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Huidobro: "No va a ser un Congreso fácil, porque somos gente complicada y complicadora"
"No dejar que se deteriore el prestigio nacional e internacional de Vázquez"
Raul Legnani
Primera Voz de 1410 AM LIBRE. *
El domingo se conoció el documento del MPP elaborado por Eleuterio Fernández
Huidobro y Eduardo Bonomi, entre otros, en el que propone una nueva política
para la izquierda, partiendo del entendido de que la estrategia que se elaboró
en la década del 50 y que llevó al gobierno al Frente Amplio está agotada por su
éxito. Es un documento sobre estrategia que elige como disparador de ideas el
escenario de la fuerza política --hablamos del MPP y del FA-- y no el del
gobierno. Huidobro fue entrevistado ayer por 1410 AM LIBRE.
La fuerza política, en el debate interno del MPP, cobra con este documento una
nueva significación, en momentos en que el FA está invadido de crisis de ideas,
pero también de militancia y de organicidad.
"La estrategia es el análisis prospectivo de una época y debe contener los
cambios que se persiguen. Esto, muchas veces, se ve sustituido por objetivos
ideológicos e incluso, mucho peor, por las sensaciones y emociones profundas que
conducen a una práctica que nada tiene que ver con los cambios, sino tan solo
casarse las ganas", se alerta desde el documento.
Los redactores recuerdan que ya no existe la contradicción países
capitalistas-países socialistas, por eso ya no es lo mismo encarar "la lucha
atimperialista a partir de la posibilidad de obtener la ayuda concreta de esos
países (los socialistas)".
Desde la caída de la URSS y del socialismo real (la terminología es nuestra) "la
contradicción entre la burguesía y el proletariado en los países desarrollados
ha multiplicado su importancia. Al punto que es posible afirmar que no puede
haber triunfo definitivo de los pueblos en lucha contra el imperialismo si, en
los países desarrollados, no se resuelve esa contradicción". "Por eso la
importancia de encontrar aliados dentro de los países desarrollados", mientras
que a la vez es fundamental "encontrar socios, aunque no sean aliados ni mucho
menos". "La lucha de Cuba contra el bloqueo, también es una lucha contra el
aislacionismo y a favor del comercio con todos los países del mundo", agrega.
"Tenemos que reafirmar ese concepto, no sólo para diversificar el comercio, sino
para mejorar nuestra balanza comercial y usarla para sostener nuestro
desarrollo".
En este escenario de los cambios mundiales, no hay una sola referencia de fondo
sobre el Mercosur, los Tratados de Libre Comercio o el ALBA, la Alternativa
Bolivariana para las Américas, que es el eje de la propuesta de integración
continental de Fidel Castro y Hugo Chávez. Seguramente la ausencia se explica
por las responsabilidades de gobierno.
En cambio trasluce que no hay resistencia a la apertura comercial del país.
"Los acuerdos políticos, los acuerdos internacionales, se apoyarán en las
coincidencias políticas en general o en las coincidencias respecto a la política
internacional. Los acuerdos comerciales no: estos se apoyan en las ventajas
comparativas que se puedan obtener (...). El gobierno, por lo tanto, tendrá que
tener entre sus principales objetivos aumentar los ingresos globales" y "en ello
va gran parte de la soberanía nacional, en poder de decisión respeto a su
capacidad de invertir, aumentar la producción, el empleo y los ingresos de las
familias uruguayas".
El tema del factor nacional, sin caer en el estrecho margen del nacionalismo
populista o derecha, es una de los obsesiones del documento. "El eje, el centro,
el objetivo histórico de la nueva estrategia es resolver la contradicción
imperio- nación y la elaboración, el desarrollo y la puesta en práctica de un
nuevo proyecto nacional. Un modelo de país, integrado a la región y al mundo, a
partir del desarrollo del país productivo, con una nueva forma de distribución y
el objetivo de crear trabajo nacional. Se trata, ni más ni menos, que de la
elaboración de un proyecto nacional sustentable (...). Esta estrategia, la
construcción de un proyecto nacional, no puede ser solamente, patrimonio de una
de las organizaciones que integran el FA", agrega.
