Latinoamérica
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¿Por qué marchará la gente?
Los movimientos sociales de Brasil comenzarán el 17 de abril una semana de
movilizaciones
Elaine Tavares
Alai-amlatina
La marcha es una acción tan antigua como el mundo. Es una forma pacífica con la
que la gente oprimida dice no a lo que le succiona la vida. Así sucedió con los
hebreos escapando de la esclavitud de Egipto. Así sucedió en la India, con el
pueblo de Ghandi, caminando hacia la libertad. Así ha sucedido en Europa, en
Estados Unidos, en todos los rincones de América Latina, en las luchas por la
soberanía, la dignidad y la paz. Caminando por las carreteras, por las calles,
en las ciudades, el pueblo organizado se apoya en este gesto poético. La marcha
es un símbolo de paz, de negación de la muerte.
Es con este objetivo que los movimientos sociales de Brasil comenzarán el 17 de
abril una semana de movilizaciones, siguiendo las resoluciones de la Asamblea
Nacional Popular. En todos los estados y en todas las capitales, hileras humanas
marcharán por las carreteras pidiendo Reforma Agraria, valorización del salario
mínimo y derecho al trabajo. Marchas de paz, marchas de protesta pacífica.
Marchas de liberación. Caminarán juntos los trabajadores de la ciudad, los
campesinos, los indios y todos aquellos que están excluidos de una vida digna.
La Reforma Agraria
El día 17 de abril marca un triste episodio nacional: la masacre de Eldorado de
Carajás, en la cual 19 campesinos fueron asesinados por la policía por luchar
por la tierra, por el derecho a sembrar y producir los alimentos que abastecen
la mesa de toda la nación. Hoy, en Brasil, más de 150 mil familias viven en
campamentos, luchando por la reforma agraria, tan esperada y nunca cumplida.
Hasta ahora, los gobiernos que se sucedieron en el país nada hicieron por los
campesinos, ni siquiera Lula, que obtuvo el voto de gran parte de los derrotados
de la historia. No se puso a la altura de su responsabilidad histórica. Nada
hizo, nada hace. Todo es para el agronegocio, hasta el ministro de la
agricultura es empresario rural. Quién es rico se vuelve más rico. Quién es
pobre pasa por villano. Las víctimas del sistema -cuando se rebelan en su
desesperación- son mostradas en la TV como delincuentes y criminales, mientras
los empresarios lloran e inspiran piedad. En un juego de espejos invertidos, son
los ricos quienes aparecen como víctimas de los "locos marginales".
Los trabajadores de la ciudad, los campesinos, los pueblos originarios en lucha,
juntos, quieren la Reforma Agraria ya. Quieren que el Estado brasileño deje de
ser un instrumento servil del capital y pase a cuidar el bien público de la
mayoría, de los pobres. Quieren un gobierno que asuma la construcción de un
nuevo modelo que dé prioridad a la vida de la gente y no a media docena de
poderosos. Si la tierra fuera repartida y los alimentos brotaran, campo y ciudad
vivirían mejor.
Valorización del salario mínimo
Dinero para el trabajador no hay. Es lo que dice el Estado brasileño en las
interminables disculpas que usa para mantener el salario de hambre de aquellos
que trabajan. Pero, por otro lado, cada año salen de las arcas fiscales más de
150 mil millones de reales para pagar los intereses de una deuda que, como ya
mostró el historiador argentino Alejandro Olmos Gaona, es odiosa e ilegal.
Dinero que no es usado en políticas sociales y en cambio sí para engordar las
cuentas de los banqueros, de los grandes empresarios multinacionales. Todo ese
dinero fluye como si fuera la sangre del pueblo, escurriéndose sin parar. Por
eso no hay recursos para la salud, educación, vivienda, trabajo. Por eso la
violencia campea en las ciudades y en el campo segando la vida de miles de
personas. Lo que es nuestro se va sin remedio. Los trabajadores y campesinos
movilizados quieren que eso pare. Quieren un tiempo de justicia. Que el dinero
permanezca aquí, sea invertido aquí, en la gente, en la vida. Que el Estado pare
de dar a los ricos lo que les quita a los pobres. ¡Eso no es justo! Es necesario
preciso detener el desangre que engorda las ganancias de los bancos (más de 18
mil millones el último año), de los grandes empresarios y del gran capital.
Derecho al trabajo
El pueblo en marcha no quiere sólo empleo. Un lugar donde ser explotado y
desangrado, sin placer y sin alegría. ¡No! El pueblo movilizado quiere tener
derecho al trabajo que es creador, que reproduce la vida y no la muerte, que es
realización, felicidad. No basta pedir empleo, espacio de alienación y
explotación. Eso no es vida, es esclavitud del capital. Si los ricos y la
burguesía pueden trabajar y tener tiempo libre, placer, ¿por qué no todo el
mundo? Esa es la pregunta clave. Los caminantes quieren no sólo acceder a un
salario digno, sino también a una modalidad de trabajo que permita la
construcción de un tiempo nuevo en el que todos tengan el derecho a la dignidad
y a la vida plena. Esto es una cosa, que creen, pueden construir en comunión.
La propuesta concreta
Esta marcha que se va a desarrollar el próximo 17 de abril no es sólo una
caminata simbólica de deseos abstractos de paz. Ella es propuesta, acción
concreta, tiene dirección. Ella anuncia otro modelo de desarrollo nacional,
basado en el trabajo creador, en el trabajo placentero, en la no- explotación.
Ella anuncia el tiempo en que todas las gentes podrán tener derecho a la vida, a
la naturaleza protegida, a un modelo de vivencia que no sea expoliador y
predador. Ella profetiza un país en que las riquezas sean repartidas entre los
suyos y no desviadas al extranjero, para disfrute de banqueros y grandes
capitalistas. La caminata de las víctimas del sistema es para llamar la atención
de quien está viviendo en la opulencia. La mesa abundante es derecho de todos y
no sólo de algunos. La marcha del pueblo anuncia que, en las entrañas del país,
la gente está viva y se mueve en la lucha. Quien está parado, perdido, alienado,
que se despierte y participe. En este lado nadie es delincuente. Son las
víctimas, pero no están muertas. ¡La vida palpita y la gente camina en dirección
hacia todo lo que sueña y necesita realizar!
En Santa Catarina la caminata comenzará el 17 en el municipio costero de Itajaí
y deberá llegar a la capital; en Florianópolis, el día 20, luego de un gran acto
público. Durante todos esos días, los caminantes ofrecerán charlas en las
escuelas, conversarán con la gente en las calles y transmitirán sus deseos de
vida plena.
- Elaine Tavares - periodista del Observatorio Latinoamericano (OLA)/ UFSC
(Brasil). El OLA es un proyecto de análisis y observación de las luchas
populares en América Latina.