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El trotskismo gana la Federación de Maestros de La Paz con 47% de los votos
El frente docente Unión Revolucionaria de Maestros (URMA), vinculado al
trotskista Partido Obrero Revolucionario (POR), mantiene el control de la
Federación de Maestros de Urbanos de La Paz, luego de vencer a la alianza
Movimiento al Socialismo (MAS)- VIVE en las elecciones del gremio celebradas el
viernes pasado. Los trotskistas obtuvieron 47% de los votos y la agrupación de
masistas-guevaristas el 40%.
El frente URMA es un referente en la historia contemporánea del gremio
docente paceño. Desde que ganó la Federación a la cabeza de Miguel Lora Ortuño
por primera vez en 1986 hasta la fecha no encuentra un rival que le dispute el
liderazgo. En los últimos 20 años, solo en dos oportunidades los trotskistas
quedaron fuera de la dirección. URMA perdió las elecciones de la gestión
1987-1988 frente al candidato del MIR Eduardo Barriga, y el año 2000 no se
presentó a elecciones y trabajó desde las bases durante dos años.
URMA ha ido formando un reducido pero sólido equipo de cuadros para ocupar los
principales cargos de la Federación. Ahí están los profesores Telmo Román, José
Luis Alvarez, Gonzalo Soruco, René Pardo, Norma Barrón y Vilma Plata, entre
muchos otros. Curiosamente, la conocida activista Plata nunca pudo ocupar la
principal cartera ejecutiva debido a los rígidos estatutos del gremio. Plata
estudió psicología en Argentina y no pasó por las aulas de la Normal de
Maestros, lo que le impidió liderar la Federación como secretaria ejecutiva.
Lucha radical El prestigio de los urmistas de La Paz se debe a su trayectoria
libre de corrupción y principalmente a su combatividad. En las décadas de los 80
y 90, el trotskismo fue una de las pocas tendencias políticas que enfrentó a las
"reformas estructurales" neoliberales. Cuando a Gonzalo Sánchez de Lozada se le
mimaba en las urnas y en los medios, los urmistas "maldecían" sus leyes.
La mayoría de los maestros de base prefiere una dirigencia independiente y
radical que ha logrado preservar privilegios que otros sindicatos han perdido. A
fuerza de bloqueos, paros y huelgas de hambre, los urmistas conquistaron en los
últimos años estabilidad laboral y varias mejoras salariales. Se cuentan al
menos tres bonos obtenidos en la movilización: el bono cumplimiento, el bono pro
libro y el bono institucional arrancado al gobierno de Jaime Paz en 1989 con una
célebre huelga de hambre.
En 1989, Lora, Román y Alvarez se declararon en huelga de hambre dura (sólo
consumiendo agua) en las oficinas de la ex Dirección Distrital de Educación en
el edificio Lazarte de El Prado. El gobierno se vio obligado a intervenir el
piquete 25 días después y a hospitalizar a los huelguistas en estado comatoso.
Lora perdió 35 kilos y su aparato digestivo jamás volvió la normalidad.
Un triunfo apretado Los trotskistas se acostumbraron a ganar por goleada, pero
ahora aventajan al segundo partido más votado, el MAS, sólo por siete puntos. En
las elecciones del viernes votaron 18.777 maestros, la más alta participación en
la historia del sindicato, de los cuales 2.248 (13%) fueron para los comunistas
del FUM; 6.874 (40%) para el MAS; y 7.988 para URMA, es decir el 47%.
Candidatearon por la alianza MAS-VIVE, agrupación masista-guevarista, la
profesora María Dolores Romero, y Jorge Valdivieso por la alianza FUN-RA, que
aglutina a los militantes del Partido Comunista que hoy controlan la
Confederación de Maestros Urbanos de Bolivia. En la plancha de URMA figuran José
Luis Alvarez, Severo Apaza, Marcia Alvarez y Estéban Carrión.
Plata opina que el trabajo del MAS en la campaña electoral fue deficiente.
"No hizo propaganda, no repartió panfletos; la votación del MAS es producto de
la popularidad de Evo Morales". 48 horas antes de que se presenten las listas de
candidatos, los oficialistas habilitaron cuatro facciones debido a sus
irreconciliables diferencias internas. En las filas del MAS hay gente de todos
los colores, incluidos ex condepistas y ucesistas. El sector más sano del
masismo se oponía rotundamente a cobijar en sus listas a estos elementos
descalificados. "Se sacaban la mugre entre ellos, se acusaban de corrupción,
pero bastó una llamada de Palacio para que se organicen y presenten una sola
plancha", cuenta Plata.
El fuerte ascenso del MAS en el magisterio urbano paceño se debe en parte al
apoyo de los maestros de provincia, los más jóvenes del gremio, y que
representan entre el 25 y 30% del electorado. Los trotskistas comentan que los
maestros más jóvenes están muy influenciados por los campesinos del MAS y no
conocen la trayectoria de URMA ni las conquistas sociales que este frente ha
logrado.
En las elecciones del viernes se disputaron un total de 40 carteras. Por regla
de proporcionalidad, el MAS y el FUN controlarán algunas de ellas.
Antes del año 2000 un frente que ganaba con mayoría absoluta automáticamente
controlaba todas las carteras, pero los trotskistas modificaron los estatutos
para permitir que las tendencias más votadas también integren la planta
ejecutiva, porque "un sindicato necesita pluralidad ideológica", explica Lora.
Paradójicamente, ahora la regla de proporcionalidad complica la gestión de URMA.
Es muy probable que el MAS y el PC se alíen y así obtengan mayoría (53%), lo que
les permitiría contener a los trotskistas y eventualmente definir la línea de la
Federación.
Los dirigentes de URMA anuncian una estrategia para evitar que el oficialismo
maneje el gremio. Se plantearán todos los problemas y discusiones importantes a
las bases para que ellas decidan en las dos instancias de democracia sindical
del gremio: el Consejo Consultivo y la Asamblea General.
Los urmistas están convencidos de poder controlar las dos instancias porque ya
tienen experiencia. En la gestión 2000-2002, cuando voluntariamente bajaron a
las bases, dirigían los comités de huelga y en los últimos dos años hicieron un
trabajo intenso con los delegados al Consejo Consultivo y la Asamblea General.
El significado político de la victoria de URMA A pesar del apretado triunfo,
los maestros de URMA se sienten doblemente victoriosos porque el viernes
demostraron que el magisterio sigue "trotskizado". URMA no arrasó como en
anteriores elecciones, pero estuvo a cuatro puntos de obtener la mayoría
absoluta.
El MAS ha "embobado" a las masas a nivel nacional y tiene un enorme aparato
político, pero no ha podido alejar al POR del sindicato, interpreta René Pardo.
La victoria de URMA sobre el oficialismo y el reformismo, explica Lora,
demuestra que las bases valoran la independencia del sindicato respecto del
Estado, y son conscientes del rol político del trotskismo.