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Perú: Fotosechk electoral, a 30 días de las elecciones
Gustavo Espinoza m. (*)
A prácticamente 30 días de las elecciones del 9 de abril, el escenario electoral
peruano aún luce confuso. Las encuestas publicitadas por los medios ubican a
tres postulantes como los únicos con real posibilidad de ganar los comicios, en
tanto que los 18 restantes asoman como irrelevantes; y, al mismo tiempo, otorgan
porcentajes definidos a cada quien colocándolos como en una escalera: Lourdes
Flores 34%, Ollanta Humala 26% y Alan García 21%. A contraluz, sin
embargo, se conocen de otras encuestas que no son publicadas pero que merecen
credibilidad. La más reciente, asegura que Ollanta Humala encabeza las
preferencias ciudadanas con el 47%, en tanto que la Flores se ubica en el
segundo lugar con 32% y en el tercero va García con 21%.
Independientemente de la verosimilitud que podrían incubar estas encuestas, vale
la pena mirar, como en una bola de cristal, las características y las
posibilidades que cada una de estas candidaturas muestran para el electorado.
Veamos:
Lourdes Flores Nano es largamente la favorita de los medios. Pero es también la
favorita de los bancos, de las financieras, de las grandes empresas y del
capital. También de los mandos castrenses, de los resabios de la Mafia que no
tienen posibilidades por la baja estima electoral de Marta Chávez, y de los
procesados por diversos delitos de corrupción y violencia que esperan "un trato
sin odios ni rencores". La Lourdes, que no es una novata en política, y que
tiene ya un dilatado recorrido por el escenario nacional, ha caminado mucho en
este periodo. Aquí da vueltas en Pueblos Jóvenes y Asentamientos Humanos -"Las
Poblaciones"- y simplemente suda la camiseta como si fuera pobre. Y en el
extremo, se queja del "modelo" neo liberal que alienta asegurando que "no
chorrea" como prometen sus panegíricos. Tiempo tendrá para desdecirse cualquiera
sea el resultado de los comicios que se avecinan. En las encuestas -en las
formales y en las otras- simplemente cae y cae. Pierde puntos de
una quincena a otra, y ahora en su propio entorno hay varios que dudan ya
que pueda llegar a la segunda vuelta.
Ollanta Humala, a la inversa, crece y crece. Tuvo un momento de caída que lució
transitoriamente irreversible, pero se recuperó de él porque descubrió que a los
peruanos les interesa más el futuro que el pasado. Dijo entonces que escarbar en
lo ocurrido no conducía a nada y que lo importante era construir una Nueva
República. Y a partir de allí recuperó el paso. Hoy es un hombre activo en los
medios. Lo entrevista la televisión y la radio, y habla de sus programas, pero
también de su modo de ver la vida y de sus preferencias. Incluso, de su hogar, y
de las relaciones con su familia. Se ha convertido en un contertulio de muchos,
y en una alternativa electoral ciertamente viable. Nada le quita, sin embargo,
el hecho que tenga una visión militarista de la política ni del periodo de
violencia en el que hubo muertos "de ambos lados", dice, por lo cual no hay que
tocar -"las heridas están abiertas", es una de sus frases favoritas-. Sus
partidarios, que no tienen un mensaje homogén
eo, muestran sin embargo una voluntad: asegurar que gane en primera vuelta, lo
que podría ocurrir si los indecisos -hoy más del 40% de los electores- se
volcaran a su lado, y si "la familia militar" lo respaldara. Los uniformados, en
efecto, votarán por primera vez y con sus familias suman casi un millón de
papeletas de sufragio, que podrían resultar decisivas. El electorado de
izquierda, masivamente votará por él, aunque una buena parte de él asegura
desconfiar de su figura y de su programa. "No hay por quién hacerlo" afirman
escurridizos cuando se les pregunta el por qué de su opción.
Alan García sigue en el tercer lugar de las preferencias ciudadanas aunque
registra un cierto nivel de recuperación, En las últimas semanas, en efecto,
aumentó cinco untos, subiendo de 16 a 21, pero la cosa no le da para más. Su
sueño consiste en "bajar" de su ubicación a Lourdes para buscar un "repechaje"
pasando a la segunda vuelta -si la hay- con Humala. Así, podría presentar una
falsa disyuntiva: democracia, representada por él; o totalitarismo, encarnado
por el Comandante. A escoger entonces. Tiene la esperanza que en ese contexto
los "demócratas" de todos los signos se resignen a votar por él. Entretanto,
sigue una campaña en la que cada día habla menos y baila más. El Regetton y el
Perreo son sus preferidos y el "ritmo del Chino" es crecientemente su estilo.
Pero además, sigue soportando el peso de su trato con la Mafia, que lo llevó a
incorporar a su Plancha Presidencial al Almirante Luis Giampietri, un
viejo zorro de los servicios de inteligencia del fujimorato. Par
a contentar a todos, dice en cada auditorio lo que la gente que está allí
quiere escuchar. Y los que tienen paciencia, y poca memoria, lo escuchan o
incluso le creen, como ocurrió recientemente en una tribuna sindical donde hizo
gala, según sus oferentes de sus dotes de "seductor" -así fue calificado por la
cúpula- para "llegar a las masas" a las que les atribuye sexo femenino en su más
descalificada interpretación.
La izquierda oficial, en este complejo escenario, no da pie con bola.
Ninguno de sus tres exponentes supera en las encuestas el 1% de las preferencias
electorales, pero sus representantes no trepidan en acusar a Humala alegando que
"les robó" sus propuestas. También les robará sus votos y, lo más lamentable,
las curules que buscaban alcanzar. (fin)
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera