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¿Qué es la vida?
Leonardo Boff
La convención organizada por la ONU sobre la biodiversidad biológica, que se
está celebrando estos días de marzo en Curitiba, desde cierto punto de vista es
tan importante o más que la de Rio de Janeiro de 1992. Entonces se trataba de
ver la relación entre desarrollo y medio ambiente. Se oficializó la expresión
desarrollo sostenible. Pasados más de diez años se ha constatado que el
desarrollo habido se ha mostrado absolutamente insostenible porque prácticamente
todos los indicadores ambientales empeoraron. Se ha comprobado que la lógica de
este tipo de desarrollo lleva consigo la devastación ecológica y la creación de
desigualdades sociales.
Ahora la humanidad está dándose cuenta lentamente de que ese desarrollo puede
amenazar la vida de Gaia y el futuro de la humanidad. Por eso el tema más
urgente y fundamental es: ¿cómo garantizar y salvar la vida? En este contexto
conviene que reflexionemos brevemente sobre lo que es la vida. Las respuestas
consagradas dicen que proviene de Dios o que está habitada por algo misterioso o
mágico. Pero nuestra visión cambió radicalmente cuando en 1953 Crick y Watson
descifraron la estructura de una molécula de ácido desoxirribonucleico (ADN) que
contiene el manual de instrucciones de la creación humana. La molécula de ADN
consiste en múltiples copias de una única unidad básica, el nucleótido, que se
presenta bajo cuatro formas: adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina©.
Este alfabeto de cuatro letras se desdobla en otro alfabeto de veinte letras que
son las proteínas, formando el código genético que se presenta en una estructura
de doble hélice o de dos cadenas moleculares. El código genético es igual
en todos los seres vivos. Watson y Crick concluyeron: "La vida no es más que una
vasta gama de reacciones químicas coordinadas; el \"secreto\" de esta
coordinación es un complejo y arrebatador conjunto de instrucciones inscritas
químicamente en nuestro ADN". (Cf. DNA, Companhia das Letras 2005, p. 424).
Con este descubrimiento la vida fue introducida en el proceso evolutivo global.
Después de la gran explosión del Big bang hace quince mil millones de años, la
energía y la materia liberadas se fueron expandiendo, densificando, haciéndose
más complejas y formando nuevos órdenes a medida que el proceso avanzaba.
Después que se alcanzó un nivel alto de complejidad de la materia irrumpió la
vida como un imperativo cósmico. La vida representa, pues, una posibilidad
presente en las energías originarias y en la materia primordial. La materia no
es "material" sino un campo altamente interactivo de energías. Este evento
maravilloso ocurrió en un minúsculo planeta del sistema solar, la Tierra, hace
3.800 millones de años. Pero la Tierra no tiene, según el premio Nóbel de
medicina Christian de Duve (1974), la exclusividad de la vida. En su libro Polvo
Vital escribe: "El universo no es el cosmos inerte de los físicos con una pizca
extra de vida por precaución. El universo es vida con la necesaria estructura a
su alrededor.
Consiste en billones de biosferas generadas y sostenidas por el resto del
universo". (Objetiva 1997, p.383).
No necesitamos recurrir a un principio trascendente y externo para explicar el
surgimiento de la vida. Basta que el principio de complejidad y de
auto-organización de todo, el principio cosmogénico, haya estado presente en
aquel puntito primordial -que primero se inflacionó y luego explotó-, creado,
sí, por una Inteligencia suprema, un infinito Amor y una eterna Pasión. La vida,
la mayor floración del proceso evolutivo, hoy está amenazada; de ahí la urgencia
de cuidarla.