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Latinoamérica

GIORGIO NAPOLITANO
"Por primera vez un ex, elegido nuevo presidente de Italia"

Mensaje de la 36

El ex comunista Giorgio Napolitano, de 81 años, ex presidente de la Cámara de Diputados y ex ministro del Interior, ha sido elegido nuevo presidente de la República italiana. Necesitó cuatro votaciones para ello por falta de mayoría absoluta.
Napolitano, senador vitalicio de los Demócratas de Izquierda partido de Massimo D’Alema, fue propuesto por el primer ministro electo Romano Prodi, pese a la oposición del bloque del primer ministro saliente, Silvio Berlusconi.
Berlusconi líder de Forza Italia, el partido mayoritario en el Parlamento, se opuso a Napolitano por ser un ex comunista, y propugnó el voto en blanco, acción en la que ha sido apoyado por la Liga Norte, partido de extrema derecha.
 
Giorgio Napolitano ha sido un político durante toda su vida en la cual transitó del comunismo a la socialdemocracia. Cuando se licenció en derecho en 1942 fundó un grupo comunista y antifascista que durante la Segunda Guerra Mundial tuvo participación en varias acciones contra el ejército nazi.
Tres años después, finalizada la Segunda Guerra Mundial, Napolitano se afilió al Partido Comunista Italiano (PCI). Posteriormente durante el Congreso del PCI fue elegido miembro de la dirección nacional del partido.
Entre 1981 y 1986 presidió el grupo comunista en el Parlamento y en 1989 fue electo eurodiputado. En 1992 asumió la Presidencia de la Cámara de los Diputados y en 1996 Romano Prodi le nombró ministro del Interior en su Gobierno. Y posteriormente fue nombrado senador vitalicio.
También ocupó altos cargos de relevancia en el Partido Comunista Italiano. Entre 1976 y 1979 dirigió la política económica y en 1986 asumió las relaciones internacionales del partido.
En la actualidad es miembro de la formación poscomunista Demócrata de Izquierda partido que dirige Massimo D’Alema.
Napolitano dimitió de sus cargos al día siguiente de su ruptura con el Partido Comunista Italiano en el histórico Congreso de Rimini cuando el fue uno de los exponentes de la corriente moderada y socialdemócrata que se pasó al Partido Demócrata de Izquierda.
El diario italiano "La Reppública" define a Napolitano "por sus modos mesurados y por su gran prudencia y su cautela para tomar decisiones".
 
En medio de un panorama intelectual dominado por la resignación ante el horizonte de la explotación y la dominación capitalistas desde las distintas variantes de los posmodernos hasta los teóricos del "nuevo centro" y la "tercera vía".
No es ninguna casualidad que haya sido un presidente italiano expresión del "poder constituido" liderado por el ex "comunista", Partido Democrático de la Izquierda.
Los políticos italianos de la "centro siniestra", quienes con evidente cinismo imperialista durante la guerra de los Balcanes se llenaban la boca hablando de la "necesidad de avanzar en una salida pacífica" en la invasión a Yugoslavia mientras de la base italiana de Aviano partían los bombas asesinas de la OTAN.
 
Es su filosofía, según lo define el propio Napolitano, la del neoliberalismo económico, el conservadurismo cultural y político, penalización del aborto, buenas relaciones con la Iglesia Católica y el Vaticano. Pero en lo fundamental, su propuesta es la del alineamiento automático con la política norteamericana del Presidente George W. Bush.
 
La centroizquierda perdió en Italia por varias razones. En primer lugar, por un gobierno de cinco años sin imaginación, y en medio del aburrimiento. La Italia rosa fue un fiasco donde los gobiernos "progresistas" se contentaron con administrar el sistema y una economía que funciona por cuerda separada respecto de la clase política. Ahora nuevamente los ex se imponen a Berlusconi quien había obtenido en las últimas elecciones un resonante triunfo personal espontáneo y demagógico explotando el individualismo entre los jóvenes.
 
En el trasfondo político italiano, se fueron consolidando oligarquías partidistas, caciquismos, corrupción y violencia. ¿Por qué ocurrió este desarrollo deformado en Italia?
Porque Italia fue el único país de la Europa occidental en donde podría triunfar el comunismo por vía electoral.
Esto fue lo que determinó que el Partido Demócrata Cristiano y sus aliados, los partidos Socialista, Socialdemócrata, Liberal, Republicano y otros grupos menores, se coligarán durante décadas para impedir el ascenso del "oso ruso".
 
