Latinoamérica
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Mujeres contra la celulosa
Mario Osava
IPS
El Día Internacional de la Mujer empezó temprano para las activistas de Vía
Campesina en Brasil. A las 2.30 de este miércoles, 2.000 campesinas ocuparon
plantaciones de eucaliptos de la compañía Aracruz Celulosa en Barra do Ribeiro,
a 56 kilómetros de Porto Alegre, en el sur brasileño.
Siete horas después, marchaban por la larga avenida Ipiranga de Porto Alegre
hasta la Universidad Católica, donde tiene lugar desde el martes hasta este
viernes la segunda Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo
Rural (CIRADR) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura (FAO).
La marcha incorporó a hombres de Vía Campesina y a mujeres de otros movimientos,
como el de las Trabajadoras Urbanas, para sumar unas 3.500 personas que
encontraron cerrado el portón de la Universidad, protegido por una veintena de
policías. Lograron quebrar ese primer obstáculo con gritos de triunfo y la
canción tradicional cubana "Guantanamera" emitida desde el camión que acompañaba
la manifestación.
Pero las manifestantes no tuvieron acceso al edificio donde se reúnen los
diplomáticos y funcionarios gubernamentales e internacionales que participan en
la CIRADR. Tras media hora de negociaciones, una comisión de 50 mujeres pudo
entrar al auditorio principal de la conferencia, al grito de "urgente y
necesaria, reforma agraria" y "mujeres unidas jamás serán vencidas".
Así pudieron leer el Manifiesto de las Mujeres Campesinas a la II CIRADR "contra
todas las formas de violencia y explotación" sufridas en Brasil, y defendiendo
"reformas agrarias integrales" a favor de la soberanía alimentaria de los
países. La intervención fue aplaudida por las delegaciones presentes.
Las mujeres también protestan "contra el dominio autoritario" de las compañías
transnacionales y las políticas del Fondo Monetario Internacional, del Banco
Mundial y de la Organización Mundial del Comercio, a la vez que condenan los
"desiertos verdes" de "las enormes plantaciones de eucalipto, acacias y pinos"
destinadas a la industria de celulosa y papel.
Así se explica la ocupación de un huerto forestal de Aracruz. Las mujeres,
transportadas en autobuses, ocuparon durante unos 40 minutos las instalaciones
de la empresa, donde solo encontraron a un guardia, relató a IPS una campesina
que participó en la operación con sus dos hijos adolescentes y no quiso
identificarse.
El mensaje dejado en la empresa y distribuido durante la marcha denuncia "las
desgracias que provoca el agronegocio en Brasil: destrucción de la agricultura
campesina, aumento de la concentración de tierras, del desempleo y el éxodo
rural y una enorme destrucción ambiental".
El "desierto verde" invade áreas que deberían destinarse a la reforma agraria y
simboliza la gran explotación agropecuaria que deja "utilidades para pocos y
pérdidas para toda la sociedad", añade.
"El gobierno concede miles de millones de reales en crédito favorecido a las
transnacionales que producen para exportar, en desmedro de alimentos para la
población y la naturaleza", dijo a IPS Adriana Maria dos Santos, de la
coordinación del Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC), una de las
organizaciones de Vía Campesina en Brasil, junto con el Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), el Movimiento de Pequeños Agricultores y
otros grupos.
Aracruz es líder mundial en producción de celulosa blanqueada de eucalipto, con
casi tres millones de toneladas anuales y 261.000 hectáreas plantadas en tres
estados brasileños. El estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social
tiene 12,5 por ciento de su capital, y el resto se reparte entre otras dos
empresas brasileñas y un banco internacional.
El grupo brasileño Votorantim, cuya división de celulosa y papel es dueña de 28
por ciento del capital de Aracruz, y la sueco-finlandesa Stora Enso producen
también celulosa en Rio Grande do Sul, donde tienen planes de expansión de sus
áreas forestadas.
Stora Enso y Aracruz inauguraron en 2005 una fábrica de celulosa en el estado de
Bahía, con una producción de 900.000 toneladas anuales.
Un eucalipto consume 30 litros de agua por día, y el estado de Rio Grande do Sul,
del que Porto Alegre es la capital, ya tiene 200.000 hectáreas reforestadas para
producir celulosa. "Para nosotros esto es la muerte", afirmó la activista de MMC
Su movimiento es "feminista y socialista", lucha tanto por la reforma agraria
como por el fin de la violencia contra las mujeres y derechos femeninos como el
de ser dueñas tituladas de las tierras que el Estado les entrega, dijo.
En los asentamientos de la reforma agraria brasileña, las mujeres son titulares
de solo 12 por ciento de las áreas distribuidas, señaló Marina dos Santos, una
de las coordinadoras del MST. La orientación dada por el gobierno para que las
mujeres también sean consideradas propietarias ya está vigente hace algunos
años, pero no se cumple en muchas partes, explicó.
Por ello y para asegurar a las campesinas el derecho a la jubilación, hay una
campaña nacional por documentación de las mujeres, que comprende desde la
obtención del certificado de nacimiento y la cédula de identidad hasta el título
de propiedad de las tierras, destacó la dirigente del MST. En Brasil hay nueve
millones de mujeres campesinas sin documentos de identificación, observó Adriana
dos Santos.
Las mujeres brasileñas celebraron su Día Internacional con amplias
movilizaciones en numerosas ciudades del país, con participación destacada de
las campesinas. En Recife, capital del nororiental estado de Pernambuco,
protestaron contra la violencia de que son víctimas, destacando que en este año
72 mujeres fueron asesinadas en ese distrito.
En la meridional Sao Paulo la manifestación convocada por 80 organizaciones
sociales esperaba movilizar a 10.000 personas. Uno de los reclamos es el fin de
la penalización del aborto. En Brasilia las dueñas de casa reclamaron el derecho
a la jubilación, apoyadas en una petición firmada por 1,8 millones de personas.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36816