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Latinoamérica

La reforma agraria  el perejil en la palangana ajena

Jorge Zabalza 
Recosur      

Jorge Zabalza  "Una vez fui a una yerra, pialé un ternero, le corté los güevos con el cuchiyito capador y me los comí chamuscados en las brasas del fogón  campero. ¿Verdad que estoy autorizado a hablar de reforma agraria?"

Señor Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Don José Mujica Cordano.-
De mi mayor consideración.-                                              
No tengo otra que tomar estas declaraciones suyas como respuesta a mi anterior: "Yo debato con quién me parece. Nunca lo ví a Zabalza plantar  un perejil. Además no se puede bastardear temas que son clave como éste" (LA REPÚBLICA, 20 de febrero 2006).
Esbozo de elementos para el no-debate:

UNO Según cifras del Censo General Agropecuario, elaboradas por el Ministerio suyo, los predios menores de 50 hectáreas son más de la mitad de los establecimientos agropecuarios del Uruguay. Apenas abarcan el 2,5% de  la superficie productiva total.-  En cambio, los predios mayores de 2.500 hectáreas no llegan a ser el 2%  de los establecimientos, pero poseen el 32% de la tierra productiva.-   

En 1970 había 77.163 establecimientos rurales que, para 1990, se redujeron a 54.816. Desaparecieron 22.247 establecimientos, casi la tercera parte  de sus productores rurales se fueron al carajo. Y no fueron los latifundios...porque en eso de desaparecer nunca pierden los de arriba, como usted debería saber bien.- Unos pocos y otros mucho y eso no es casualidad, don Mujica. Se llama "concentración de la propiedad de la tierra en muy pocas manos" o sea, en lenguaje sesentista, latifundio vulgar y silvestre y sin considerar los efectos concentradores de la extranjerización (plantaciones forestales mediante) y de las sociedades anónimas agropecuarias (¿no se iban a prohibir?).-

DOS El 83% de la superficie agropecuaria son campos naturales o mejorados  donde se crían y engordan novillos para producir carne. Si a eso se le suman  las 212.072 hectáreas improductivas, se concluye que apenas en un 15 % de la tierra uruguaya hay una inversión de capital  más o menos intensiva.-  Por cada hectárea dedicada a la ganadería hay 0.64 vacunos. ¡No llega a uno por hectárea! Algo que permanece in cambiado desde hace cien años. ¿No le parece muy poco, señor Ministro?.-           

En los predios mayores de 5.000 hectáreas (propiedad de gente con mucho dinero) hay un tractor cada 1900 hectáreas. Como que estos dueños de la tierra no invierten mucho ...¿espera convencerlos de que sean buenos y  no apuesten en la plaza financiera?.-  .  En 1990 había casi 13.000 establecimientos que producían carne animal, un 23,7% del total. Para el 2000, los establecimientos eran 28.245, el 49,4%. Casi el doble que diez años antes. El stock de animales vacunos creció  en un 23 por ciento, al tiempo que los ovinos, primer rubro siempre.
Ahora  tocaban su mínimo histórico.-  Ergo, los latifundistas bailan al compás de los mercados, don Mujica.  El precio internacional de la carne sube y, nuestros patrióticos "productores rurales" adecuan la producción a sus exigencias, como en los tiempos que Latorre alambró la estancia cimarrona...¿qué cosa, no?.-     Esto se llama "país de ganadería extensiva cuya producción depende de los precios internacionales fijados por los grandes capitales que dominan el mercado de productos alimentarios": Dependencia y subdesarrollo, ché.- TRES En el campo residían, en el 2000, unas 190.000 personas. Más o menos la misma cantidad de siempre. En la franja comprendida entre la costa del  Río Uruguay y la ciudad de Tacuarembó, hay un habitante cada dos kilómetros cuadrados. O sea que, esa zona de los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú sigue siendo el mismo desierto que hace cien años. Las tierras  más ricas están despobladas...el latifundio expulsa gente.-  Ese mismo año, había 157.000 trabajadores permanentes en el campo. De ellos 74.077 (la mitad casi) eran asalariados de la producción animal de carácter extensivo. Pero el latifundio es más cruel todavía, don Pepe: en los establecimientos con más de 2.500 hectáreas, la crema de la crema, hay un trabajador cada 370 hectáreas. No es un proletariado muy numeroso que digamos. Los animales engordan con pocos puestos de trabajo, que además  son mal pagos, no tienen límite horario pese a lo prometido y trabajan en condiciones deplorables. ¿Cuál es la productividad de cada peón rural?  ¿De cuánta plusvalía se apropian los estancieros?.- CUATRO Wlliam Yohai, tupamaro de los que mantienen la óptica de Raúl Sendic (padre), envió interesantes datos a BRECHA el 27 de agosto del 2003.
El campo no es negocio le decían y entonces William preguntaba: ¿porqué  hay tantos burgueses dispuestos a arrendar estancias? ¿Son bobos? No, porque a ninguno se le ocurre, por ejemplo, alquilar uno de los locales a precio regalado que se ofrecen en todas las galerías céntricas.-  Está claro que hay demanda porque arrendar es negocio. Y como la  demanda excede a la oferta, la renta de la tierra se eleva a los cielos: en el 2003, por un campito de 2000 hectáreas medianamente bueno, se pagaba 30  dólares la hectárea por año y, en consecuencia, dejaba al propietario una renta bruta de 60.000 dólares. El tipo no paga el impuesto al patrimonio ni el de primaria, como debe hacerlo cualquier propietario urbano. Después de  pagar unos 5000 dólares de Contribución Inmobiliaria (tal vez ni tanto) se  queda con 4.600 dólares mensuales de renta, sin hacer nada ,sentadito en su  casa y sosteniendo que la tierra no rinde.-    Ni hablar de la renta que se apropian los dueños de las excepcionales tierras del litoral, donde se llega a pagar 100 dólares la hectárea.  Hasta los campos de sierra, pura piedra, como en mis pagos, la renta son unos 30.000 dólares anuales. Nunca es negativa o sea, menor que la  Contribución, único gasto que tienen los propietarios.-

