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Las solicitudes de baja le han quitado cada día al Ejército un promedio de 17 hombres
El Tiempo
En otras palabras, es como si seis batallones de contraguerilla (2.740
militares) hubieran abandonado las filas.
La cifra, hasta ahora desconocida, hace parte de un promedio similar que se ha
mantenido desde 2004. Pese a que el incremento del pie de fuerza en los últimos
años ha sido mayor y compensa esa pérdida, el impacto de esta tendencia no puede
menospreciarse y -según analistas en temas de defensa y seguridad- sería la
evidencia de los problemas de cansancio y presión que sufren muchos militares.
Según sus propias cifras, en el 2004 y el 2005 el Ejército perdió diariamente 14
hombres (oficiales, suboficiales y soldados) porque ellos lo pidieron.
Consultados por EL TIEMPO, varios oficiales y suboficiales señalaron que lo que
más los motiva a pedir el retiro son las condiciones de presión en las que
trabajan.
Por un lado, tres coroneles y dos mayores, comandantes de batallones clave en la
lucha contra las Farc en el sur y oriente del país (y quienes pidieron omitir
sus nombres para evitar represalias), indicaron que "la gente no llega a
imaginarse la tortura sicológica de tener que entregar resultados todos los
días".
Para algunos analistas, esta presión es la que lleva a que en repetidas
oportunidades, los suboficiales, tenientes y capitanes (por su responsabilidad,
los más vulnerables) presenten a civiles como bajas en combate.
La presión "La dinámica de la guerra exige mayores sacrificios y por ende
frustraciones y eso se evidenció cuando 18 soldados intentaron retener un
helicóptero para que los sacara de la selva en pleno furor del Plan Patriota",
señala el analista de la Universidad Nacional, Guillermo Camargo.
En total, en los últimos dos años y medio (2004, 2005 y lo que va del 2006), por
causas distintas a muertos o heridos en combate, el Ejército ha perdido a 13.535
hombres entre oficiales, suboficiales y soldados. En esta cifra, además del
retiro voluntario, se incluye el llamamiento a calificar servicios y la
aplicación de la medida discrecional.
Este número equivale a casi tres Fuerzas de Despliegue Rápido (Fudra), la unidad
élite del Ejército.
En este mismo periodo, el aumento del pie de fuerza, según las cifras del
Ministerio de Defensa, ha sido de 24.533 hombres incluido el personal de Armada
y Fuerza Aérea.
'Solo son el dos por ciento' Aunque el ingreso de personal es muy superior
comparado con los retiros, no deja de ser preocupante que voluntariamente se
vayan tantos hombres (11.937 entre el 2004 y el primero de junio de este año),
especialmente cuando el Ministerio de Defensa está empeñado en seguir aumentando
su pie de fuerza.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Carlos Alberto Ospina, argumenta
que el retiro de uniformados equivale tan solo a un 2 por ciento del total del
personal.
Las estadísticas señalan que en el 2004 el promedio de combates diarios fue de
entre 5 y 7, con 5.283 misiones tácticas (operaciones). Comparadas con este año,
las operaciones son mayores (5.719).
Por su parte, el comandante del Ejército, general Mario Montoya, ha señalado en
repetidas oportunidades que el éxito de la guerra y los resultados no se puede
medir por las cifras, pero que sí suman para llegar a la victoria.
Sin embargo, el tema de los oficiales que no se sienten a gusto con una presión
desmedida podría generar efectos inesperados. Hace unas semanas, algunos vieron
en la renuncia de 4 coroneles de la III Brigada, con sede en Cali, un ejemplo de
esta situación.
Pero, los oficiales, al ser consultados públicamente, negaron que su retiro se
diera por motivos de inconformidad y dijeron que lo hicieron por causas
personales.
En medio de esa situación, el anuncio del Ministerio de Defensa de hacer
profundas reestructuraciones a la Justicia Penal Militar sumaría nuevos
malestares.
"Para qué se arriesga uno en una operación si en vez de salir como el héroe,
puede terminar cuestionado, encarcelado y sin garantías para defenderse", señaló
un oficial.
El ministro de Defensa, Camilo Ospina, niega que los cambios en la Justicia
Militar estén afectando la moral y dice que las fuerzas están más comprometidas
que nunca.
Otras quejas señalan que a unos pilotos de la Aviación del Ejército les
informaron que al que deje impactar su nave lo dejarán en tierra. Sin embargo,
el general Ospina dice que no se trata de un castigo, sino de una medida para
investigar qué pasó.
La crisis de los coroneles Algunos analistas consideran que los oficiales que
llevan todo el peso de esta situación son los coroneles, porque no tienen una
buena calidad de vida, sus relaciones personales han fracasado por estar lejos
del hogar y están poniéndoles gente, por debajo de su rango, para misiones de
mucha experiencia, mientras por encima solo reciben presión de sus superiores.
Aunque el alto mando de las Fuerzas Militares y el Ejército ven estas bajas como
algo natural del tamaño de la institución y de la intensidad de la guerra, no es
claro si estaban preparados para manejar adecuadamente estos hechos.
Por lo pronto, la verdad es que el Ejército está lejos de ser una tropa acabada
y desmoralizada, y que estas situaciones deben ser un campanazo de alerta para
una profunda reflexión interna.
'Muchos se retiran porque la vida en la guerra es muy dura' El comandante de las
Fuerzas Militares, general Carlos Alberto Ospina, señaló que hay un 98 por
ciento de estabilidad en la institución y solo el 2 por ciento está en rotación
(los hombres que se van). "Hay soldados que estuvieron toda la vida sin prima de
orden público y ahí están. Por lo menos 2.000 soldados van a llegar a los 20
años. Así que la institución es estable", señaló el general.
"En los soldados hay que tener en cuenta una cosa, que es una vida muy dura,
contra un sueldo muy bajo y muchos se retiran porque la vida en la guerra es muy
dura".
Según el comandante de las Fuerzas Militares, no hay en el mundo soldados que
trabajen como lo hacen los colombianos.
"Ellos están permanentemente en el monte, durmiendo en hamacas, con zancudos,
así que es obvio que haya un grupo que tenga que irse", señaló.
De otro lado, dijo que los objetivos de las Fuerzas Militares están trazados
claramente y volverlos una competencia para determinar quién hace más muertos
sería absurdo. "Obviamente que tienen que existir combates y bajas, pero no hay
que confundir los medios con los fines. En algunos casos puede haber mal mando y
mala orientación, por lo tanto mala interpretación de los objetivos", indicó.
Sobre el caso de la Aviación del Ejército, Ospina dijo que no se pretende bajar
a las tripulaciones de vuelo si no investigar cada caso para determinar las
condiciones en las que fueron impactados y saber qué falló en el procedimiento.
Es una medida normal que se ha hecho en la Fuerza Aérea y que se empezará en el
Ejército.