Latinoamérica
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Policías y/o criminales
Mario Osava
IPS
Amancio, un policía militar de Río de Janeiro, fue gravemente herido por la
espalda con un fusil de guerra disparado por bandidos, según la versión oficial.
Pero en realidad era "fuego amigo" y de frente, relató a un amigo poco antes de
fallecer en el hospital.
Después de un combate con una banda de narcotraficantes en una "favela" (barrio
marginado y hacinado), Amancio se sintió a salvo cuando avistó a un grupo de
colegas. Les hizo una seña, pero recibió como respuesta un balazo en el vientre.
Era negro, estaba armado y no llevaba uniforme, pues se encargaba de buscar
información. No comprendió por qué sus compañeros dispararon sin darle
oportunidad de identificarse. Par él fue fatal ser negro. Lo sepultaron como a
un héroe, víctima del enemigo.
Este caso abre el libro "Elite da tropa" (Elite de la tropa), en el que André
Batista, capitán de la Policía Militar de Río, su ex colega Rodrigo Pimentel y
Luiz Eduardo Soares, antropólogo y ex secretario nacional de Seguridad Pública,
describen por medio de 23 historias la corrupción, la hipocresía y las
violencias que pudren por dentro a la institución policial.
El libro utiliza la ficción, pero se basa en hechos y personajes reales, con
nombres ficticios que ocultan sus identidades, pero no los crímenes cometidos en
nombre del combate a la delincuencia.
Torturas, ejecuciones sumarias, intrigas y la disputa descontrolada por el poder
hacen que la policía sea otra cara del crimen, en parte por la naturaleza
irrecusable de su misión, y en parte por las distorsiones que le quitan eficacia
a su función.
La primera parte del libro intenta retratar al Batallón de Operaciones
Policiales Especiales, considerado la elite de la Policía Militar porque sus
casi 150 miembros son entrenados "para ser la mejor tropa de guerra urbana del
mundo", listos para enfrentar misiones de alto riesgo en las favelas dominadas
por el narcotráfico.
Allí desfilan 22 dramas vividos por sus efectivos, según la visión de la
violencia de un capitán que oscila entre la adhesión y el rechazo al espíritu
que orienta las acciones de esa tropa de elite. Su sensibilidad lo llevó a
estudiar derecho en la universidad y a describir en este libro las llagas
internas de la institución.
La parte final, de 150 páginas, cuenta en forma de guión cinematográfico un
episodio que involucra al secretario estadual de Seguridad Pública, a
comandantes de las policías militar y civil, a un jefe del narcotráfico y a
varias personas atrapadas en un drama mortal, algunas de ellas mujeres.
Más que la complicidad, se revela allí la asociación o fusión entre policía y
criminales, con extorsiones, canje de favores y grupos policiales actuando en
función de sus propios intereses ilegales.
Así se fuerza a un líder de narcotraficantes a volver a su puesto en una favela
para seguir aportando sus ganancias a la campaña electoral de un jefe policial
que aspira a ser diputado.
"Elite de la tropa" no es gran literatura ni busca efectos estéticos, sino
mostrar de forma cruda, visceral, la violencia desde el punto de vista de la
policía.
El antropólogo y politólogo Luiz Eduardo Soares se destacó por sus estudios
sobre la violencia, como profesor universitario y activista de una organización
no gubernamental.
Llegó a ser coordinador de Seguridad, Justicia y Ciudadanía del gobierno
estadual de Río de Janeiro en 1999 y secretario de Seguridad Pública en el
primer año del actual gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Le tocó entonces ser el principal responsable de formular la política nacional
de seguridad que se aplica a medias en este país después de su dimisión, en
octubre de 2003, por acusaciones de nepotismo, debido a que contrató a su ex
esposa y a la actual en su Secretaría.
En este libro, como en uno anterior firmado junto a dos activistas del
movimiento de hip hop en las favelas de Río, Soares actuó como orientador y
organizador para que las experiencias vividas por sus coautores fueran
difundidas de manera eficaz.
El propósito es desnudar las entrañas de la policía como parte del gran problema
de la violencia urbana en Brasil. Comprender cómo funcionan las instituciones de
seguridad pública y sus lacras internas es condición para un debate más amplio y
la búsqueda de soluciones efectivas.