Zapatismo
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¿Qué hará el movimiento obrero con "su" gobierno proimperialista?
La lucha continúa
Es muy difícil que Estados Unidos quiera poner un freno a la desestabilización
de los intereses imperialistas apoyándose en una pieza tan pequeña como Uruguay.
A lo sumo sería un aliado -relativamente barato- que frenaría el proceso de
integración latinoamericana
Editorial
1 de mayo de 2006. A más de un año de la instalación del gobierno progresista se
realizó un nuevo acto central en homenaje a los Mártires de Chicago. El PIT-CNT
la convención única de trabajadores conmemoró a su vez los 40 años de
unificación sindical en Uruguay (la CNT surgió en 1966).
Bajo la consigna "El FMI ya fue..." el bloque oficialista hegemónico en el
movimiento sindical desplegó al máximo su retórica anti imperialista, mientras
"su" gobierno permanecía en visita oficial en México y los Estados Unidos
explorando la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio bilateral con Uruguay.
En la proclama central marcó distancias y acercamientos con el gobierno
progresista. Pero sin tomar ni anunciar medidas concretas de lucha. Se declara
la oposición a la política económica social-liberal de Astori y Cía., la
oposición a los pagos en forma adelantada de los vencimientos de la deuda
externa con el FMI posponiendo así los recursos imprescindibles para el
prometido y tantas veces anunciado "Uruguay productivo". Se declara la oposición
a la política imperialista de fomentar los TLC en el continente sudamericano
política ésta que está minando los entendimientos y acuerdos regionales.
Pero lo fundamental ha sido la deliberada política de aislar y ocultar los
puntos más álgidos de confrontación con la política burguesa del gobierno. Los
trabajadores cañeros del norte del país que ocuparon tierras para producir, los
trabajadores gráficos de la cooperativa Coprograf que están procesados por la
"justicia" por ocupar y poner a producir una unidad productiva (ex Impresos
Vanni) en estado de quiebra por insolvencia e ineficiencia de la administración
patronal, no pudieron hacer escuchar su voz en la principal tribuna de la clase
obrera. La burocracia sindical no permitió en esta instancia que los
trabajadores en conflicto hicieran sentir su malestar con el gobierno
progresista por el ninguneo permanente que les ha hecho ante sus reclamos de una
legislación que ampare sus derechos conculcados por la arbitrariedad de la
patronal y el burocratismo de la administración estatal.
El sindicalismo en Uruguay en este último año ha pegado un enorme salto
cuantitativo, tanto en cantidad de afiliados como de nuevos sindicatos. Los
Consejos de Salarios reestablecidos en este gobierno tras años de no convocarse
lograron en algunas ramas de la economía y en los salarios más sumergidos
incrementos porcentuales realmente importantes (aunque insuficientes en todos
los sentidos para llevar un nivel de vida mínimamente decoroso). Pero a su vez
permitió y afianzó el control de la fracción hegemónica en el movimiento
sindical al no cumplir -y el PIT-CNT no exigir- las propias disposiciones
legales que obligan a la elección de los representantes a los Consejos de
Salarios y no su designación como se ha establecido. A su vez el Ministerio de
Economía estableció topes máximos de recuperación salarial en algunos grupos muy
por debajo de los salarios perdidos en los últimos años (4,89% de incremento del
salario real contra pérdidas de más del 30% en algunos casos).
La política de conciliación de clases y colaboracionismo con el gobierno
requiere para ser sostenida el logro de algunos beneficios económicos para la
clase obrera. Es así como surgen permanentemente nuevos conflictos con una
burguesía que no está dispuesta a realizar mayores concesiones y menos con una
situación económica que le reduce permanentemente sus beneficios (caída del
precio del dólar, fiscalización de la DGI [Hacienda], problemas en el comercio
regional, etc.).
La apuesta estratégica de las principales cámaras empresariales es la de
realizar un TLC con Estados Unidos, abrirse del MerCoSur y tomar distancia del
proceso de cambios latinoamericano. El freno y la represión del movimiento
obrero es algo fundamental ante un nuevo ciclo de recesión que requiera un
ajuste a la baja de los costos salariales.
El gobierno progresista ha percibido esta coyuntura muy particular, pero se
muestra errático, rehén de sus propias contradicciones internas. El
disciplinamiento fiscal de Astori y Cía. le permite llegar a un entendimiento
con los organismos internacionales de crédito, pero lo distancia de su propia
base social. Los acuerdos con Venezuela y Bolivia puede oxigenar la endémica
crisis energética del país, congratula a la burguesía local con las perspectivas
de buenos negocios pero se enemista con los Estados Unidos. Los acercamientos
con este último provocan el efecto contrario, lo distancian de la región y lo
acercan a la vieja oligarquía vacuna que observa como "su" proyecto de país agro
exportador y sempiterno productor de materias primas se perpetúa y consolida.
La pregunta principal que ha realizarse es ¿por qué Estados Unidos tiene interés
en el gobierno de Vázquez?
"En esta ciudad (Washington D.C.), en todas las esquinas donde vaya, va a
encontrarse con una inmensa admiración y respeto por lo que ha podido hacer en
estos tiempos"
(Luis Alberto Moreno, Presidente del BID)
"Ustedes son un ejemplo"
(Rodrigo "de" Rato, Director General del FMI)
"Vázquez es un presidente que ha convencido a los escépticos y ha dado a su país
un liderazgo fuerte"
(David Rockefeller, Presidente Honorario del Consejo de las Américas)
Lo importante es apreciar el conjunto de la situación.