El proyecto nacional El proyecto nacional que propone el MPP tiene tres
dimensiones. "La política: tiene que apoyarse en el conjunto del FA y contar con
el apoyo de otras fuerzas políticas". Con esto salta las fronteras del Frente
Amplio y mira a sus alrededores, que no son otros que determinados sectores de
los partidos tradicionales que no identifica.
La segunda dimensión, "El gobierno: es desde el gobierno --dice-- que tiene que
instrumentarse y desarrollarse el proyecto. Sin el gobierno adecuado no puede
concretarse el modelo nacional".
En una tercera dimensión está el tema de lo social, que puede tener tres
aspectos: "el desarrollo de la idea entre los trabajadores; el desarrollo de la
idea entre los productores y comerciantes; el desarrollo de la idea entre los
intelectuales".
En esta parte los redactores del documento parecen estar hablando de un bloque
político-social a favor del cambio y las transformaciones. Sorprende que no haya
ninguna referencia al empresariado industrial y a la banca, ya sea para
integrarlos al bloque o para dejarlos al margen, como aliados circunstanciales o
como obstáculos a remover. Tampoco la dimensión social surge desde un análisis
de la estructura económica del país, ni de la estructura de clases.
El desarrollo de esas tres dimensiones lleva a los autores del texto a sostener
que deberá confluir en una gran asamblea nacional o un gran cabildo nacional en
el que la idea encarne y se haga organización, movilización y programa". La idea
parece apuntar a una reedición del Congreso del Pueblo de la década del 60, pero
ajustada a los tiempos de hoy.
Gobierno y poder Los autores entran en el análisis del significado del gobierno
y el poder que en la década del 70 introdujo la chilena Marta Harneker, debate
que se intensificó con el derrocamiento de Salvador Allende y que posteriormente
quedó inconcluso o invalidado. Ya Lenin, varios decenios atrás había escrito el
"Estado y la revolución", obra que con la caída de la URSS se archivó y que
nadie quiere desarchivar.
Asegura que "siempre se ha establecido la diferencia entre gobierno y poder" y
que el gobierno "es un aspecto distinto del poder, limitado". En cambio el poder
"está compuesto por el poder económico, el poder político y el poder militar".
La nueva mirada del poder, por parte de los autores del trabajo, se aleja
definitivamente de la idea de Mao de que "El poder nace del fusil" y se aproxima
al tano Gramsci, cuando afirma que "el poder se construye, se va construyendo y
así como se puede avanzar en su construcción, también se puede retroceder:
desconstruir". "La construcción del poder tiene mucho que ver con el consenso
ideológico y político. El poder militar, sin ese consenso puede durar más o
menos tiempo, pero termina por derrumbarse", señala.
En esta perspectiva el gobierno progresista "tiene que ser parte de la
construcción del "poder nacional", "pero sin perder de vista que la construcción
del socialismo, además del poder, requiere del suficiente desarrollo de las
fuerzas productivas y de la socialización de éstas ahí donde se han
desarrollado.
Es decir que al desarrollo de la socialización de las fuerzas productivas forma
parte del poder necesario para construir el socialismo. En esa perspectiva
estratégica, agrega, hay que considerar al gobierno y a la lucha por lograrlo y
mantenerse en él".
Sobre las responsabilidades actuales, se indica que "el gobierno tiene que
tratar de realizar, impulsar y concretar, las principales definiciones
programáticas compartidas por las fuerzas sociales y políticas que apoyaron el
triunfo electoral. Pero ello no es posible si el gobierno no va creando las
condiciones que hagan posible los cambios. Esto debe hacerse al mismo tiempo que
la fuerza política que gobierna desarrolla y profundiza la organización popular
y el gobierno desarrolla y profundiza la democracia, convocando participación".
Consolidar el gobierno La idea de estar viviendo un proceso de transición es
explícita en el documento, cuando afirma que "gobernar es hacer que el país
funcione y no se puede hacer eso en un santiamén con los lastres del pasado".
Dice que "hay que planificar el período de transición", lo que significa
"planificar el desarrollo que, como hemos afirmado reiteradas veces, es el
crecimiento con distribución: significa planificar formas más equitativas de
distribución al mismo tiempo que se produce el crecimiento".
"Eso no se puede hacer si no se mantienen y aumentan los ingresos, si no se
corta el despilfarro, la corrupción y los abusos, si no se aumenta la
producción. No se puede distribuir lo que no hay o lo que se pierde por miles de
`agujeros´, no se puede distribuir más si no se crece más, no se puede
distribuir más si la producción no aumenta", pero "hay que crecer distribuyendo
y distribuir creciendo".