Cuatro décadas en el poder corrompieron al Partido Demócrata Cristiano y a sus aliados. Se quebraron los consensos. Si el poder corrompe cuando se lo controla el poder por mucho tiempo se transforma en tragedia. En Italia, con el paso de los años, esa tragedia se transformó en farsa. La Italia de la Logia Propaganda Dos (PDUE), un peligroso grupo de criminales dirigidos por el "venerable maestro", Licio Gelli, hizo palidecer a la mafia siciliana y la camorra napolitana.
 
Las únicas fuerzas que se mantuvieron al margen de la corrupción fueron los partidos que estaban fuera del sistema entre ellos el Partido Comunista. Sobre la Italia de los años sesenta, siempre estuvo pendiente un golpe militar anticomunista preventivo. Hay que recordar dos hechos: el atentado en la estación de trenes de Bolonia, destinado a sembrar una situación de caos que creara las condiciones para el golpe de estado.
El otro hecho fue el asesinato de Aldo Moro, un político democristiano que quería negociar con los comunistas y que resultó asesinado.
Nunca se logró desentrañar quienes estuvieron detrás de estos gravísimos atentados.
 
Debido a que nunca pudieron recomponerse en Italia fuerzas políticas orgánicas representativas de movimientos históricos. Fue que el viejo Partido Comunista de Antonio Gramsci y Palmiro Togliatti en un acto de "travestismo político" se socialdemocratizó encabezado entre otros por Giorgio Napolitano, creando el Partido Democrático de la Izquierda.
El otro sector político que continuó llamándose Partido Comunista sufrió una fuerte merma electoral. La Refundación Comunista se dividió en dos ramas más que confrontan entre sí. La de Bertinotti se mantuvo con representación parlamentaria. En cambio, la de los denominados Comunistas Italiano del viejo Armando Cosutta, sufrió un revés en las urnas en las últimas elecciones.
 
La sociedad uruguaya ha sido no poco influenciada por la cultura política italiana. Descendencia, historia pasada y presente contribuyen casi genéticamente en los planos político y social al parecido y las similitudes. La última dictadura marcó mucho más todavía a buena parte de la izquierda exiliada en gran parte en Italia, una débil línea fronteriza entre la solidaridad y los negocios, la ayuda y la dependencia.
 
Hoy durante el primer gobierno progresista del Doctor Tabaré Vázquez nos parece advertir la buena influencia de Máximo D’Alema y el peso del "centrismo", "la tercera vía" y el discurso antiimperialista de palabra y la práctica capitalista de hecho.
Los acuerdos comerciales alcanzados en el reciente viaje de la comitiva presidencial de visita a Washington, han provocado las declaraciones de varios de los dirigentes progresistas del gobierno. Incluida la oficialista central obrera que acababa de pronunciarse a favor de la política económica y social del gobierno en el último Primero de Mayo.
Conviene aclarar que desde el canciller socialista Reinaldo Gargano, pasando por el Partido Comunista y el PIT CNT, todos han señalado su diferencia con el Gobierno en cuanto a la firma de un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
 
Por su parte Astori en cambio ha sido hábil en declarar que no quiere que se genere un debate en torno a "adjetivos o laterales". En un reportaje que le hiciera el periodista Emiliano Cotelo que intentaremos analizar más adelante, Astori -quien desde un comienzo señalara que Uruguay necesitaba ir hacia un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos- declaraba: "Tenemos que hacer un esfuerzo todos por concentrar nuestra atención en los contenidos de la propuesta. No es conducente ni conveniente discutir si es bueno un TLC o si es malo, si es bueno hacer un TLC con Estados Unidos o si es malo, sino que tenemos que hacer un enorme esfuerzo por analizar los contenidos de las propuestas que se hagan y si estas convienen al país".
 
