Zapatismo
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Desde el penal, la coronela Aurora, del ERPI, exige libertad
para los presos de Atenco
"La otra campaña, cauce para las luchas populares por la vía pacífica"
Blanche Petrich
Si Gloria Arenas Agis, la coronela Aurora del Ejército Revolucionario del Pueblo
Insurgente (ERPI) no logra la revisión de su caso con el último recurso de
amparo al que tiene derecho y que está pendiente de resolución, tendrá por
delante todavía 44 años de cárcel. Con todo, hoy lunes cumple 24 días en huelga
de hambre en el penal de Chiconautla, para exigir la libertad de los presos de
Atenco, la cancelación de las órdenes de aprehensión de los perseguidos del
Frente Popular en Defensa de la Tierra, y el castigo a los policías que violaron
mujeres el pasado 4 de mayo, durante el operativo en el estado de México.
Entrevistada telefónicamente desde ese centro de readaptación social del
municipio de Ecatepec, la reclusa señala que si el Estado no atiende el clamor
de justicia de la otra campaña, se corre el riesgo de obstruir las vías
políticas y legitimar la lucha armada. "Pero ojo, no estoy haciendo un llamado a
la lucha armada. Yo soy adherente de la otra campaña y estoy convencida de que,
en las condiciones actuales, este movimiento pacífico es la única alternativa".
Pese a su complicada situación personal, hace suya la consigna "lo que le hacen
a uno nos lo hacen a todos". Por lo que, desde prisión, ha encontrado en la
huelga de hambre una forma de contribuir "con mi granito de arena". Pero algo
más la mueve. La gratitud por el apoyo que desde hace años recibe de los
habitantes de San Salvador Atenco en la cárcel. Y como mujer, la solidaridad con
las otras mujeres agredidas. "Si estuviera en libertad, estaría haciendo otras
cosas, participando en las marchas y plantones. Pero aquí esto es lo que me toca
hacer".
Como líder de uno de los movimientos armados que surgieron después del
levantamiento zapatista -el ERPI es una escisión del EPR, que lanzó su primera
proclama en Aguas Blancas, Guerrero, en 1996-, Gloria Arenas advierte: "No sé si
las autoridades se dan cuenta que con este patrón represivo están legitimando la
lucha armada. La gente que es acorralada puede llegar a la conclusión de que si
luchando por los cauces legales la van a reprimir, mejor se levanta en armas.
"Es importante hacer notar que la otra campaña zapatista es una iniciativa muy
amplia, que insiste en mantenerse en la opción pacífica. No ha caído en la
provocación. Hablo como ex militante de una organización político militar".
-¿Como ex guerrillera?
-Lo que soy ahora es adherente a la Sexta Declaración, con todas sus
consecuencias. Ahora estoy en otra cosa. Pero no puedo dejar de notar que mucha
gente se puede desesperar, levantarse en armas. No los estoy justificando, pero
a eso los están orillando. No sé si el gobierno se da cuenta de esto. O si, por
el contrario, esa es su tirada. Que la gente se canse, caiga en la provocación y
opte por la violencia. Entonces tendrán toda la oportunidad que están esperando
para justificar su discurso violento, para asegurar ante los poderosos que la
mano dura sí sirve para lo que llamarían una estabilización. Es un panorama
perfecto para inducir el voto del miedo. Pero lo que deberían saber es que eso
no sirve; las cosas no funcionan así".
A la presa le interesa hacer llegar su mensaje al gobierno y a los militantes:
"El cauce para las luchas populares por la vía pacífica está dado en la otra
campaña. Ojalá que desde el poder no desprecien y frustren este intento por
construir un movimiento pacífico para un cambio de fondo. Y que la gente
entienda que hay que resistir este embate. De la forma como resistamos y
superemos esta etapa va a depender que podamos crecer".
-¿Qué opina de que el EZLN suspendió por el momento el recorrido de la otra?
-Inicialmente yo propuse en una carta que no se detuviera, que continuara. Pero
he entendido que lo que se detuvo es el recorrido, no la campaña. El principio
de esta decisión, según la entiendo, es que no nos hemos olvidado de los demás.
Pero precisamente porque no olvidamos a nadie, nos detenemos.
-Ustedes -Gloria y Jacobo- purgan una sentencia de 51 años sin derecho a
preliberación en un proceso judicial que han impugnado. ¿Ahora confían en la
justicia; confían en que los detenidos van a salir libres?
--Es un reto muy grande. Si el Estado quiere llevar a cabo esta nueva
ilegalidad, tienen que sentir que hay repercusiones.
La huelga de hambre de Gloria, que la ha hecho perder más de ocho kilos en tres
semanas, ha provocado la sorda represalia de las autoridades, que le han
restringido el traslado para un chequeo médico al Instituto Nacional de
Cancerología, donde hace un año fue operada de un tumor maligno en un seno.
Desde la mínima rendija que en la cárcel le permite conocer lo que sucede en el
exterior, supo del violento operativo en Atenco. "Y me dolió como si lo viviera
en carne propia, porque yo he pasado por esto: tortura, fabricación de delitos,
las condiciones infernales de La Palma. Pero con una diferencia. Yo sí
pertenecía a una organización armada. Ellos, los de Atenco, no. Ellos pertenecen
a una organización política legal y pacífica."
En su momento, la ONU documentó la tortura a la que fue sometida Gloria Arenas
durante los días que duró su interrogatorio. Esos testimonios, que hubieran sido
suficientes para anular su proceso, fueron desdeñados por las autoridades.
Posteriormente, mientras estuvo presa en Almoloya, su intimidad y dignidad
fueron agraviadas de otro modo, cuando la dirección carcelaria "filtró" a dos
programas de televisión un video en el que se grabó la visita conyugal con su
marido, Jacobo Silva Nogales.
"Por eso no puedo poner en duda que las denuncias de violaciones tumultuarias y
agresiones sexuales por los policías sean ciertas. Pero no considero que los
granaderos sean los únicos responsables. Culpables son todos: los mandos
policiacos; el jefe de Seguridad Pública del estado de México, Wilfrido Robledo,
que agudiza la gravedad del delito con sus declaraciones cínicas; el mismo
gobernador Enrique Peña Nieto. Todos, autoridades federales y estatales, son
cómplices. Ni siquiera fue necesario que dieran la orden: viólenlas. Esa es la
norma, ellos sienten que es su derecho, para subrayar la condición de
sometimiento. Por eso es necesario luchar, romper la pasividad de la ciudadanía
ante estos hechos."
Al penal de Chiconautla la información sobre lo que ocurre en otras prisiones
llega por medio de muchos filtros pero se percibe desde una sensibilidad
distinta, la de quienes ya pasaron por eso. De ahí la preocupación de Gloria
Arenas por los presos de Atenco en Santiaguito, pero sobre todo por los tres que
se encuentran en La Palma. E imagina lo peor, ya que describe a La Palma no como
una prisión, sino un ataúd. Lo sabe por lo que su esposo Jacobo le suele
escribir. Desde que la PFP asumió el control de esta cárcel, ciertos presos,
entre ellos Silva Nogales, reciben un tratamiento especialmente severo. A él,
pintor, le prohíben pintar. No tiene acceso a ningún material de lectura ni al
teléfono. Sólo se le permite una salida
al patio de 40 minutos a una hora; varias veces al día recibe revisiones
corporales completas, que incluyen la obligación de bajarse la trusa frente a
los custodios y hacer sentadillas. Sus alimentos los debe ingerir en 10 minutos,
dentro de su celda, en absoluta soledad, o le son retirados.
Fuente:www.lafogata.org