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Latinoam�rica

 

Guatemala: muerte y vida

Andr�s Cabanas
La Fogata

Empezamos 2006 como terminamos, continuo de muerte y vida. Muerte, ya lo saben: (in)contables asesinatos durante el primer mes del a�o, "el mes m�s violento en 15 meses, con 201 muertes seg�n reporta la morgue del Organismo Judicial". (Siglo XXI)

Otras muertes son menos conocidas pero igualmente tr�gicas: diecisiete fallecidos por hipotermia desde el mes de noviembre en el departamento de Totonicap�n (Prensa Libre). Muertes por pobreza, por injusticia, por desigualdad. Por indiferencia: �nos hemos acostumbrado a la tragedia? �Es natural que diecisiete personas mueran de fr�o en un solo departamento? �Qui�nes eran esas diecisiete personas, qu� edades ten�an, c�mo se llamaban, a qu� se dedicaban? �Qui�n los enterr�, qui�n los recuerda y los llora?

Otros datos nos abruman y condenan a una lenta agon�a o eterna supervivencia, como personas y como pa�s: la cortedad de los fondos para educaci�n, vivienda o salud (Guatemala gasta s�lo 22 d�lares por a�o y persona en salud p�blica, seg�n Inforpress); la peque�ez del presupuesto. "Con la actual carga tributaria del 10% y un presupuesto p�blico que apenas llega al 13.9% del PIB, s�lo dibujamos una caricatura del tama�o de las riquezas del pa�s y de sus necesidades. Tanto la carga tributaria como el presupuesto p�blico deber�an ser al menos el 25% del PIB para que sean herramientas de desarrollo". (�lvaro Vel�squez, Prensa Libre)

Despu�s de Stan: aqu� hab�a un jard�n
Contin�a tambi�n la incertidumbre pos Stan, 285,000 personas amenazadas de hambre, seg�n la Organizaci�n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci�n, FAO; p�rdida de 60% de ma�z y 80% de frijol en zonas afectadas, seg�n el Programa Mundial de Alimentos, PMA. La destrucci�n f�sica, casi cuatro meses despu�s del paso de la tormenta, recuerda los versos de Otto Ra�l Gonz�lez:

"Aqu� hab�a un jard�n y ahora hay un abismo
aqu� hab�a una flor y ahora hay una l�grima
aqu� hab�a un torrente de risas infantiles
y ahora s�lo se halla un surtidor de llanto
aqu� hab�a una fuente que cantaba y cantaba
ahora hay un pozo triste que solloza y solloza
aqu� hab�a un camino y ahora hay un barranco
aqu� hab�a un cuerpo rico y ahora hay un cad�ver"

Aun as�, vida. Vida, qu� les voy a contar si ustedes la reproducen, la transforman, la hacen crecer a diario, milagrosa repetici�n de los pocos y escasos peces de que disponemos. Vida en los proyectos comunitarios, muchos m�s que los 181 presentes en el recinto de Guate�mala. Derroche de color en la calle central de Panajachel, en Santa Catarina Palop�, en San Pedro Sacatep�quez. Iniciativa en las esquinas de la capital donde los vendedores ofertan, negocian y venden lo inveros�mil. Imaginaci�n, creatividad y originalidad en la naciente y explosiva industria cinematogr�fica (la producci�n m�s reciente, "Amorfo: te busqu�"). Desparpajo en el arte. Orgullo en la diversidad de lenguas, sentires y miradas. En fin, V I D A. Y esperanza.

Otro mundo es posible
"A pesar de las actuales condiciones globales de hegemon�a unipolar, de dominio del capital transnacional, de deterioro permanente del planeta, de la dictadura medi�tica y de la "pagana" deificaci�n del mercado (.) es posible pensar que otro mundo es posible". (Adri�n Zapata, Siglo XXI) �Cu�les son las se�ales positivas para este otro mundo posible, m�s all� del hartazgo de lo actual y el necesario optimismo de lo futuro?

Una primera se�al, la crisis del Consenso de Washington y del neoliberalismo que se expresa no s�lo en la victoria del Movimiento al Socialismo, MAS, y Evo Morales en Bolivia ("El MAS de Evo Morales parece representar una corriente hist�rica nacionalista y antiimperialista que vuelve a levantarse contra las consecuencias de dos d�cadas de pol�ticas neoliberales", P�gina 12) o en las anteriores de fuerzas progresistas en Uruguay, Brasil o Venezuela, sino sobre todo en la evoluci�n de Argentina desde la vanguardia neoliberal durante los a�os noventa a un modelo de dif�cil definici�n (liberal, social cristiano, latinoamericanista), pero independiente e innovador. Esta evoluci�n queda reflejada en el discurso del presidente Kirchner en la IV Cumbre de las Am�ricas (noviembre 2005): "Existe evidencia sobre el fracaso de la teor�a del derrame (.) Nos hacemos cargo como pa�s de haber adoptado esas pol�ticas econ�micas, pero queremos que los organismos internacionales tambi�n lo ha
gan".

