Zapatismo
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Hoy se declara "exonerado político" y es jefe de Departamento en la SAFP
Edwin Dimter, el sádico "Príncipe" del Estadio Chile
Por décadas logró ocultar su identidad, cubierto por el silencio de sus antiguos
camaradas de armas. Edwin Dimter Bianchi, audaz protagonista del tanquetazo de
junio de 1973, fue "El Príncipe", el sádico niño bonito del Estadio Chile al que
le han imputado la muerte de Víctor Jara. Hoy, se declara exonerado político y
ocupa una jefatura de Departamento en la Superintendencia de AFP.
Pascale Bonnefoy
Al "Príncipe" no lo olvidarían jamás los cerca de cinco mil detenidos en el
Estadio Chile los días posteriores al golpe militar de 1973. Era alto, rubio, de
ojos azules, pelo engominado hacia atrás: un perfecto pije que se paseaba en los
pasillos superiores del Estadio como pavo real, siempre balanceando un linchaco,
permanentemente amenazando e insultando a los prisioneros.
"¿Me escucha la cloaca marxista? ¿Me oyen los comemierda? ¡Ahora se acabaron los
discursos, chuchas de su madre! Ahora van a tener que trabajar. Los que se
nieguen a trabajar, los fusilaremos. ¿Me escuchan los vendepatria?" El oficial,
con su vozarrón, no necesitaba usar el micrófono dispuesto en el pasillo del
segundo piso del Estadio Chile. "¡Tengo voz de Príncipe!" exclamó ante miles de
detenidos. Así, el arrogante teniente de 23 años quedó como el "Príncipe", y su
cara redonda y bonita permanecería grabada en la retina de los prisioneros
políticos para siempre.
En las últimas semanas, media docena de ellos ha reconocido a Edwin Dimter como
el "Príncipe", al verlo en persona y a través de fotografías.
"Todos los presos teníamos que mantenernos trotando con las manos en la nuca,
mientras avanzábamos hacia un mesón donde Dimter anotaba los nombres de los
presos. Mientras estaba en la fila, tenía que aprenderme mi número de carnet
antes de llegar al mesón. Saltaba y me memorizaba el RUT. Cuando llegué al
mesón, lo miré a él, y recordé mi RUT. Por eso se me grabó su rostro, su cara de
angel, porque fue mirándolo que me aprendí mi RUT por primera vez," relata
Víctor García, entonces estudiante de la UTE recluido en el Estadio.
Así lo ha afirmado también un oficial de Ejército en retiro que conoció a Dimter
cuando éste era recién un cadete en la Escuela Militar a mediados de los
sesenta, y se lo volvió a encontrar en el Estadio Chile, adonde este oficial
había sido enviado a resforzar la guardia exterior.
Y así lo admitió el propio Dimter ante el juez Juan Eduardo Fuentes, quien
investiga el asesinato de Víctor Jara en el Estadio Chile. Citado a declarar a
mediados de marzo este año, según el abogado Nelson Caucoto, Dimter reconoció
ante el magistrado haber estado en el Estadio Chile, aunque no admitió ser el
"Príncipe". Como Dimter, otros dos protagonistas de la sublevación del
Regimiento Blindados N° 2 el 29 de junio de 1973, conocido como el "tanquetazo",
en contra del Presidente Salvador Allende, también fueron citados a declarar y
reconocieron haber estado en el Estadio Chile: el teniente coronel Roberto
Souper y el teniente Raúl Jofré González.
"Dimter y Jofré fueron los más 'perros' en el Estadio. Tenían sangre en el ojo.
Venían con mucha odiosidad por haber estado presos. Salen libre el día del golpe
y se enfrentan a miles de detenidos, completamente a su merced. El ensañamiento
para con los presos se explica por el estado psicológico con que venían,"
explicó otro oficial de Ejército en retiro que fue instructor de Dimter en la
Escuela Militar, y tuvo reiteradas oportunidades de encontrarse con él en los
meses previos al golpe militar.