"Los ex y los pos"
uruguayos también aseguran ahora que los Estados Unidos renunciaron a sus métodos imperialistas a través de las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y la política de las cañoneras. Razones que deben interpretar a diario en la prensa y el Parlamento para el envío de tropas uruguayas de ocupación a Haití, y cuando de pagar anticipado la deuda se trata.
¿Pero quién puede negar que los Estados Unidos tienen una estrategia mundial y continental?
Los Estados Unidos siguen instalando bases militares en varios países de América Latina que se suman a la humillante y vergonzosa base y cárcel de Guantánamo en Cuba.
Estados Unidos ha celebrado convenios con países Latinoamericanos que impiden que el personal militar estadounidense sea juzgado o condenado por las leyes nacionales de esos países y por lo cual los soldados yanquis tienen permiso para matar, torturar y violar los derechos humanos sin ser castigados.
Es difícil hacerse una idea hasta donde muchas de esas naciones son favorables a esos tratados y hasta donde pueden resistirse.
Uruguay también decidió voluntariamente y de muy buena gana de acuerdo a las interpretaciones de los legisladores del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros su participación en las "Maniobras UNITAS".
 
Todos estos convenios militares, acuerdos y participación militar en el Caribe y África suponen indefectiblemente a estrategias militares comunes, y a una organización común para defenderse de un supuesto enemigo común el "terrorismo" mundial.
Esto lleva fundamentalmente a pensar que los planes militares estratégicos han de servir para actuar coordinadamente de un sistema común de defensa continental. La lucha contra un enemigo que no será el nuestro; que por ahora parecería ser la Argentina o más bien la posible guerra contra la Provincia de
Entre Ríos. Por lo visto el enemigo lo pondrán los Estados Unidos y serán iraquíes, iraníes, guerrilleros de las FARC, los chavistas o el narcoterrorismo de la Triple Frontera y hacia allí podremos marchar un día como fuerza auxiliares.
 
El gobierno progresista uruguayo ya firmó con
Estados Unidos varios tratados militares y económicos. Un Tratado de Inversiones y otro anti terrorista y contra la droga.
Convenios y tratados resultan necesarios para los
Estados Unidos porque en los Estados guerreristas como el imperialismo siempre lo militar subordina a todo lo demás.
Estados Unidos observa celosamente la estabilidad y desarrollo de los países evitando la ingobernabilidad los estallidos sociales, los levantamientos sociales contra el sistema existente.
Miden trimestralmente sus economías, exigen se distribuya cierta ayuda social, mendrugos, limosnas sociales para los sectores más excluidos que a falta de clase obrera organizada se han vuelto los grupos sociales más explosivos si no se les
"tira algo para subsistir".
 
Los
Estados Unidos controlan la producción, las principales materias primas de los países, sus materias primas estratégicas que pasan a formar parte de sus intereses de retaguardia.
Es falso y burdo que economistas de izquierda y dirigentes que provienen del marxismo declaren ahora que la producción de los países como Uruguay queda relegada o subordinada a las necesidades de la comercialización y consumo.
El agua, el petróleo, y hasta los alimentos en primer término son complemento de los programas armamentistas del imperialismo.
 
NI son producidos por agrandar los mercados simplemente sino para ayudar los planes bélicos.
Cuanto más se comercialice con los
Estados Unidos más se estará ayudando al imperialismo a lanzar sus misiles sobre los países del Tercer Mundo y no al revés como pretende explicar Mujica.
Por eso la firma de los tratados y convenios con Estados Unidos se les llame como se les llame son una clara subordinación.
 
Pese a que ciertos sectores de la oligarquía criolla se puedan favorecer temporalmente con estos convenios y tratados con los Estados Unidos y que ciertos grupos de la burocracia gubernamental se vean beneficiados personalmente la subordinación al sistema entrará en contradicción con los interese nacionales más temprano que tarde.
 
Hace muchos años un uruguayo de los grandes hoy desaparecido,
Julio Castro, hablaba precisamente de esto y gracias a nuestros amigos de la audiencia hoy estamos en capacidad de ofrecerles su análisis sobre el tema.
Escribía
Julio Castro en agosto de 1952, bajo el seudónimo de Pazcuaro, sobre la contradicción imperio - nación lo siguiente:
 
"En lo que respecta al desarrollo económico, he aquí un ejemplo: Venezuela produce petróleo en fabulosas cantidades. El interés nacional venezolano está evidentemente en contener esa constante evasión de sus recursos naturales. Dos millones de barriles diarios es la producción petrolera actual del país. Cada barril que se saca es un barril que no se repone; es además un obstáculo para que el país recupere su ganadería y su agricultura, a fin de que las gentes produzcan lo que consumen; es fácil divisa; fácil importación inútil o suntuaria; inflación en fin".
 