Segunda se�al, el desarrollo de propuestas que tienden a la recuperaci�n del Estado como espacio de construcci�n democr�tica; la reorientaci�n del desarrollo; la reforma tributaria y la reprivatizaci�n de mucho de lo que fue privatizado. En Movimientos y poderes de izquierda en Am�rica Latina, Atilio Bor�n afirma:

"A partir de la experiencia del �ltimo cuarto de siglo, es evidente que las alternativas -porque ser�n muchas, sin duda- al neoliberalismo, contendr�n en grados variables, los siguientes elementos:

En primer lugar, una vigorosa reconstrucci�n del Estado, destruido o jibarizado por las pol�ticas ortodoxas. El Estado es el terreno sobre el cual puede apoyarse la democratizaci�n de la sociedad.

En segundo lugar, deber� reorientarse radicalmente el rumbo econ�mico en direcci�n al mercado interno, la redistribuci�n de las riquezas y los ingresos, la promoci�n del desarrollo y la sustentabilidad ecol�gica (.) Es imprescindible someter a revisi�n todo lo actuado durante el periodo neoliberal (.) Se requerir� por consiguiente des-privatizar gran parte de lo privatizado; "re-regular" lo que hab�a sido desaprensivamente desregulado; poner fin a la liberalizaci�n imperante y comenzar a poner en marcha pol�ticas activas en diversas �reas de la econom�a y la sociedad. Se necesita, en suma, detener las mal llamadas "reformas econ�micas" inspiradas por el Consenso de Washington.

Un �rea prioritaria en esta gran reconstrucci�n que tendr� que llevarse a cabo es, sin duda alguna, la pol�tica tributaria. Esta constituye el tal�n de Aquiles de las econom�as latinoamericanas. El bald�n que significa ser la regi�n con la peor distribuci�n de ingresos y riquezas del mundo tiene, como su reverso, el hecho de que esta parte del globo es tambi�n la de mayor inequidad tributaria a escala mundial. En nuestro continente prevalece el "veto tributario" de las clases dominantes".

Qu� hacer
En Guatemala todav�a caminamos a la inversa de las se�ales que anuncian el fin de un ciclo y pr�ximos cambios: debilitamiento del Estado o falta de inter�s en su fortalecimiento, expresada en el fracaso de la reforma tributaria; apuesta por el TLC y la inversi�n extranjera; subordinaci�n a Estados Unidos. "En Guatemala, desde los tiempos del famoso Programa de Reordenamiento Econ�mico del gobierno democratacristiano hasta las recurrentes medidas de pol�tica monetaria que se adoptan a�o con a�o, son una r�plica de lo que ha venido molestando en Am�rica Latina, ofreciendo para�sos maravillosos que se han tornado en destinos inciertos". (Edgar Balsells, El Peri�dico)

Para transformar la muerte en vida e invertir este modelo de para�so frustrado son necesarias transformaciones no s�lo en la organizaci�n del Estado sino tambi�n en las estrategias de organizaci�n y lucha de los sectores populares: asumiendo en primer lugar, que las convergencias pol�ticas y sociales, las nuevas mayor�as, los liderazgos leg�timos, los triunfos hist�ricos, los buenos resultados electorales (a prop�sito de Bolivia) son procesos de construcci�n compleja, alejados de la copia mec�nica, el simplismo anal�tico, la sobreestimaci�n del activismo sobre la conceptualizaci�n, las divisiones fr�volas y la improvisaci�n.

En segundo lugar, abriendo los ojos a las nuevas realidades sociales y su compleja diversidad (�tnica, de g�nero, econ�mica): es decir, aprendiendo a "leer correctamente las nuevas realidades de nuestro tiempo". (Bor�n)

En tercer lugar, rechazando el verticalismo y renovando los espacios organizativos, para superar "la esclerosis de estructuras y pr�cticas organizativas y el anacronismo de los discursos". (Ib�d.)

En definitiva, los cambios externos s�lo pueden ser impulsados desde la renovaci�n interna. Para Miguel �ngel Sandoval, es necesario redise�ar y explorar nuevos "instrumentos pol�ticos (.) Los partidos tradicionales no bastan y no alcanzan a entender siquiera la magnitud de lo que se avecina".

S�lo as� transformaremos esta esperanza -hoy- de la voluntad en opci�n de transformaci�n:

"Pero ma�ana compadre con el amor del mundo
jard�n ser� el abismo y flor ser� la l�grima
el llanto ser� risa canci�n ser� la fuente
del pozo brotar�n palomas y luceros
y el cad�ver doliente recobrar� la vida"        

Fuente: lafogata.org

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