Dimter había recuperado su libertad recién el 11 de septiembre. Junto a Jofré,
había permanecido casi tres meses recluido en la Escuela de Telecomunicaciones
del Ejército en Peñalolén debido a su participación en el tanquetazo. Esa
mañana, Dimter había dirigido una audaz acción de rescate: irrumpió con un
tanque en el Ministerio de Defensa para liberar al capitán Sergio Rocha Aros,
detenido a disposición de la justicia militar tras haberse detectado días antes
el complot en el mismo regimiento. En la acción fue muerto el sargento Rafael
Villena. Unos 15 civiles murieron ese día, entre ellos el corresponsal argentino
de la Radio y Televisión de Suecia, Leonardo Henrichsen, quien filmó su propia
muerte; Dimter es imputado en la querella criminal interpuesta por sus hijos en
octubre pasado en Santiago.
El mismo día del golpe, Dimter retornó a su unidad, y según fuentes militares,
él y Jofré fueron inmediatamente enviados en "comisión de servicio" al Estadio
Chile, inaugurado como tal sólo cuatro años antes.
Era histriónico, y convirtió al Estadio Chile en su nuevo escenario. "En una
ocasión, el Príncipe nos mostró un fusil AK-47 desde el pasillo del segundo piso
donde hablaba. 'Esto lo encontramos en un allanamiento. ¡Con esto nos iban a
disparar!' gritó. Uno de los presos preguntó a quiénes iban a disparar. 'A estos
pechos,' dijo, y sacó su pecho hacia delante," cuenta Guillermo Orrego, en la
época trabajador de Standard Electric, detenido el 12 de septiembre y enviado al
Estadio Chile.
Otro ex detenido, el abogado Boris Navia, entonces funcionario de la UTE,
describió al "Príncipe" de esta manera: "Subía y bajaba gritando por las
escaleras del Estadio. Aparecía de improviso en cualquier sector alto del
estadio y los prisioneros debían hacerle silencio. Era un actor de pacotilla.
Llevaba siempre en sus manos un linchaco, y al pasar por las hileras de presos
que por horas y horas esperaban con las manos en la nuca para ingresar al
Estadio, junto con los insultos, los golpeaba con su linchaco, de preferencia en
los testículos".
"En una de sus arengas -continúa Navia- el Príncipe dijo desde lo alto que no
tenía porqué ocultar su rostro a estas mierdas marxistas y teatralmente se sacó
los lentes ahumados y el casco, lanzando este último en un ademán histriónico.
El casco rodó por las gradas, y dos pelados corrieron a buscarlo. Allí, bajo los
reflectores que nos enceguecían, pudimos ver claramente su pelo rubio, su tez y
ojos claros, su cara redonda, sus rasgos finos de niño bonito."
Fue el "Príncipe", según ex detenidos, quien ordenó a un soldado matar a
culatazos a un obrero cuando el militar tropezó sobre su pierna. Y según
testigos, fue quien atormentó y golpeó personalmente a Víctor Jara. Aunque no se
ha establecido judicialmente, el "Príncipe" ha sido sindicado como el que dio
muerte al cantante, cuyo cuerpo apareció el 16 de septiembre cerca del
Cementerio Metropolitano con 34 impactos de bala, junto a otros cinco
ejecutados. Entre ellos, el ex director de Gendarmería, Litré Quiroga, con 38
impactos de bala en el cuerpo.
En diciembre de 2004, el juez Juan Carlos Urrutia procesó al teniente coronel en
retiro Mario Manríquez Bravo por el homicidio de Jara, por haber sido el oficial
a cargo del Estadio Chile. Sin embargo, aún no se establece quién o quiénes
fueron los autores materiales. Numerosos testimonios apuntan al "Príncipe".
Oriundo de Valdivia y único hombre entre los cinco hijos de Eduino Dimter Sube,
descendiente de alemanes que colonizaron el sur chileno, Edwin Dimter Bianchi
está emparentado por el lado de su madre, Rosa del Carmen Bianchi Zamora, con el
Embajador de Chile en Estados Unidos, Andrés Bianchi Larre, también valdiviano.
