Latinoamérica
|
Entrevista a Fernando Mayorga
Una modificación de los términos convencionales de la relación entre Estados
Nacionalizaciones son legales
Nadie puede decir que es un atentado contra las inversiones y que se pone en
riesgo la seguridad jurídica
En Perspectiva
Radio El Espectador
EMILIANO COTELO: En Viena, capital de Austria, más allá de la actividad oficial
de la delegación uruguaya, ayer hubo novedades –y muy importantes– en otros
frentes. Y sin lugar a ningún tipo de dudas, el premio a las declaraciones más
"ruidosas" se lo llevó el presidente boliviano Evo Morales. Durante las
reuniones previas a la Cuarta Cumbre Unión Europea–América Latina, que se
celebra hoy, Morales habló en conferencia de prensa sobre la situación que ha
quedado planteada en su país después de su decisión de nacionalizar los
hidrocarburos. Cuando se le preguntó qué garantías jurídicas ofrece ahora su
país a las compañías allí instaladas, Evo Morales contragolpeó censurando en
términos lapidarios a las firmas que fueron afectadas por los decretos del 1 de
mayo, por ejemplo Petrobras.
Hablando en particular de Petrobras, la principal inversora extranjera en
Bolivia, Morales dijo que la empresa brasileña había operado ilegalmente y que
por eso mismo no habrá indemnización para ella, ni para ninguna de las otras
empresas que fueron afectadas. En el frente diplomático, el presidente boliviano
respondió a quienes, como Brasil, criticaron la forma inconsulta en que tomó
esta decisión. Y, como si todo esto fuera poco, Morales abrió otro frente de
batalla al referirse también a su relación con España. Entre otras cosas dijo
que integrantes del gobierno español no han cumplido con promesas que le
hicieron durante la campaña electoral boliviana.
Para repasar el impacto de estos comentarios; para ver cómo se puede interpretar
una actitud tan combativa, si se la puede inscribir en alguna estrategia más
general, nosotros vamos a Cochabamba para conversar con el analista político
doctor Fernando Mayorga .
- Doctor Mayorga, por estas horas todavía es bastante complejo comprender el
alcance de los anuncios del presidente Evo Morales, las declaraciones del 1º de
Mayo pasado, cuando decretó la nacionalización de los hidrocarburos, y el
discurso ayer en Viena, en el que sostuvo que no habrá indemnización a las
empresas petroleras extranjeras afectadas por la nacionalización. ¿Cómo fue
recibido este último anuncio en Bolivia?
FERNANDO MAYORGA: De manera general, las declaraciones que efectuó ayer el
presidente boliviano deben entenderse como algo "políticamente incorrecto", es
decir, un discurso frontal, sin las consabidas figuras retóricas de la
diplomacia, lo que hace que aparezca como usted dice, un discurso combativo.
Pero creo que tanto estas formulaciones como las realizadas el 1º de Mayo son
contextos muy distintos. En el último caso estamos hablando de respuestas a
preguntas de periodistas. En ambos casos y en general creo que la tónica es la
siguiente: de parte del presidente Morales y del propio partido MAS es frecuente
el uso de una retórica discursiva radical, pero las decisiones a las que arriba
son más bien de carácter moderado. Y a propósito de eso la aclaración con
respecto al tema de la no indemnización.
EC - ¿Era previsible esta posibilidad?
FM - No era previsible, es fruto de las circunstancias, pero se puede explicar
que haga esas declaraciones, y habría que ver en qué contexto de conferencia de
prensa fueron dichas. Por ejemplo, el tema de la no indemnización, por supuesto
que no hay indemnización porque no ha habido confiscación ni expropiación de las
inversiones extranjeras, Petrobras, Repsol y todas las demás están negociando
con el Estado boliviano los términos de los nuevos contratos, y están negociando
la transferencia de acciones en algunos casos para el Estado boliviano. Pero en
realidad no puede haber indemnización porque no ha habido confiscación, no ha
habido expropiación. Es simplemente a mi juicio una aclaración.
En el caso de la declaración sobre España, sobre las "promesas" del gobierno
español, yo veo una modificación de los términos convencionales de la relación
entre Estados.
