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Venezuela: primera reserva mundial de petróleo
Miguel Lozano
Prensa Latina
Apoyada en los avances tecnológicos y una política de recuperación de la
soberanía nacional, Venezuela incorporó su petróleo de la Faja del Orinoco a las
reservas de hidrocarburos, con una creciente aceptación internacional.
Con el avance de esta posición, en la práctica Venezuela se convierte en el país
de mayor reserva petrolera del mundo, con 315 mil millones de barriles, por
encima de Arabia Saudita, que posée 261 mil millones de barriles.
La incorporación de los yacimientos de la Faja del Orinoco significa que a los
80 mil 582 millones de barriles de reservas convencionales registradas se les
suman 235 mil millones de barriles de crudos pesados y extrapesados.
En el camino a la certificación oficial de estos yacimientos, hasta hace unos
pocos años considerados "bitumen", Venezuela recibió ya el reconocimiento de la
Agencia Internacional de Energía y el respaldo del avance de una tecnología que
facilita su extracción.
El hecho de que la AIE reconozca como combustible convencional los yacimientos
del Orinoco es un elemento importante de respaldo a la posición venezolana,
teniendo en cuenta la tendencia a calificar algunos combustibles como no
convencionales.
A ello se suma el avance de los sistemas de explotación, que permiten el
aprovechamiento de yacimientos hasta hace pocos años imposibles de explotar.
El ex secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) Alvaro Silva opinó a la prensa local que "está perfectamente demostrado
que con la tecnología existente se puede aprovechar con mucha eficiencia el
reservorio petrolero de la Faja del Orinoco".
Coincidentemente esta semana el diario Wall Street Journal estimó que las
reservas de crudo pesado y extrapesado de Venezuela son técnicamente más fáciles
de producir que en otros países debido a su estado físico.
Ambas valoraciones parten del criterio de que es mucho más fácil la extracción
de petróleo de yacimientos tradicionales que del hallado bajo las arenas o en
alta mar.
La importancia de la Faja del Orinoco crece asimismo en la medida en que se
reporta el agotamiento de reservas de productores de petróleo, dentro y fuera de
la OPEP.
El avance del reconocimiento del hidrocarburo de la Faja del Orinoco coincidió
con un paso trascendental dado por la Asamblea Nacional (parlamento unicameral)
venezolano, para restablecer la soberanía total sobre la riqueza petrolera del
país sudamericano.
El órgano legislativo aprobó el 30 de marzo una ley de hidrocarburos que da por
terminados los llamados convenios operativos firmados con empresas privadas en
los años 90 del siglo pasado, durante la llamada "apertura petrolera".
La legislación establece que todos esos acuerdos deben pasar a constituir
empresas mixtas con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y aclara que las
firmas no podrán contabilizar como suyas las reservas de los campos asignados.
En opinión de autoridades y legisladores, la decisión da por terminado un
proceso viciado que constituyó, en la práctica, una privatización encubierta del
valioso recurso natural.
En opinión del presidente venezolano, Hugo Chávez, se trata de enterrar "esa
perversión que fue la apertura petrolera" La política incluye un ambicioso plan
de inversiones en el sector para llevar la producción actual de 3,3 millones de
barriles diarios (600 mil de la Faja del Orinoco) hasta cinco millones 847 mil
diarios en 2012.
A la euforia, algunos expertos agregan una preocupación: el incremento del peso
petrolero de Venezuela podrá propiciar mayor presion externa, sobre todo de
Estados Unidos, que en opinión de Chávez tiene en los hidrocarburos una causa
fundamental.
El presidente venezolano, quien se ha convertido en blanco diario de los ataques
de la administración de George W. Bush, estima que la predisposición de la Casa
Blanca está asentada en la política nacional petrolera de su gobierno.
Esa política incluye el establecimiento de impuestos que las grandes petroleras
no pagaban en el pasado, además de terminar con convenios onerosos.
Con motivo de la nueva ley de hidrocarburos, Chávez recordó que sacar un barril
de petróleo cuesta en Venezuela cerca de cuatro dólares, pero el país debía
pagarles 25 dólares a las transnacionales por cada barril extraído.
Ahora las empresas transnacionales tendrán un máximo de 40 por ciento de
participación en el manejo del petróleo, medida por la cual Venezuela recibirá
sólo este año un ingreso adicional de más de dos mil millones de dólares.