recambio para lo que se ofreciera, o bien prepar� uno de emergencia.  Lo cierto es que, de acuerdo con testimonios del personal del Segundo Tribunal Unitario, el mi�rcoles por la noche y el jueves durante todo el d�a se trabaj� ah� a marchas forzadas para integrar la resoluci�n finalmente entregada a la Fiscal�a de Carrillo Prieto.  Sea que el magistrado hubiera dispuesto de un "plan B" o que haya preparado una resoluci�n de �ltima hora, es f�cil imaginar las razones del cambio, similares a otras en las que fallos judiciales discutibles se han inclinado hacia los intereses del poder.

En el comp�s de espera, la relaci�n de fuerzas entre el Ejecutivo y el Legislativo que se espera del resultado de las elecciones, con el PAN como la primera mayor�a pero con una oposici�n adversa y resentida, no augura ni garantiza una situaci�n de gobernabilidad ni ser� signo de un verdadero avance democr�tico para el pa�s.

Fuente: lafogata.org

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