Latinoam�rica
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La segunda vuelta electoral en Hait� es una imposici�n de
Washington
Los cascos azules reprimen al pueblo haitiano
Editorial Granma
Despu�s de dos a�os de ocupaci�n extranjera, tras el golpe de Estado contra Jean
Bertrand Aristide orquestado por Washington con la colaboraci�n de Par�s, la
sufrida Hait� celebr� hace una semana elecciones generales para proclamar a su
nuevo presidente.
La jornada electoral tuvo una buena concurrencia, a pesar de algunos hechos
violentos y las demoras en los colegios electorales de los barrios m�s pobres.
M�s del 60 por ciento de los haitianos inscriptos acudieron a las urnas con la
esperanza de un cambio en un pa�s al que las constantes invasiones
norteamericanas y sucesivas dictaduras le han cercenado dos siglos de
desarrollo.
M�s del 80 por ciento de los 8 millones de haitianos vive en la pobreza y un
porcentaje similar es desempleado, la tasa de analfabetismo es sumamente alta,
la expectativa de vida no supera los 50 a�os y enfermedades como el S�ndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida se expanden con rapidez.
Las recientes elecciones en Hait� fueron reconocidas por la comunidad
internacional como un paso positivo hacia la estabilidad y la paz en esa naci�n.
Desde el primer minuto, las encuestas a pie de urna dieron como claro ganador de
la contienda al ex presidente Ren� Preval.
Los primeros resultados dados a conocer por las autoridades electorales
mostraban a Preval con una c�moda ventaja del 61 por ciento de los votos
emitidos, muchos m�s de los necesarios para ganar los comicios en la primera
vuelta. La prensa haitiana y medios internacionales reflejaban su amplia
victoria.
Sin embargo, con el paso de los d�as, las elecciones haitianas, postergadas
durante meses con la anuencia norteamericana, han ca�do bajo el manto de la
manipulaci�n y la sospecha. Siete d�as despu�s de la votaci�n, el Consejo
Electoral Provisional no ha concluido los c�mputos, pese a que debi� dar los
resultados a las 72 horas del cierre de los colegios.
El domingo, sorpresivamente, el presidente del organismo electoral anunciaba a
los medios que la votaci�n por Preval hab�a descendido hasta el 49 por ciento,
mientras la p�gina web de esa instituci�n reflejaba entonces un 52 por ciento a
su favor. Ayer lunes, el Consejo electoral informaba que con el 90 por ciento de
los votos escrutados, el ex premier y candidato del partido La Esperanza contaba
ahora con un 48,7 por ciento de votaci�n.
La manipulaci�n de los resultados ha sido evidente y desvergonzada. Dos de los
integrantes del Consejo Electoral han denunciado que se ha manipulado la
tabulaci�n de los votos. Pierre Richard Duchemin, representante de la
Conferencia Episcopal de la Iglesia Cat�lica en el ente comicial dijo a una
emisora haitiana que "ha habido una manipulaci�n insana de los datos, no hay
nada transparente". Otro de los jueces electorales, Patrick Requiere, critic�
ante la prensa a Jacques Bernard, director general del Consejo Electoral, por no
consultar al resto de los miembros de ese organismo ni revelar de d�nde est�
obteniendo los resultados que ha anunciado a la prensa.
Este lunes, el candidato presidencial Jeune Jean Chavannes, cuarto hasta ahora
en la votaci�n, reconoci� el triunfo de Preval y manifest� que la situaci�n
creada es el resultado de un complot que se ha montado persiguiendo el caos
social. Chavannes hizo un llamado a garantizar la soberan�a nacional y no
prestarse a intereses mezquinos como quieren algunos.
Todos se�alan algo absolutamente claro, que se ha filtrado por diversas v�as: el
se�or Bernard, director general del Consejo Electoral, cumple el mandato
estadounidense de obligar a una segunda vuelta. M�s de un analista se ha
encargado de recordar en estos d�as que Preval no es del agrado de la Casa
Blanca por sus anteriores v�nculos con el depuesto presidente Aristide,
desalojado del poder a la fuerza por las tropas norteamericanas y enviado al
exilio forzoso.
The New York Times public� en enero una amplia investigaci�n que demuestra los
esfuerzos del Instituto Internacional Republicano, muy vinculado al gobierno de
Bush, y de varios funcionarios del Departamento de Estado para desestabilizar el
gobierno de Aristide y expulsarlo del pa�s.
Ante el intento evidente de escamotearle el triunfo a Ren� Preval, hombre de
gran prestigio que se ha esmerado en servir al pueblo, sus seguidores, la
mayor�a de los barrios m�s humildes de la capital haitiana, se han lanzado a las
calles en las �ltimas tres jornadas exigiendo se respeten los resultados. Miles
de manifestantes protestaron ayer frente a las sedes del Consejo Electoral y el
Gobierno coreando las consignas "Preval es presidente" y "Ladr�n, no sabe c�mo
contar", en clara referencia a la actuaci�n del director general del cuerpo
electoral. Los manifestantes acusaron de manipulaci�n de los votos al CEP y
mostraron su oposici�n a una segunda vuelta, gritando "no votaremos dos veces".
Las demostraciones del lunes fueron reprimidas por los cascos azules de la ONU
acantonados en el pa�s, provocando varios heridos y al menos un muerto. La
violencia ha regresado al empobrecido pa�s tras varios d�as de calma
postelectoral y se prev�n nuevos enfrentamientos si persiste el intento de
birlar el resultado de los comicios.
Mientras tanto, desde Washington, con todo cinismo, el vocero del Departamento
de Estado declaraba tras una reuni�n entre Bush, Condoleezza Rice y el
Secretario General de la ONU: "Siempre que un escrutinio resulta muy disputado
es importante que las partes se unan y cooperen por encima de bander�as en
inter�s del pa�s". Nadie sabe a ciencia cierta a qu� elecciones se refer�a Sean
McCormack, pues en el caso haitiano el segundo candidato en la votaci�n no lleg�
siquiera al 12 por ciento.
Lo que est� ocurriendo en Hait� no sorprende. No es la primera vez que Estados
Unidos interviene a su antojo en los destinos de esa naci�n, ni la primera vez
que manipula descaradamente a su conveniencia los resultados electorales en otro
pa�s.
La comunidad internacional debe exigir que se respete la voluntad mayoritaria
del pueblo haitiano expresada en las urnas y no se conduzca a esa dolida naci�n
a tiempos peores de caos y violencia, como consecuencia de los mezquinos
intereses de Estados Unidos y de determinados grupos de poder haitianos.
El mundo no puede permitir que desde el poder imperial se intenten mover las
riendas de todo el planeta. El pueblo haitiano, paciente pero abnegado y
heroico, luchar� por sus derechos, no le quepa la menor duda a nadie. Sobre el
Gobierno de Estados Unidos y las tropas ocupantes que no vacilan en disparar
contra el pueblo caer� toda la responsabilidad.
Fuente: lafogata.org