A la vez convoca a "fortalecer el equipo de gobierno y no dejar que se deteriore
el prestigio nacional e internacional del presidente Tabaré Vázquez". "Ello
significa, por supuesto, no tomar decisiones que contribuyan a ese deterioro",
subraya.
Buscando mantener la unidad de acción del MPP en el parlamento, se señala que
"hay que tener claro que el apoyo parlamentario del gobierno configura al mismo
gobierno: si cambian los apoyos, cambia el gobierno e, incluso, pueden cambiar
los contenidos del gobierno". "Nuestra tarea fundamental es consolidar y
profundizar esos contenidos, para producir los cambios", enfatiza.
"La estrategia para por el desarrollo de un gobierno que tenga en el centro de
sus objetivos el país productivo, el trabajo nacional y una política
internacional y regional que lo hagan posible y, aunque ello no pueda ser
lineal, se avance sustancialmente hacia ello", concluye sobre este aspecto de la
propuesta.
El MPP, el Espacio 609 y el Frente Amplio En relación a la herramienta política,
el documento establece un orden preferencial: MPP, Espacio 609 y FA.
Pero hay algo que los engloba y es que lo principal, para los tres escenarios,
es "resolver la contradicción oligarquía-pueblo y no, por lo menos en esta etapa
histórica, la contradicción capital-trabajo".
"Creer que este gobierno puede resolver la contradicción capital-trabajo, que es
ni más ni menos que plantearse el socialismo ahora, significa no haber
comprendido qué cosas están en juego en ese momento histórico", subraya.
Ya en el plano metodológico, donde hay sectores del MPP que han promovido
ocupaciones, se propone que hay que "superar la cultura de la confrontación que
se desarrolló durante tantos años". Para los autores del documento hay que
llevar adelante el programa del gobierno y preparar las condiciones "para
realizar el programa de la fuerza política". Si ello se puede hacer "con el
menor grado de confrontación mejor y si se puede ayudar a consolidar la base
social de apoyo, mucho mejor".
La mayor autocrítica va por el lado de la organización, va por el lado de que no
se ha logrado una estructura "capaz de contener el crecimiento que hemos
alcanzado".
Reclama, a la vez, "una flexibilidad organizativa mucho mayor", y destaca que
"el único modo de lograr eso", tanto en el MPP como en el FA, es "con una
profunda descentralización, la promoción de militantes y una intensa campaña
informativa".
Sobre el Espacio 609 se reconoce que está "muy lejos de funcionar bien". A los
aliados "los hemos invitado para una cosa, pero después hicimos otra: nosotros
tomamos las resoluciones y luego se las comunicamos a los demás, lo que
significa una falta de respeto a los demás". Propone que el Espacio 609 asuma el
papel de "orientador" del FA y de desarrollar "a la Concertación para el
Crecimiento en una fase distinta a la que le dio origen".
También tiene que "construir una estructura de base común" y que "se plantee una
acción común en los territorios donde esté presente o en las organizaciones
funcionales de masa". Sobre el Frente Amplio destaca como positivo que se haya
integrado en una sola fuerza política, "que debe consolidar su rol y recuperar
su papel de conductor de un proceso político que necesita desarrollarse y
profundizarse mucho más todavía". "Tiene que seguir consolidando el proyecto
político: tiene que seguir construyendo el futuro y organizando la bases social
de los cambios", pero "no puede transformarse en el lugar donde se discuta el
día a día del gobierno".
"La fuerza política tiene que analizar el presente con el futuro; la táctica y
la estrategia con el proyecto político, el día a día con la utopía", resalta.
La suerte de la propuesta Si bien Eleuterio Fernández Huidobro no se mostró
eufórico con la suerte de este documento, que mucho creen que hay que ordenar
mejor y llevarlo a una sola pluma, todos dan por seguro que será aprobado por
amplia mayoría en el Congreso del MPP "Es un documento que tendrá validez si el
Congreso lo aprueba y no va a ser un congreso fácil, porque nuestros militantes
y todos nosotros no somos gente fácil, somos gente complicada y complicadora",
confesó en el periodístico Primera Voz de 1410 AM LIBRE. *