"Sin embargo, mientras Venezuela ve evadirse su petróleo el interés continental se satisface. No importa arruinar a la larga un país, si los objetivos inevitables se cumplen en el plan común.
Al fin los venezolanos son de South América y no importa cómo vivan ni cuál sea su destino.
La organización de la producción continental da a los Estados Unidos la planificación de la misma. Esa planificación como es lógico debe hacerse en función del interés de la defensa.
La lana el cobre, el estaño, el zinc, el wolfrang, el petróleo, la bolsa, el azúcar, el café, el henequén y cuantos otros productos controlados y redistribuidos por los Estados Unidos. A la pérdida del contralor de sus posibilidades militares, los países signatarios de estos tratados deben agregar la limitación de su albedrío tanto en su producción como en la colocación de sus productos. Es decir a aquella, se agrega además la limitación de la libertad de producir y comerciar".
 
Ahora volviendo al momento actual debemos preguntarnos ¿dónde están los beneficios a cambio de estos tratados?
Hasta ahora los defensores del imperialismo y los tratados comerciales y militares se refieren a lo mal que funciona el Mercosur, al conflicto con la Argentina por las plantas de celulosa, y a la recuperación de ciertos aranceles por unos cien millones de dólares que servirían para el pago de la deuda o irían a parar a los bolsillos de los exportadores.
Muchos discursos y respuestas calenturientas como las de Mujica
¿Así pensamos arreglar los problemas de los uruguayos?.
Ya hemos tenido que enviar tropas fuera del país.
Los convenios y tratados se hacen para cumplirse al revés precisamente de lo que siempre afirma y dice Mujica.
Llegado el momento -como dice Julio Castro- queramos o no como en el Himno, "Sabremos cumplir".
"Así honramos la deuda" y "deshonramos el compromiso con el pueblo uruguayo".
 
Pudiera ser que un grupo de hombres hayan firmado estos tratados y convenios porque como Gobierno no tuvieron otra alternativa. Eso no es imposible y seguramente puede haber vuelto a pasar desmintiendo una vez más los dichos y barbaridades del Ministro de Ganadería lo que le pasó a Uruguay duramente la Segunda Guerra Mundial.
La declaración de guerra a
Alemania ¿ustedes creen que fue decisión del Gobierno uruguayo o porque le fue ordenada y no se pudo eludir?
Tampoco en aquel momento
Uruguay fue tan libre como para poder rechazar la orden que vino desde Estados Unidos.
 
Hay tantas negociaciones en estos días que desconocemos que es imposible realizar un análisis acertado y preciso de todos ellos. Pero resulta difícil de entender a los dirigentes progresistas en su afán y entrega, al punto que llegan hasta atacar a los periodistas en defensa de una causa, casi siempre extranjera, se trate de
Botnia, Ence, los tratados comerciales o militares con los Estados Unidos.
 
Estados Unidos está pagando un precio, utiliza las necesidades y urgencias financieras de pago de la deuda, soborna y presiona a los países Latinoamericanos para debilitar a los Gobiernos revolucionarios y de izquierda como el de
Fidel, Chávez y Evo Morales.
Así lo hizo siempre con la
Alianza Para el Progreso, la expulsión de Cuba de la OEA en la Conferencia de Punta del Este. Y entregando algunas "migajas", cuotas comerciales, pequeñas prebendas en perjuicio de la unidad continental y la verdadera integración Latinoamericana.
Este es el triste papel que está jugando
Uruguay y el Gobierno Progresista en la actualidad.
 
Mujica trata de explicarse poniendo repetidamente un ejemplo odioso, falso, machista y de pésimo mal gusto.
"Salgo con cualquier mina los sábados pero no me caso".
Desde nuestro punto de vista creemos más útil y conveniente a pesar de no poder analizar en profundidad tratados cuyo contenido desconocemos el ejemplo del propio Julio Castro del año 1952.
Quien dice que:

"En México desde Cortés, hasta acá hay un adjetivo que es el estigma de los entregadores: "malinche".
La Malinche, la famosa india, no sólo entregó su cuerpo y su amor al extranjero conquistador. También entregó a su país y a los suyos. Claro que pudo tener como disculpa que era mujer y era bella. En nuestro episodio actual no tenemos ni el consuelo de la mujer hermosa".   

Fuente: lafogata.org