Zapatismo
|
El presente del movimiento sindical chileno
Cristóbal Navarro
Conversamos con líderes de cada una de las tres corrientes para escuchar de
primera fuente sus visiones respecto al sindicalismo actual. Las divergencias se
hacen más evidentes cuando se les pregunta por las contradicciones
capital-trabajo
Introducción
El sindicalismo chileno está debilitado. No es la primera vez que pasa por una
crisis, pero tal vez es la primera vez en que las contradicciones entre
trabajadores y empresarios están tan alejadas del sentido común y de las
reivindicaciones de los asalariados, aún cuando las condiciones laborales son,
tal vez, las más precarias de los últimos 30 años. Tratando de encontrar
explicaciones a su estado actual y de entender como es que se configuran sus
distintas corrientes conversamos con líderes de las principales corrientes que
se vislumbran hoy. Son tres. El Coordinador por la unidad Sindical y Social (1).
La UNT (Unión de Trabajadores de Chile), que se escinde de la CUT en el 2004, y
que se encuentra liderada por muchos de los dirigentes sindicales afiliados a la
DC y el PS que estaban dentro de la CUT. Y la tradicional CUT (Central Unitaria
de Trabajadores) que en la actualidad se encuentra liderada por una alianza
entre dirigentes sindicales afiliados al PS y al PC.
Los dirigentes: El marxista, el DC y el PC
Saúl Vargas, presidente de la Confesima, líder de la coordinadora y marxista
convencido, viene de una familia de dirigentes sindicales. Solo aceptan
sindicatos de empresas o ínter empresas porque "lo que nos interesa es tener
organizaciones de trabajadores, pero de trabajadores explotados. Entendemos por
trabajadores explotados trabajadores que venden su fuerza de trabajo y sobre la
cual se genera una plusvalía que les es expropiada. Tenemos una confederación
que apunta a transformarse en una organización de clase".
Para Vargas "Lo que tenemos en Chile es un movimiento sindical más que atomizado
tremendamente disminuido, reducido a su más mínima expresión tanto en número
como en infraestructura. Hay menos socios que los que habían al terminar la
dictadura. Esto no es por la fragmentación del trabajo sino porque los partidos
políticos de izquierda nos han abandonado. Su prioridad ya no es organizar a los
trabajadores, sino más bien mantener sus puestos."
Diego Olivares, presidente de la UNT, es militante de la DC y ha participado en
el movimiento sindical desde comienzos de los 80. "El movimiento sindical sigue
estando muy atomizado y de eso tienen responsabilidad los dirigentes sindicales,
pero principalmente los partidos políticos, que ponen en el centro cuanto poder
manejan a través del movimiento sindical. Eso tiene que ver con una constante
histórica en Chile. Desde Recabarren en adelante la ligazón entre dirigente
sindical y partido ha sido muy fuerte. La diferencia es que en esos tiempos era
al revés, la dirigencia sindical influía mucho en el partido para que hicieran
una política más de acuerdo al movimiento sindical"
El 2004 se sale de la CUT y forma la UNT, organización que hoy preside.
"Queremos acumulación de fuerzas para dialogar y también movilizar. El
desarrollo capitalista es un desarrollo a largo plazo, persistente. Tenemos que
ser capaces de contrarrestarlo con eficacia. Chile es un país en que el modelo
permea todo el sistema, por lo que tenemos que ser capaces de abrir espacios de
diálogo con el gobierno, con los empresarios, con la sociedad civil."
José Ortiz es el Secretario General de la CUT. Es militante del PC desde 1973 y
miembro de su comisión política desde 1998. Sigue convencido de que la CUT es y
debe ser el gran referente del movimiento sindical y social Chileno. Por eso es
que apuesta por la articulación amplia de la CUT con otro sectores sociales,
pero no desconoce su crisis actual. "Estamos recién empezando a salir de esa
crisis, estamos recuperando una credibilidad mayor y un respaldo de los
trabajadores, pero aún no logramos una sintonía con el pueblo, con las
organizaciones populares y sociales.... La CUT no debe ser solo escuchada sino
hacer una labor que permita que los trabajadores adquieran poder y mayor control
de lo que ocurre en el país. ... El hito principal del congreso refundacional de
la Central es caminar hacia la unidad del pueblo entendido como las
organizaciones que el pueblo se ha dado: de trabajadores, de estudiantes, de
pueblos originarios..."
