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FBI muestra rostro represivo contra periodistas
Nelson del Castillo
Red Voltaire
El líder de los periodistas puertorriqueños espera que el Departamento de
Justicia de Puerto Rico, organismo encargado de procesar las violaciones que
ocurren al Código Penal de esta isla del Caribe, logre que el FBI identifique a
los agentes agresores para su debido procesamiento.
Ese día, en medio del operativo de decenas de agentes que incluyó la utilización
de armas largas y helicópteros, los agentes
estadounidenses empujaron malamente a los reporteros que documentaban
la acción y les rociaron en el rostro gas pimienta con el propósito de
impedirles que fueran testigos de los atropellos que allí se cometían.
La propietaria del apartamento allanado, la socióloga Lilliana Laboy, fue
mantenida aislada mientras se procedía al registro de su hogar, de donde se
llevaron un equipo de computación personal, disquetes, agendas, un teléfono
móvil, libros y otras pertenencias que todavía la perjudicada no ha podido
inventariar.
El método se reprodujo en las otras cuatro residencias allanadas y en un centro
de servicio comunitario, en las que el denominador común es que se trata de
gente vinculada a la lucha por la consecución de la independencia nacional de
Puerto Rico, bajo dominio de Estados Unidos desde 1898. En la mayoría de los
casos, los periodistas fueron mantenidos a distancia extrema, con excepción del
sector capitalino de Río Piedras, donde por tratarse de un edificio de
apartamentos, se dificultó el control de los agentes federales, todos traídos de
Estados Unidos expresamente para este operativo. En algunas de las residencias
allanadas sus habitantes no se encontraban en ese momento por lo que se forzó la
entrada y se llevaron pertenencias indeterminadas.
En términos generales puede decirse que el periodista puertorriqueño goza de
ciertas libertades democráticas, garantizadas por las constituciones del Estado
Libre Asociado de Puerto Rico, creado en 1952, y de Estados Unidos, a partir de
su primera enmienda, que protege la libertad de prensa.
En este caso, sin embargo, agentes del FBI actuaron de espaldas a las leyes, por
lo que deben ser sometidos a la justicia, a juicio de Oscar J. Serrano,
presidente de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO), afiliada a
la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).
Naturalmente, esto no será tan fácil, porque el FBI se ha negado a identificar a
los agentes agresores y, todavía más, el encargado de ese cuerpo federal en
Puerto Rico, Luis Fraticelli, ha imputado a los reporteros haber violado "el
perímetro" policial, que al parecer nunca se estableció. Serrano ha desafiado a
Fraticelli a que, con la evidencia de esas violaciones, acuse a los periodistas
ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Puerto Rico, que vendría
obligado a asumir el caso por tratarse de un "delito" federal.
El líder de los periodistas puertorriqueños espera que el Departamento de
Justicia de Puerto Rico, organismo encargado de procesar las violaciones que
ocurren al Código Penal de esta isla del Caribe, logre que el FBI identifique a
los agentes agresores para su debido procesamiento.
Y aunque esto parece difícil, a partir de experiencias anteriores como el
asesinato de Filiberto Ojeda Ríos,
líder del EPB-Macheteros, el 23 de septiembre de 2005, no hay que perder la
esperanza.
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Nelson del Castillo es Periodista de Puerto Rico, secretario General Adjunto
de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap).