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Eduardo Rubio: "Este gobierno que elegimos todos los frenteamplistas no cambió la ruta, sigue la que usaba la derecha"
Pepe Viñoles
de Marzo de Uruguay fue entrevistado por Liberación. Rubio explicó la
posición de su organización que integra el Frente Amplio actual fuerza
gobernante -pero que no ocupa cargos en el gobierno- el porqué de los puntos de
vista críticos que la misma mantiene con respecto al gobierno progresista que
preside el doctor Tabaré Vázquez.
Un cambio histórico en Uruguay
Eduardo Rubio comienza por señalar que el triunfo del Frente Amplio (FA) el año
pasado en Uruguay es un hecho histórico y de enorme trascendencia en la vida del
país sudamericano, ya que por primera vez fueron derrotados los dos grandes
partidos de la derecha uruguaya (el Colorado y el Partido Blanco) y asume el
gobierno el FA junto a una alianza política denominada Espacio Progresista.
Fue un largo proceso de acumulación de luchas de la izquierda y el pueblo que
apuntaron siempre a un cambio que terminara con una historia de un Uruguay
sometido a Estados Unidos y a los organismos económicos y financieros. Un cambio
que abriera un nuevo camino donde se privilegiaran las necesidades de los más
excluídos, señala Rubio.
Sin embargo, en opinión del Movimiento 26 de Marzo (26M) la política económica
adoptada continúa una estrecha relación de dependencia con el FMI y el Banco
Mundial, la que es sostenida inflexiblemente por el actual ministro de Economía
Danilo Astori, y ha venido impidiendo el cumplimiento del programa original que
el FA tenía para cuando gobernara.
Nosotros fuimos desde un principio muy críticos con el nombramiento de Danilo
Astori como ministro de Economía. Porque hay que reconocerle que es el más
coherente dentro del gabinete de gobierno. Porque está haciendo lo que ha
sostenido durante los últimos años, cuando siempre actuó en solitario y a
contrapelo del pensamiento del conjunto del FA. Sin embargo ahora su proyecto de
política económica y en última instancia de modelo de país es el que está
primando en la conducción del gobierno de Vázquez.
Parte con un acuerdo con el Fondo Monetario de tratamiento de la deuda externa,
que nos condena a pagar 10 mil millones de dólares en cinco años, con más
endeudamiento del país para pagarla. La reforma del sistema financiero en un
sentido neoliberal, la política de seguir con privatizaciones de empresas
públicas. El diseño de un presupuesto restrictivo que privilegia el equilibrio
fiscal. El privilegiar las relaciones económicas con Estados Unidos, expresado
en el ya acordado Tratado de Protección de Inversiones, y la insistencia en
complementarlo con un Tratado de Comercio también con EE.UU. La instalación de
dos enormes plantas de celulosa que nos condenan a otro modelo de país que no es
el del "País Productivo" que el FA tenía acordado.
Todo eso nos permite afimar que el camino general que acordó seguir el gobierno
progresista es la continuidad de las políticas económicas que los gobiernos de
derecha aplicaron.
El camino elegido
¿Qué decía el programa anterior del Frente Amplio?
Creemos que se han abandonado los Grandes Lineamientos Programáticos para el
Gobierno que el FA aprobó en el Congreso "Héctor Rodríguez" de 2003, un año
antes de ganar las elecciones. Este programa sostenía que en el gobierno
debíamos construir un Uruguay productivo con justicia social, soberano,
independiente, integrado a América Latina y al Mercosur. En otros terrenos
también hemos criticado, que Uruguay haya seguido participando en la Operación
Unitas con EE.UU. y que enviara nuevamente tropas a Haití.
Desde los sectores políticos dirigentes dentro del gobierno progresista se
sostiene que Uruguay es un país pequeño y que no se puede hacer otra cosa
diferente a lo que se está haciendo. Que las plantas de celulosa son necesarias
para crear trabajo y que fue algo heredado, así mismo el haber acordado el
Tratado de Inversiones con EE.UU. lo que ayuda a reforzar y mantener ese
principal mercado, sobre todo de carnes.
¿Qué opina el 26M de esta afirmación?
El FA como fuerza política gobernante tiene un tremendo desafío. Lamentablemente
en todo este tiempo, la fuerza política Frente Amplio ha quedado a la cola del
gobierno con un falso criterio de cualquier elemento de crítica es una manera de
dañar la fortaleza de la izquierda. Y nosotros decimos por el contrario, el
papel del FA tiene que ser el de apoyo al gobierno en el cumplimiento del
programa y de un elemento de control y llamado de atención ciudadano y de
reclamo cuando este programa no se cumple. En este problema, podríamos recordar
aquellas viejas críticas de parte de la izquierda al llamado socialismo real
cuando se criticaba que el partido fuera un apéndice del Estado, y eso es lo que
está pasando en el Uruguay en un sentido muy negativo. Nosotros reclamamos para
el FA el papel de fuerza política, sostén del gobierno, responsable del
gobierno, y por tanto del cumplimiento del programa que votó la gente. Y ese es
un nivel importante de diferencias que tenemos con las fuerzas mayoritarias
dentro del FA.
Lo de que no hay otro camino, eso no es cierto. La realidad de América Latina
hoy nos muestra de que existen otros caminos; el de la independencia, el de la
soberanía. Que implican dificultades, sí es verdad. Pero cuando se dice que el
pueblo uruguayo no es capaz de vivir como el de Cuba, o qué nos va a pasar si no
hacemos caso al Fondo Monetario Internacional…¿Y qué parte del pueblo uruguayo
no está dispuesto a vivir como el cubano?
Del millón de pobres que existen hoy en Uruguay, la mayoría añoraría vivir bien
en un país donde se come todos los días y se tiene salud, educación y trabajo
asegurados. De que no podemos tener otros mercados y sólo el de EE.UU. Y el
privilegiar esa relación es un problema político y de decisión de política
internacional más que económica, que va en contra del programa del FA. Porque
éste establece con claridad, que el FA desde el gobierno; primero, va a
reafirmar su posición antimperialista; segundo, que va reestablecer su relación
con los pueblos hermanos de América Latina tomando el MERCOSUR como base;
tercero, que las políticas sociales, de tierras, financieras tenían que romper
con el sistema neoliberal. Y lo de la herencia también lo sabíamos, porque
heredábamos un país que iba en determinado sentido y nuestro compromiso era
cambiarlo. Y se nos dice "no se puede cambiar el Uruguay en dos días". Y con
esto coincidimos plenamente, pero el proceso en Uruguay no es un problema de
tiempo, sino de saber hacia dónde se camina y el camino que se ha elegido. Y
éste gobierno que elegimos todos los frenteamplista no cambió la ruta, sigue la
que usaba la derecha, y por ella nunca vamos a llegar al Uruguay que queríamos
cambiar, el del país soberano, productivo con justicia social.
Por eso los frenteamplistas tenemos que debatir estos problemas y salvar este
proyecto de cambio, por el cual tantas generaciones lucharon y que costó grandes
sacrificios al pueblo uruguayo.