Las causas de la crisis y sus estrategias para superarla
Entre los tres hay consenso de que el movimiento sindical está en una crisis
profunda y están de acuerdo en que de lo que se trata es hacer un sindicalismo
nuevo que atraiga a más trabajadores, pero la dificultad está justamente en como
hacerlo.
Según Vargas la crisis del sindicalismo es una consecuencia del sistema
económico y político. "Hay muchos dirigentes sindicales que son cooptados por
los partidos y están en otra. No hay gente que quiera construir organización...
todos son generales, pero no son constructores... (entre los trabajadores) no
hay vocación, no se sienten miembros de la clase... El modelo también contribuye
a la atomización y nos ha costado entenderlo, pero no toda la culpa es del
sistema... Los partidos han instrumentalizado a los sindicatos y los están
matando por sus pequeñas luchas de poder... Los trabajadores han demorado mucho
en darse cuenta de que solo podemos confiar en nosotros mismos, los
trabajadores... Más que avanzar en la construcción de una corriente sindical
clasista, estamos empeñados en generar una base social, organizar a los
trabajadores en todos los lugares que podamos..."
Para Olivares el horizonte de transformación es más reformista. "Hay cerca de
400.000 trabajadores que están organizados fuera de las federaciones y
confederaciones sindicales. No quieren nada con la CUT, ni con nosotros ni con
la coordinadora. Esto pasa porque, nos guste o no, en este país ha habido un
cambio cultural por lo que no vamos a llegar a ellos con un discurso
revolucionario. No es que cambiemos nuestros principios. Nos declaramos
herederos de Recabarren, de Clotario Blest, de Manuel Bustos, de Lucho Figueroa
en cuanto a que ellos lucharon por mejor calidad de vida de los trabajadores...
Es verdad que hay una serie de violaciones de derechos laborales, pero la
pregunta es ¿tenemos fuerza para cambiar brutalmente eso o tenemos que llegar a
un proceso de acumulación de fuerzas?... Tenemos que ir en un proceso de
encantamiento. Hay solo un discurso hacia afuera de queja, de denuncia, pero sin
una estrategia hacia abajo. En esa estrategia para abajo es donde nosotros
decimos, Señor empresario, en este país la economía va bien pero ustedes no
pueden seguir en esto. Hay que tener una política de sindicalización y al mismo
tiempo de diálogo. Es una cosa de estrategia, no de renunciar a tus principios."
Por otro lado, Ortiz reconoce en la misma CUT gran parte de la responsabilidad
de la crisis actual. "Hay una estructura sindical que está obsoleta. Tenemos
muchos sindicatos de empresa pero poca convocatoria en la base, porque los
sindicatos son muy pequeños. Y eso es responsabilidad nuestra. La dirección
política debe pasar de la fábrica a la rama y a la propia CUT. Para esto es
necesario que el delegado sindical de base ceda parte de su poder. ...No es un
problema de reivindicaciones, sino de estructura... Otro error del sindicalismo
fue haberle entregado el poder a la Concertación sin haber implementado sistemas
de control que permitieran asegurar el cumplimiento de su programa... El tercer
error del sindicalismo fue la falta de debate en su interior por mucho tiempo.
No logramos zanjar nuestras diferencias a través de un debate político sino por
quien ganaba tal o cual espacio. Cuando nos pusimos de acuerdo vimos que era
posible tener un programa único que representaba a la mayoría y convocar a otros
sectores. Además, que los trabajadores estaban ávidos de tener una dirección
coherente y que estaban dispuestos a dejarse conducir..."
Con respecto a la relación con los partidos agrega "La CUT y el movimiento
sindical debiesen tener una relación más cercana con los partidos políticos. El
debate con los partidos debe ser para lograr que pongan más atención en los
trabajadores. Hoy la política de los partidos de gobierno y la derecha se hace
un función de qué dicen, piensan y hacen los empresarios; y los partidos de
izquierda no le han puesto todo lo que han debido a ayudar a fortalecer el
sindicalismo"
La contradicción capital-trabajo
Las divergencias se hacen más evidentes cuando se les pregunta por las
contradicciones capital-trabajo. Es en este análisis donde se sustenta el
accionar político de cada una de las corrientes y seguramente, obviando las
peleas mezquinas y pequeñas de poder y figuración que han cruzado al
sindicalismo, su principal punto de divergencia.
