João Pedro Stedile:
Un largo período de acumulación de fuerzas
Claudia Korol
Prensa De Frente via La Haine
Entrevista al vocero del Movimiento Sin Tierra de Brasil :: Analiza la situación
sociopolítica de su país, el gobierno de Lula y las tareas, expectativas y
desafíos que se abren a partir de ahora para los movimientos sociales. "De aquí
en adelante es necesario poner nuestras energías para recomenzar un nuevo
período histórico de acumulación de fuerzas, que no tenga en las elecciones su
prioridad estratégica" -¿Cómo analizás, en este momento, cuál es el carácter del gobierno de Lula?
-El gobierno de Lula fue electo para hacer cambios. El pueblo lo votó como una
forma de protestar contra el neoliberalismo. Sin embargo, resultó un gobierno de
compromisos con sectores neoliberales brasileños. Un gobierno de composición. Y
por eso se ha caracterizado, a lo largo de los 3 años y medio, por ser un
gobierno de disputa en primer lugar. Después, de tensiones. Y ahora, como un
gobierno que asumió la política económica neoliberal. Porque Lula ha defendido
públicamente varias veces que esta política económica es la suya y que no va a
cambiar.
Entonces, nosotros esperamos que en el proceso de este año haya manifestaciones
de la gente, de las organizaciones, de los movimientos, para que se produzca un
proceso de presión por cambios en la política económica. Porque con esta
política no es posible avanzar en ninguna conquista social. -En este contexto, ¿Qué significa la decisión del gobierno brasileño del pago
de la deuda al FMI?
-Primero, es una tontería, incluso desde el punto de vista de la contabilidad
nacional. Porque era una deuda que vencería recién en 24 meses. Entonces, el
gobierno podría utilizar esos recursos para hacer inversiones en el país, para
aplicar en educación, o en cualquier cosa. En Brasil fue mucha plata, fueron
casi 15.000 millones de dólares de pago al FMI. Segundo, que el gobierno quiso
hacer eso como un hecho de propaganda, como que su política económica estaba
consolidada. Pero fue una tontería, porque al mismo tiempo, a la otra semana, el
gobierno necesitó dólares, y tuvo que lanzar bonos del tesoro nacional, pagando
una tasa de interés del 17 % anual, mientras que en la deuda con el FMI estaba
pagando sólo el 5 % anual.
Entonces, es una tontería, porque pagas una deuda que tenía incluso una tasa de
interés menor. Es por eso que los movimientos nos hemos manifestado en contra de
esta decisión. Hubiera sido más importante usar esos 30.000 millones de reales
para tratar de saldar la deuda social que viene acumulándose a lo largo de las
dictaduras, y con estos 15 años de neoliberalismo en Brasil. -El triunfo de Lula, en su momento, tuvo que ver con una acumulación de
muchos años del movimiento popular, y en particular de las organizaciones
sociales. ¿Qué balance hacen, a esta altura, de los logros y de las
dificultades, desde el punto de vista de los intereses de estos movimientos?
-La victoria de Lula, y luego su gobierno, representó el cierre de un ciclo
histórico. De una izquierda que luchó por la redemocratización, derribó a la
dictadura militar, pero a la vez siguió 20 años con una única estrategia: sólo
acumular en el plano electoral institucional. Lula encierra esa estrategia.
Ahora la gente entró en crisis, precisamente porque la izquierda no logró
acumular fuerza en los otros campos: de la organización social, del proyecto, de
la ideología, de influencia ideológica en la sociedad. Entonces, la izquierda en
Brasil está como confusa. Pero, por suerte, el gobierno de Lula tampoco
representó un proyecto alternativo para las clases dominantes.
Entonces, sigue también teniendo contradicciones con la clase dominante. Eso nos
hace reflexionar en que de aquí en adelante es necesario poner nuestras energías
para recomenzar un nuevo período histórico de acumulación de fuerzas, que no
tenga en las elecciones su prioridad estratégica. Que trate, en cambio, de
acumular fuerzas en el partido, en los movimientos sociales, en la lucha social.
Que trate de barrer el neoliberalismo con la lucha de masas, de formar cuadros
para un largo período de acumulación, pero que buscará cambios estructurales en
nuestro país. -¿Cuáles son, a su entender, las dificultades principales con que se
encuentra la izquierda y los movimientos populares brasileños, para esta nueva
etapa de acumulación de fuerzas, y cuáles son sus potencialidades?
-Las dificultades principales son que nosotros todavía estamos en un período de
reflujo del movimiento de masas. Estamos con dificultades, porque la izquierda
no tiene unidad entre sí, alrededor de un nuevo proyecto. O sea, hay que
construir esta unidad que resultaría de un gran debate. Y tenemos dificultades,
porque como en estos últimos 15 años la estrategia fue electoral institucional,
la mayoría de los militantes y cuadros se fueron para eso, y ahí fueron
absorbidos para la máquina administrativa, o fueron cooptados ideológicamente
por la ilusión de estar en el gobierno y de poder hacer algo.
Pero nosotros, en el movimiento social, estamos optimistas. Porque ya estamos,
en nuestra opinión, llegando al final de ese período histórico del reflujo del
movimiento de masas. Porque en rigor, la continuidad del modelo neoliberal, que
Lula no tuvo fuerza ni proyecto para contraponerse, no solamente no resolvió los
problemas del pueblo –de trabajo, sueldo, tierra, vivienda, educación-, sino que
los problemas sociales se agravaron. Eso lleva a una contradicción positiva. Hay
una tensión permanente en el medio del pueblo, de querer cambios. Y a la vez,
todas las encuestas demuestran que el pueblo no cree más en esta forma de
políticos, no cree en los políticos brasileños.
Entonces, nosotros creemos que es posible en los próximos años, generar un nuevo
movimiento de masas que tenga otra agenda, que enfrente al neoliberalismo, y que
logre acumular para un proyecto histórico de liberación. Por ese camino es que
vamos andando. La crisis es grave, pero ya sabemos cuál es la salida. Sólo que
tenemos que tener un poquito de paciencia histórica porque ingresaremos a un
largo período de acumulación de fuerzas, y es en eso en lo que estamos
trabajando. Boletín quincenal Nº37 - Por Claudia Korol, especial para Prensa De Frente.