En 1969, ya como cadete en la Escuela Militar, Dimter integró un escuadrón
blindado junto a otros alumnos que ganarían notoriedad años después: José Gasset
Ojeda, quien también participaría en el tanquetazo de 1973; Jorge Acuña Hahn,
quien integró la Caravana de la Muerte a Cauquenes en octubre de 1973; y Manuel
Provis Carrasco, ex miembro de la Brigada Caupolicán de la DINA, años después,
jefe del Batallón de Inteligencia del Ejército, y hoy procesado por el secuestro
del químico de la DINA, Eugenio Berríos, y por asociación ilícita en la muerte
del coronel Gerardo Huber. El escuadrón lo comandaba el entonces teniente José
Zara Holger, ex miembro de la DINA y hoy procesado por el asesinato del general
Carlos Prats.
"Conocí a Dimter en la Escuela Militar, cuando él era cadete. Ya entonces todo
el mundo le decía 'el loco Dimter'. Era buen alumno, pero loco. ¡Había que ser
un poco loco para meterse con un tanque al Ministerio de Defensa!" afirmó un
oficial en retiro.
Dimter egresó el 1 de enero de 1970, al igual que compañeros de promoción como
Armando Fernández Larios, Augusto Pinochet Hiriart y Oscar Izurieta Ferrer. Diez
días después, el "loco Dimter" viajaría a Panamá junto a más de 100 oficiales
chilenos, para recibir un "curso de perfeccionamiento" en la Escuela de las
Américas. Dimter tomó el "Curso de Orientación sobre Armas de Combate", de un
mes de duración.
Después de su paso por el Estadio Chile, a comienzos de 1974, Dimter fue enviado
a la Escuela de Blindados en Antofagasta. Sin embargo, por razones que aún no se
han podido confirmar, fue dado de baja el 31 de diciembre de 1976. Esta baja a
destiempo le permitió, y sin duda con algún aval político, postular a los
beneficios de la Ley de Exonerados Políticos en febrero de 1999. Fue calificado
como tal el 20 de enero del 2000. Se le acreditaron 11 meses, 29 días sin
trabajo, por lo que tiene derecho a un abono por esa laguna previsional.
No sería la primera vez que el Programa de Exonerados Políticos del Ministerio
del Interior entrega beneficios a criminales. Ya les había pasado con el agente
de inteligencia de la Fuerza Aérea, Rafael González Verdugo, procesado por el
homicidio en 1973 del estadounidense Charles Horman en el Estadio Nacional, y
con el capitán de Carabineros Fernando Chesta Puente, involucrado en la muerte
de Sergio Verdugo en 1976.
"A raíz del caso de González Verdugo, nos dimos cuenta que 'se nos fueron' unos
ocho a nueve casos mal calificados, de militares que postularon como exonerados.
A menudo contaron con el aval de un senador que certificaba su calidad de
exonerado político. Pero era un proceso poco riguroso," explicó un funcionario
del Programa.
Cuando postuló como "exonerado", Dimter ya estaba inmerso en el aparato público
y en algún momento en el camino, se tituló de contador-auditor. A principios de
los ochenta, ingresó al Ministerio de Obras Públicas gracias a los buenos
oficios del entonces ministro del ramo, general Bruno Siebert. Después, en 1985,
ingresó a la Superintendencia de AFP, escalando posiciones hasta ocupar hoy la
jefatura del Departamento de Auditoría de Procesos Especiales y Pensiones,
dependiente de la División Control de Instituciones.
Desde su oficina en el piso 14, donde sólo tiene un escritorio y un estante con
material de trabajo, Dimter no da pista alguna sobre su vida privada. Ninguna
fotografía familiar adorna el lugar; ningún libro revela sus intereses. Según
testigos, ni siquiera permite que otros le sirvan el café. El se hace todo solo.
Y no quiere saber nada de sus antiguos compañeros de armas, a quienes les dio la
espalda hace años.
Si Dimter fue uno de los miles de funcionarios públicos de confianza de la
dictadura militar beneficiados por la ley 18.972, dictada en marzo de 1990 por
el entonces Ministro del Interior, Carlos Cáceres, que les permitió mantenerse
en sus puestos de trabajo, tiene sus días contados.
De acuerdo a una modificación a esa ley promulgada en 2003, el último de los
funcionarios que siguen gozando de "sueldos Cáceres", y que no fueron
incorporados a la planta por su jefe superior ese mismo año, tendrán que hacer
sus maletas el 30 de junio próximo.
De: "Pedro Alejandro Matta" p.matta@vtr.net
Fuente:www.lafogata.org