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Ecuador intenta sofocar rebelión indígena y renuncia ministro de Interior
AFP
El gobierno de Ecuador intenta extinguir el fuego de una protesta indígena
contra el TLC con Washington, que se propaga por las provincias con bloqueos de
vías y choques con la Fuerza Pública, que precipitaron la renuncia del ministro
de Interior, Alfredo Castillo.
Al cabo de tres días de levantamiento, que dejan siete heridos y 16 detenidos,
el gobierno se acercó a los indígenas en una gestión que coincidió con la
dimisión de Castillo, un ex comunista que adujo desacuerdos con el manejo
oficial de las manifestaciones de los sectores sociales.
"Lamentablemente, hay quienes todavía creen que los fusiles son la mejor forma
de resolver la situación", declaró a la AFP el funcionario, cuya dimisión
"verbal" fue aceptada por el presidente Alfredo Palacio, según Rigoberto Medina,
portavoz del Ministerio.
Castillo, el tercer ministro de Interior que deja sus funciones en once meses de
gobierno, consideró en su momento legítimos los reclamos sociales defendiendo
siempre el diálogo, en contraste con otros miembros del gabinete opuestos a una
salida bajo presión y partidarios del uso de la fuerza.
Horas antes de la renuncia, su viceministro Felipe Vega sostuvo un intempestivo
diálogo con los indígenas en uno de los escenarios del levantamiento.
Tras el diálogo, Vega, posible sucesor de Castillo, dijo que el Ejecutivo dará
respuesta en las próximas horas a las inquietudes de los indígenas.
Entretanto, Luis Macas, presidente de la Confederación de Nacionalidades
Indígenas de Ecuador (Conaie), afirmó: "Nosotros no nos cerramos al diálogo".
"Si es que Palacio no tiene la voluntad de hablar con el pueblo; si no está en
la voluntad de consultar el TLC, nosotros le estamos diciendo que como él ha
dicho que se quiere ir a la casa, ese es el mejor camino", añadió.
La conversación se desarrolló en el marco del levantamiento que mantiene
bloqueadas carreteras de 10 de las 22 provincias y la ocupación pacífica de la
catedral de Quito. La protesta recibió el miércoles el apoyo de estudiantes
quiteños, que protagonizan disturbios.
La Conaie y otros sectores sociales reclaman al presidente Alfredo Palacio que
se retire inmediatamente de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio
(TLC) con Estados Unidos y que convoque una consulta popular para decidir sobre
el acuerdo.
Además plantean la nacionalización del crudo, la expulsión de la petrolera
norteamericana Oxy (que tiene un pleito con el Estado) y la anulación de un
acuerdo antidrogas que permite a Washington el acceso y uso de una base militar
ecuatoriana por diez años (hasta 2009).
Vega enfatizó que "el gobierno está negociando" el TLC y que el caso de Oxy
"está en un proceso" a cargo del ministro de Energía, Iván Rodríguez, juez de
última instancia en un trámite solicitado por la Procuraduría y la petrolera
estatal Petroecuador, que propusieron la caducidad del contrato con la
estadounidense.
A la espera de una respuesta del gobierno, los indígenas continuaban protestando
en las vías de ocho provincias andinas (desde la frontera con Colombia hasta la
frontera de Perú) y las amazónicas Pastaza y Zamora Chinchipe.
"La protesta se está radicalizando con una mayor participación de las bases",
dijo a la AFP el vicepresidente de la Conaie, Santiago de la Cruz, y enfatizó
que la medida "se mantendrá hasta el retiro de las negociaciones del TLC por ser
perjudicial".
"Si no es así, el gobierno deberá comprometerse a convocar a una consulta
popular para decidir sobre el TLC", añadió el dirigente.
Ecuador se apresta a reiniciar las tratativas en Washington el 23 de marzo, que
podría ser la última ronda para definir el acuerdo.
Según de la Cruz, unos mil aborígenes y labriegos que partieron desde el Puyo
(capital de Pastaza) marchan hacia Quito, avanzando unos 80 km hasta Ambato (110
km al sur).
Además de la rebelión indígena, los pobladores y organismos seccionales de de
Tungurahua y Pastaza realizan una huelga indefinida desde el martes para exigir
recursos al gobierno.
Un levantamiento indígena provocó la caída del ex presidente Jamil Mahuad, en
enero de 2000. Los nativos también presionaron para la destitución del ex
mandatario Abdalá Bucaram, en febrero de 1997.