Vargas, fiel a su formación marxista argumenta que "... la lucha por la
redistribución de la riqueza es una lucha política. Cuando no se tiene claro que
los trabajadores son explotados se termina negociando los intereses de los
trabajadores, como pasó con la reforma laboral, el salario mínimo y el seguro de
desempleo, que lo terminamos pagando nosotros... los intereses de los
trabajadores son diametralmente opuestos a los de los empresarios por lo que la
postura de negociación de un dirigente sindical de clase debe ser diametralmente
opuesta a la de los empresarios... La coordinadora defiende el principio de
autonomía ante los partidos y el modelo... nuestra apuesta es organizar a
trabajadores donde sea que estén, sindicatos, poblaciones, etc., de la forma que
se quieran dar. El sindicato sigue siendo la mejor herramienta porque ahí la
clase se enfrenta con el capital. Pero los sindicatos han ido perdiendo fuerza
para negociar."
En una postura claramente más conciliadora Olivares nos dice "Necesitamos
entendernos entre trabajadores y empresarios a través de un diálogo social. El
dialogar no significa que tengo que bajarme los pantalones. El tema es que la
capacidad de negociación que yo tengo depende de la fuerza que yo tenga para
atrás. Evidentemente que hay intereses distintos, pero el tema es cómo generamos
mejores condiciones de vida y de trabajo para los trabajadores. No compartimos
este modelo, pero si nos quedamos en la vereda del frente en una posición de
confrontación sin avanzar tácticamente en un proceso revolucionario de reforma
tras reforma no vamos a fortalecer al movimiento sindical... La adaptabilidad
laboral hoy en día existe. El tema es cómo tú regulas esa adaptabilidad. Hay que
conseguir que el sindicato negocie. Y que los no sindicalizados nombren a
representantes que negocien en conjunto con los sindicatos. Y hay que conseguir
que los sindicatos tengan más afiliados para que tengan más poder de
negociación... (Es) evidente que el seguro de cesantía lo debería pagar el
patrón, pero antes no había seguro de cesantía y ahora sí. Hay que mejorarlo,
pero es mejor que esté. 1.200.000 trabajadores han pasado por el sistema que
antes no tenían ninguna posibilidad. Tenemos que poner las cosas en
perspectiva."
En una postura aparentemente intermedia Ortiz comenta "Para entender las
contradicciones entre empresarios y trabajadores es necesario separar entre
empresarios que son trabajadores disfrazados y empresarios. En definitiva, la
pequeña y mediana empresa están en sintonía con los trabajadores. Con ellos no
hay contradicciones fundamentales porque son trabajadores. No así con las
empresas monopólicas o multinacionales con quienes tenemos grandes
contradicciones. Ellos son los que se apropian del trabajo de miles
trabajadores... Las reformas laborales y el seguro de cesantía son cambios, pero
tienen un efecto neutro para los trabajadores. Lo que se avanzó en la letra se
retrocedió en la práctica... Es necesario reformar el sistema de negociación
colectiva porque es lo que en la práctica permite un cambio en la distribución
de la riqueza. Hoy no es posible, porque el empresario divide la empresa en
cuatro y sonaste... El tema de fondo es la transformación de la sociedad. Pasa
que está el plano sindical y el político. Por eso nosotros tenemos
reivindicaciones políticas y sindicales."
Ahí están, tres perspectivas con un mismo problema. El sindicalismo no ha dado
respuestas al malestar que genera en los trabajadores el capitalismo. Falta
fuerza y creatividad, pero al menos la voluntad declarada es de conseguir
mejoras en la calidad de vida de los trabajadores chilenos. Parafraseando a
Vargas "Todos estamos de acuerdo en que hay que ponerle el cascabel al gato, el
tema es quien se lo pone... y nosotros estamos en esa apuesta." Ahora es cuando.
Boletin Miguel Enriquez
(1) Integrada por el Mosicam (Movimiento Sindical por los Cambios), Confesima
(Confederación Sindical Territorial Maipú- Cerrillos y ahora de todo Santiago
Poniente), la CAT (Central autónoma de trabajadores que se escindió de la CUT a
mediados de los 90, luego de que la CUT se afilia a CIOS) y la Conciep (que
agrupa a los sindicatos del grupo Luksic)
Fuente:www.lafogata.org