CINCO  En pocas palabras, la ganadería extensiva es el principal rubro de este país productivo, está en muy pocas manos, no genera puestos trabajo, invierte casi nada en salarios y seguridad social y desertifica la tierra La  miseria y la exclusión es la contracara social del latifundio que produce según los requerimientos y vaivenes del mercado internacional, sin tener en  cuenta la felicidad de los pueblos.-  Los latifundistas se llevan la suya (que es mucha) por el simple privilegio de ser dueños monopólicos de las pasturas naturales y por gozar de ese monopolio ( único que Astori no piensa tocar) no tienen interés en invertir en el desarrollo productivo del país. No les interesa económicamente.  Les alcanza con abusar de su derecho de propiedad y emplearlo para  enriquecerse a costillas de la miseria, el hambre y la desnutrición de los demás.-           

Los latifundistas, sus amigotes, Mujica, son un obstáculo y no un  vehículo para el desarrollo productivo de las tierras. Desde los tiempos de la Colonia, ha sido un palo en la rueda para el arreglo de los campos. Hay que eliminarlos. Son superfluos. Los trabajadores pueden gestionar mucho  más productivamente la tierra.-  ¿No sería bueno que los recursos naturales del pueblo uruguayo  (pasturas, ganados y granos) fueran administrados en beneficio de todos? Sólo al Estado le interesa invertir en mejorar praderas, subdividir potreros con alambrado eléctrico y manejar más racionalmente el rebaño. ¿No sería bueno que de  la producción agropecuaria salieran los recursos financieros que tanta  falta hacen para salarios, jubilaciones, educación, salud y vivienda?.-    

Sin embargo, como gobierno no es poder y progresismo es tapón de rebeldías obreras, alcanzaría con ponerles algún impuesto a la renta de la tierra. Aunque José Batlle y Ordóñez nunca se tiró contra los estancieros, hasta el gorila de Pacheco Areco se atrevió a cobrarles el IMPROME...¿cómo no  puede hacer algo usted, que llegó al gobierno en ancas de la justicia tributaria?. ¿no se anima a hacer que por lo menos devuelvan algún pesito al pueblo asalariado que oprimen y explotan? Y si se siente impotente y no puede  hacer nada..¿para qué está en ese cargo?, ¿para qué lo puso ahí el electorado, señor Ministro? ¿Qué votó la gente? ¿Qué cambie la cosa o que todo siga  como está?.-

SEIS  Los números no tienen ideología, pero su interpretación política sí que  la tiene y usted encontrará mayores coincidencias en  

-Gaggero, Presidente del Instituto de Colonización y el apero más lujoso de aquella marcha de las cuatro por cuatro,   

Fernando Mattos, Presidente de la Asociación Rural y alarmado defensor de la propiedad latifundista,    -Manini Ríos, ahora gran plantador arrocero, antes patotero de la Juventud Uruguaya de Pié, -

Caputo, que fumiga naranjales y trabajadores a la vez, porque desde  su óptica ese es el Uruguay productivo.
Larrañaga, que gusta compartir picaditas regadas con abundante Tannat  en el quincho del Tuerto Varela.-  Seguramente, ellos, dueños del Uruguay, no bastardean los temas claves  como la reforma agraria. Están contentísimos de tener un ministro antes revolucionario que hoy aborrece hablar de reforma agraria. No quieren  oír del latifundio y sus gravísimas consecuencias económicas y sociales  para los de abajo. Y usted no les habla de ello.-           

A juzgar por el menosprecio que hizo a los ocupantes del predio en  Bella Unión, doy por supuesto que no le interesa la opinión de los "peludos", totalmente antagónica con la de Larrañaga, Gaggero, Manini Ríos y demás.
Y, señor Ministro, hemos sido cómplices de muchas decisiones graves, en  el ayer de la epopeya y en el hoy de los vericuetos ideológicos y políticos, ayer y hoy cuando usted no eran acérrimo defensor del Estado de Derecho  de la clase dominante, ayer y hoy cuando hicimos cosas más feas que tomar  una hectáreas locas de tierras improductivas.
 Es lógico que no quiera debatir conmigo y no sólo porque mis opiniones no son bien recibidas en los  círculos donde usted se maneja, sino también porque le conozco todos sus dengues  y no tengo porqué tolerarle los desplantes y la falta de respeto que se ha  hecho su hábito cotidiano.
Aunque le cueste, por simple educación, sería conveniente mantener los buenos modales entre nosotros.-  Sabedor de que nunca segundas partes son buenas, disculpe si no me entiende, parece que ahora hablamos lenguas diferentes.

No muy cordialmente, se  despide                                         

Jorge Zabalza  (Uruguay)                    

Fuente: lafogata.org