EC - ¿Por qué lo dice?
FM - Porque estamos ante un presidente que representa y reivindica derechos
indígenas y en este claramente hay una impugnación desde el discurso de Evo
Morales a la relación de dominación cordial que tuvo con España y las
consecuencias de eso para los pueblos indígenas que habitan el territorio
boliviano. En ese sentido es de otra manera la mirada. Y lo que de fondo creo
que está impugnando Evo Morales es el hecho de la promesa realizada y no
cumplida, es decir, aquellas promesas que en pasillos en forma informal se
plantean, que en los códigos con los que se mueve Evo Morales son percibidas
como palabra empeñada. Y si viene una impugnación por una medida política, ahí
viene el reclamo del incumplimiento de las cosas. Es una forma de relación que
se sale de los cánones de la diplomacia, en esa manera parece que fueran hasta
un poco agresivas.
EC - En el discurso de ayer el presidente Morales dijo que de los más de 70
contratos de operación en hidrocarburos ninguno había sido ratificado por el
Congreso y, por tanto, eran inconstitucionales. ¿A qué se refiere el presidente
Morales con estas aseveraciones? Porque estas empresas estaban operando desde la
época de las privatizaciones, en 1996, o sea, no estamos hablando de una
situación nueva.
FM - Para no embregar a tu audiencia con mucho detalle, el tema en general es
este: según la ley de hidrocarburos, la que está vigente desde 1996, a partir de
la nueva ley que fue fruto de referéndum sobre hidrocarburos, los contratos de
exploración y explotación de hidrocarburos que suscribe el Estado boliviano con
empresas extranjeras, tenían que ser motivo de aprobación congresal. Sin embargo
no ocurrió esto en muchos de los casos, y particularmente en el caso de los dos
campos gasíferos más grandes que hay actualmente en explotación en Bolivia, que
son los únicos dos que han quedado sometidos, mediante el decreto de
nacionalización, a una modificación en los porcentajes de tributación, por lo
que las empresas tendrían que pagar 82% de impuesto y no 18%, como establecía el
contrato. Este contrato inconstitucional en estos casos es inconstitucional no
solamente porque no pasó por el Congreso para su aprobación, sino porque figuró
con una fecha de registro de 1996, 1997, cuando la época de su descubrimiento
fue en los años setenta. Entonces la sospecha siempre fue que no se derivó al
Congreso de la República porque había esta modificación de la fecha y en la
medida en que no fueron aprobadas por el Parlamento, fueron impugnadas y el
tribunal constitucional determinó la ilegalidad de esos contratos.
El gobierno de Evo Morales no ha hecho una confiscación y expropiación a partir
de la ilegalidad de los contratos, está planteando que se hagan contratos, pero
como no se conocen los anteriores modifica la relación tributaria. Ese es el
punto de partida. Los 180 días que establece el gobierno son justamente para
regularizar los contratos. Entonces la ilegalidad del contrato no es una excusa
para la nacionalizar sino que la nacionalización más bien es un mecanismo para
formalizar los contratos.
EC - En el caso concreto de Petrobras, que ocupa un lugar muy importante en
este esquema de explotación de hidrocarburos, la compañía brasileña estatal
controlaba el 14,5% de la riqueza gasífera boliviana, y gran parte del gas que
consume Brasil le llega de Bolivia. Ayer en Viena Morales dice que los contratos
son ilegales, pero va más allá y dijo que Petrobrás practica evasión fiscal en
Bolivia. ¿Cómo es esto? Las autoridades de Petrobrás dijeron que estaban muy
extrañadas por todos estos comentarios porque vinieron a darse inmediatamente
después de que ayer mismo Brasil y Bolivia alcanzaran un acuerdo de negociación
para el nuevo esquema de los decretos.
