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Latinoam�rica

Nacionalizar es Indigenizar

Wilson Garc�a M�rida
Datos & An�lisis

El Decreto de Nacionalizaci�n del Primero de Mayo otorga facultades a las Fuerzas Armadas de Bolivia para ejercer custodia sobre las refiner�as y campos gas�feros del pa�s. Esta acci�n patri�tica s�lo podr� tener el poder de la legitimidad si, junto a los militares bolivianos, asumen su rol protector de nuestra riqueza petrolera los pueblos ind�genas afectados por el saqueo transnacional.
El Decreto de Nacionalizaci�n del petr�leo y el gas natural de Bolivia, dictado este Primero de Mayo por un gobernante ind�gena, tiene la trascendencia de un acto profundamente arraigado en la lucha de los pueblos originarios que durante las �ltimas dos d�cadas han desarrollado la sabidur�a de reivindicar su derecho leg�timo a la potestad plena sobre su tierra y su territorio, junto a su obligaci�n de preservar la cadena ecol�gica �que hace posible la pervivencia cultural de los ind�genas en el tiempo y el espacio� y de proteger los recursos naturales.
La lucid�sima posici�n de la Organizaci�n Ind�gena Chiquitana (OICH) por ejemplo en la defensa de los bosques del Pantanal boliviano, donde una organizaci�n mafiosa llamada EBX chantajea y soborna en su af�n de apropiarse de recursos ferr�feros en la zona del Mut�n con el plan de deforestar 200.000 hect�reas de aquella reserva ecol�gica, contrasta con la c�nica y corrupta argumentaci�n del fabricante cementero Samuel Doria Medina quien, cual negociante inescrupuloso, afirma que mientras EBX no comience a deforestar el Pantanal para meter carb�n vegetal (y cemento) en su ilegal planta fundidora, no se le puede acusar de depredadora. Doria Medina pide esperar que el asesino mate para reci�n tomar recaudos ante su anunciada intenci�n criminal. La diferencia moral entre ambas posiciones es clara: Los ind�genas chiquitanos, al pedir la expulsi�n de EBX, ejercen potestad sobre su territorio protegiendo con vitalidad sus recursos naturales; mientras que Doria Medina, al apoyar las acciones desestabilizadoras de EBX, busca morder alguna ganancia en ese negocio ilegal contribuyendo a la depredaci�n, al separatismo y al saqueo.
Son esas mismas l�gicas las que se enfrentan en torno a los recursos petrol�feros y gas�feros. La Nacionalizaci�n dictada el lunes por el presidente Evo Morales responde al razonamiento sabio del movimiento ind�gena que garantiza sostenibilidad en un tiempo largo. Y ah� radica la diferencia con los procesos nacionalizadotes de 1936 con Toro y de 1969 con Ovando. La Nacionalizaci�n del 2006, siguiendo la l�gica ind�gena, deber� ser sustentable por encima de la creaci�n de una nueva gerentocracia prebendal en YPFB y fundarse en la defensa territorial como parte del derecho ancestral de nuestros pueblos originarios.
Ya en el 2003, sin olvidar la gran revuelta amara que protagoniz� la hist�rica "Guerra del Gas" en El Alto, surgieron los primeros s�ntomas de esta corriente nacionalizadora indigenal, cuando las etnias originarias del Parque Nacional Ambor� impidieron el ingreso de equipos y maquinarias de la trasnacional Andina S.A. en los bloques petroleros Sara, Ambor� y Espejos. Repsol y Maxus tambi�n tuvieron que suspender operaciones en los bloques Tuichi y Caipipendi, ante la acci�n directa del Pueblo Guaran� que puso freno a las actividades depredadoras de ambas compa��as petroleras.
El Decreto de Nacionalizaci�n del Primero de Mayo otorga facultades a las Fuerzas Armadas de Bolivia para ejercer custodia sobre las refiner�as y campos gas�feros del pa�s. Esta acci�n patri�tica s�lo podr� tener el poder de la legitimidad si, junto a los militares bolivianos, asumen su rol protector de nuestra riqueza petrolera los pueblos ind�genas afectados por el saqueo transnacional.
Por eso decimos que Nacionalizaci�n debe ser sin�nimo de Indigenizaci�n.
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llactacracia@yahoo.com        

Fuente: lafogata.org

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