El gobierno de Bush está claramente debilitado y ha perdido posiciones en el
concierto latinoamericano. Al desafío de Venezuela y Cuba se suma ahora Bolivia
y su programa reformista. El fracaso del ALCA provocado por los principales
países del MerCoSur obliga a minar estos proyectos de integración regional.
Uruguay puede funcionar como ariete y cuña en la región. Y el pragmatismo
oficialista estaría dispuesto a cumplir esta triste función.
"Uruguay va a tener un papel importante que jugar en el futuro de las relaciones
comerciales hemisféricas"
(Thomas Shannon, Secretario de Estado adjunto para América Latina)
El propio presidente Vázquez -en forma no oficial- habría manifestado en
Washington que el equipo de gobierno estaría analizando la desvinculación de
Uruguay del MerCoSur como miembro pleno y pasar así al estatus de país asociado
al bloque regional. Uruguay necesita (si cumple con la formalidad del MerCoSur)
participar en una negociación conjunta del bloque con Estados Unidos para luego
solicitar una autorización expresa del Consejo del Mercado Común para firmar un
TLC bilateral. Este procedimiento fue el seguido con México, y así en el 2004 se
firmó un TLC entre Uruguay y el país azteca. Pero con la incorporación de
Venezuela al bloque regional este extremo sería impracticable.
Es muy difícil que Estados Unidos quiera poner un freno a la desestabilización
de los intereses imperialistas apoyándose en una pieza tan pequeña como Uruguay.
A lo sumo sería un aliado -relativamente barato- que frenaría el proceso de
integración latinoamericana y para esto debiera ser fundamental que se integre
el MerCoSur como miembro pleno. Si un TLC bilateral Uruguay-Estados Unidos
hiciese incompatible su permanencia en el MerCoSur Estados Unidos no lo
ratificará y a lo sumo establecerá como alternativa una serie de preferencias
arancelarias en algunos rubros de nuestra economía local.
Recordemos que Uruguay exporta fundamentalmente carne al mercado norteamericano.
Esta carne logró su ingreso en forma temporal en virtud de la interrupción del
flujo cárnico con Canadá y algunos países europeos a raíz de la presencia en sus
rodeos de la enfermedad de la "vaca loca". Uruguay apostaría a que esta
presencia temporal y marginal en el coloso del norte se prolongue en el tiempo
con algún estatus especial. Pero dejando estas menudencias y miserias de la
política local creemos que será Brasil la clave de este asunto. Este -y no
Uruguay- será el próximo foco de atención del imperialismo y sus agentes. Brasil
es el centro de América del Sur. La situación generada en Bolivia con la
nacionalización de los hidrocarburos cuestiona el rol sub imperialista del
coloso sudamericano. Brasil es el principal consumidor del gas y petróleo
boliviano, y los compra a un precio vil. El alcance del reformismo del MAS
marcará los próximos pasos de esta lucha de los pueblos en América Latina. Y
nosotros estando tan cerca, estaremos en realidad muy lejos.
El Tratado de Asunción se suscribió el 26 de marzo de 1991, el MerCoSur entró en
vigencia plena el 31 de diciembre de 1994. El Tratado fue ratificado por el
Parlamento uruguayo con el voto solitario en contra de Helios Sarthou. El resto
de los parlamentarios frenteamplistas se sumó (en algunos casos en un "apoyo
crítico") a los cantos de sirena del gobierno del momento y de los partidos
burgueses, la prensa, la televisión, etc. El MerCoSur era la piedra filosofal
que nuestro país necesitaba. Danilo Astori, entonces senador, era el principal
ideólogo de esa orientación: el MerCoSur era un arma en la lucha
antiimperialista contra la "Iniciativa de las Américas" (luego el ALCA, luego
los TLC) que pretendía imponer el gobierno de EEUU en América Latina.
Un pequeño grupo de marxistas, destacándose entre ellos el economista Guillermo
Foladori (desde hace años en Brasil luego de que perdiese su trabajo en la
Universidad) denunció la mentira del MerCoSur. Estos desubicados marxistas,
siempre sin aceptar la realidad.... ¿Cuales eran sus argumentos?
La condición dependiente de las burguesías locales hace que sus contradicciones
sean más fuertes que sus intereses comunes. No lograrán hacer un frente común
ante el imperialismo. Por el contrario, tratarán de obtener prebendas a costa de
las otras. El MerCoSur abrirá más aún las puertas a los negocios de las
transnacionales y preparará las condiciones para una dependencia más profunda
con mecanismos más subordinados aún al imperialismo.
¡La puta con el marxismo!
De entre los gobiernos "progresistas" de esta Latinoamérica actual se destaca el
gobierno uruguayo por su política marcádamente cipaya. No hace otra cosa que
responder a la condición de debilidad e inoperancia de la burguesía uruguaya,
¿qué otra cosa podrían hacer?. Cuando las guerras, las catástrofes, las
hambrunas, siempre son las niñas las primeras en prostituirse.
Y en esta izquierda "progresista", los que ayer veían en el MerCoSur la
alternativa ante el ALCA, hoy ven la alternativa al MerCoSur... ¡en el ALCA! Ni
siquiera se les ocurre pensar en una "autocritica" de sus planteos de hasta hace
muy poquitos años, el oportunismo no tiene memoria.
Su miseria intelectual y moral, ¿qué otra cosa merece sino el desprecio?
Fuente:www.lafogata.org