FM - Fue un error del presidente Morales confundir los casos. Ha habido
acusaciones, está en proceso, en investigación el ejecutivo de la empresa Andina
que tiene que ver con Repsol por contrabando. Hay otras empresas, Caco, por
ejemplo, que estuvo hace dos años en juicio por evasión. Son procesos legales
que están siguiéndose a estas empresas, no a Petrobras. Entonces creo que mezcló
varios casos y los generalizó, evidentemente estaba equivocado. A mi juicio fue
un error político hacer incidencia en el tema de la ilegalidad de las
operaciones de Petrobras, justamente cuando un día antes estaba en la
negociación.
Otra vez, yo trato de entender esto como estrategia discursiva hacia un período
de negociación. Mientras Petrobras está diciendo como empresa y está presionando
a través de medios de comunicación brasileños al gobierno de Lula a que tome una
posición dura contra Bolivia, de presión contra el gobierno de Evo Morales para
en la negociación de 180 días no modificar lo que ellos consideran de acuerdo
con sus intereses que es apropiado, que es el mantenimiento de los precios de
venta del gas. Y el gobierno de Evo Morales –de ahí el tono de sus
declaraciones–, utiliza otra estrategia para estar en mejores situaciones de
negociaciones.
EC - También en ese marco hay que inscribir esas otras declaraciones, cuando
dijo que no tenía por qué consultar al presidente brasileño, Lula da Silva, a la
hora de tomar la decisión de la nacionalización, aunque involucrara a empresas
brasileñas, incluso estatales.
FM - Además la pregunta venía con doble intención, Brasil está utilizando los
sectores opositores a Lula muy fuertemente, que es el tema de la supuesta
injerencia de Chávez en las decisiones del presidente Morales. Otra vez lo mismo
que con los españoles, ¿qué está diciendo Evo Morales a los españoles? Cuando yo
soy candidato a la presidencia me ofrecen doblar la ayuda económica y condonar
la deuda externa, qué simpático este candidato de apellido indígena, y cuando
sea presidente no se cumple. Igual, cuando es candidato Evo Morales es
socialista, es poco menos que el ahijado de Lula y toma decisiones como
presidente, ¿y por qué no consultó a Lula, que es el hermano mayor y el país más
poderoso de América, etcétera? Evo Morales viene de una cultura de subordinación
pero ahora está en situación de protagonismo y capacidad hegemónica, entonces es
contestatario.
EC - A partir de declaraciones como las de ayer y de las decisiones que ya ha
tomado y que anuncia que va a tomar, porque se anuncia que viene ahora una
confiscación de tierras, que se redistribuirán entre 11 y 14 millones de
hectáreas de tierras a grupos indígenas y campesinos, con este tipo de políticas
y con este tipo de discurso, ¿qué pasará con Bolivia como receptor de
inversiones en el exterior? ¿El presidente Morales podrá convocar a capitales
internacionales con actitudes que en principio suenan agresivas, poco amistosas
con el empresariado?
FM - Suenan, pero otra vez, no es el decreto de nacionalización que ha causado
tanto estruendo sino el tenor del decreto, no hay ninguna acción contra la
inversión extranjera, excepto con aquellas que establece el cumplimiento de la
ley. Está basada en un referéndum popular y la ley de hidrocarburos, el decreto
no se aparta de esos criterios. El tema de tierras no es confiscación, no es
confiscación lo que ha planteado, y lo único que se ha señalado, que no es
solamente algo formulado por Evo Morales, es simplemente aplicar la letra de la
Constitución política del Estado que, como toda Constitución moderna, en el caso
boliviano establece la prohibición expresa del latifundio. Y lo que existe hoy
en el país es latifundio oculto, disfrazado, entonces esa aplicación de la
Constitución. Una política de distribución de tierras es casi una necesidad para
el país. Claro, el discurso que acompaña a veces va matizado con nociones como
segunda reforma agraria –nunca dijo confiscación–, eso ha sido utilizado por sus
detractores.
EC - ¿Pero qué termina ocurriendo como resultado en cuanto al clima de
inversión en Bolivia?
FM - Otra vez, en la medida que se ajuste, se adapte a la norma constitucional y
a la ley de la reforma agraria supongo que nadie puede decir que es un atentado
contra las inversiones y que se pone en riesgo la seguridad jurídica, porque lo
que está haciendo es cumplir la ley.