Latinoamérica
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Gobierno anunció la segunda reforma agraria, los empresarios
anuncian resistencia
Se prepara la guerra por la tierra
J. Osvaldo Calle Quiñonez
La larga guerra por la posesión de la tierra en Bolivia tendrá nuevos
episodios. El gobierno anunció que para fin de mes estará lista una nueva
reforma agraria, anuncio que despertó preocupación entre los empresarios que
anunciaron resistencia a reformas en temas vinculados a la tierra, los recursos
forestales y mineros.
Según informes oficiales del año 2003, en Bolivia el 87 por ciento de las
tierras está en manos solamente del 7 por ciento de propietarios de dotaciones
agrícolas. Los campesinos tienen solamente 4 millones de hectáreas 13 por
ciento.
Sobre esos datos, y sobre todo por su experiencia como dirigente de los
productores de coca, el presidente Evo Morales no duda en afirmar que en el
oriente boliviano persiste el latifundio, prohibido por la ley, y que existen
propiedades que no cumplen con una función económica o social, aquella que según
las leyes permiten detentar las tierras.
Según los anuncios oficiales, se revertirán al Estado de más del 10% de los
106.700 millones de hectáreas del país, las mismas que son consideradas
"improductivas" por parte del gobierno.
"Son unos ochos decretos y un proyecto de ley que tienen la finalidad de
revertir al Estado todas las tierras que no cumplen función social o cuyos
títulos de propiedad hayan sido obtenidos de forma fraudulenta", dijo el
ministro de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente de Bolivia, Hugo
Salvatierra.
Por ahora, la ley INRA señala que como causal para la reversión de la tierra el
no pago de impuestos, algo que las autoridades consideran un argumento poco
válido, debido a que los impuestos son bajos y por tanto son pocos los
propietarios que no cumplen con el compromiso. Por esta razón, el gobierno
elabora un nuevo reglamento para relacionar la reversión de tierra con la
improductividad.
Preocupación Muy rápido después del anuncio gubernamental, la influyente Cámara
Agropecuaria del Oriente (CAO) anunció resistencia a las propuestas del
gobierno, porque consideran que la mayor parte pertenece a los productores del
país.
"Lo más peligroso que pueda haber en estos momentos en el país, cuando se
aproxima a una Asamblea Constituyente y el Referéndum autonómico, es que el
Gobierno caiga en la tentación de hacer proselitismo con la tierra privada.
Consideramos que no debe, a simple apreciación de las autoridades, juzgar a los
productores y condenarlos por un simple revanchismo político", dijo el
vicepresidente del CAO, Mauricio Roca, en declaraciones citadas por Los Tiempos.
"Los derechos adquiridos con esfuerzo y trabajo a través de varias generaciones
no son negociables para el sector agropecuario", agregó, aunque sin referirse a
los casos en los que los empresarios se apropiaron de tierras en procesos
viciados de corrupción o favorecidos por las dictaduras.
"Lo que le exigimos al Gobierno es transparencia en el desarrollo de sus
medidas. No podemos quedarnos tranquilos cuando permanentemente se nos está
agrediendo y lanzando consignas. Se nos dice que somos latifundistas,
terratenientes y oligarcas, cuando nuestra condición de productores no está
siendo respetada", sostuvo.
Con un tono de avertencia, el editorial del matutino La Prensa recuerda que la
reforma agraria impulsada por el presidente venezolano Hugo Chávez, provocó el
golpe de Estado que lo alejó de la presidencia por 48 horas. Los accionistas de
La Prensa están vinculados a los terratenientes cruceños.
Como para curarse en sano, el prefecto cruceño, Rubén Costas, planteó en la
víspera un plan para mejorar el acceso a la tierra. Costas llegó a ese cargo con
el apoyo de los terratenientes cruceños.
Sin embargo, la propuesta de Costas fue rechazada por el gobierno que explicó
que la instancia llamada por ley a cumplir con esta misión es la Comisión
Agraria Nacional.
"Queremos aclarar: la tierra, los recursos naturales son patrimonio de la
nación, es del Estado boliviano. Las políticas que tiene que ejercerse sobre la
tierra, sobre los recursos naturales es tarea del Estado boliviano, y estas
diferencias, pequeñas diferencias, en todo caso, hay que resolverlas mediante el
diálogo", dijo Morales.
Los campesinos fueron despojados de sus tierras en 1860 por el gobierno de
Mariano Melgarejo, que actuó en complicidad con los terratenientes de la época,
a través de un decreto llamado de exvinculación. El primer gobierno que sucedió
a la revolución nacional de 1953, impulsó una reforma agraria, que buscaba
redistribuir las tierras, pero los posteriores gobiernos impulsaron la formación
de nuevos latifundios en el oriente boliviano, la mayoría de ellos en medio de
bullados casos de corrupción. Son precisamente los empresarios vinculados a esos
sectores los que manejaron al país y consolidaron las actuales estructuras de la
sociedad en la que la mayoría de la población está marginada.
Fueron esas denuncias que llevaron a la intervención del Servicio Nacional de
Reforma Agraria y el Instituto Nacional de Colonización, y luego a la
promulgación de la Ley del Instituto Nacional de Reforma Agraria INRA, impulsada
por el primer gobierno del fugado Gonzalo Sánchez de Lozada, aunque luego
apareció el movimiento de los llamados campesinos sin tierra con casi un millón
de integrantes.
Desde junio de 2000, cuando se produjo la primera ocupación de tierras en Panati,
son frecuentes las ocupaciones de propiedades agrícolas. La ocupación de Pananti
fue reprimida con violencia con un saldo de 7 muertos y un indeterminado número
de heridos.