La política paramilitar utilizada por el terrorismo de estado en Colombia a
dejado ver su macabra huella en el ejercito de la oligarquía colombiana, mas
exactamente en un centro de entrenamiento o de torturas, como realmente debería
llamarse.
El caso que escandaliza a la oligarquía colombiana ocurrió el pasado 25 de
enero, cuando 21 jóvenes reclutas fueron torturados en una sesión de supuesto
‘entrenamiento’ en el Centro de Instrucción y Entrenamiento de Piedras, un
poblado del departamento del Tolima, al centro de Colombia. Los reclutas que
llevaban escasos cuatro meses en filas del ejercito, fueron objeto de
incalificables vejamenes sexuales y torturas.
Entre los torturadores se encuentran uno de los mal llamados soldados
profesionales, que son los paramilitares del ejercito de la oligarquía
colombiana, entrenados por el ejército de los Estados Unidos para cortar cabezas
y jugar fútbol con ellas, entrenados para descuartizar niños y niñas y luego,
llegar a sus casas y acariciar a sus hijos como si nada hubiese sucedido.
Los jóvenes vendados y amarrados, fueron quemados en varias partes del cuerpo,
sus cabezas enterradas en estiércol de ganado, intentados ahogar en el rió,
objeto de abusos sexuales y luego atemorizados para que no contaran lo sucedido.
Esta descomposición es producto de la aplicación en Colombia por parte de la
oligarquía colombiana de políticas como la Doctrina de la Seguridad Nacional y
la Guerra de Baja Intensidad que ven en su propio pueblo a su enemigo y que ha
llevado a sus "soldados Profesionales" o paramilitares, a un estado tal de
desequilibrio mental que el torturar o asesinar se les a convertido una
necesidad que deben satisfacer diariamente.
No es pues, extraña la semejanza entre lo sucedido en el llamada centro de
entrenamiento de batallón Patriotas, de la sexta brigada del ejército en el
departamento del Tolima y lo sucedido en la cárcel de Abu Ghraib en Irak, con el
ejecito imperial, ya que ambos ejércitos torturan prisioneros, pero el de
ocupación, o sea el colombiano tortura hasta sus propios reclutas todo esto bajo
la mirada de los asesores militares imperiales.
Aunque los casos de torturas tanto de soldados como prisioneros es generalizada
en los cuarteles del ejercito de la oligarquía colombiana, y a pesar de que se
han conocido cientos de casos y muchas demandas contra el estados, extrañamente
este caso salió a la luz publica y a tenido un despliegue inusual, lo que nos
muestra que algo esta pasando al interior de la oligarquía colombiana impulsadas
por la irrupción de los narcotraficantes en la economía y por la muy probable
firma del TLC, que indudablemente golpea al sector tradicional de esa
oligarquía.
Este resquebrajamiento al parecer se esta dando también al interior de las
fuerzas armadas de la oligarquía colombiana, ya que mientras un sector,
encabezado por el hoy excomandante del ejercito de la oligarquía, general
Reynaldo Castellanos, se esforzaban en ocultar en hecho, otros lo denunciaron
categóricamente la tortura, como una política militar.
La Revista Semana, que publico la denuncia, presentó las declaraciones de un
miembro del ejercito oficial que según ellos optó por mantener su nombre en
reserva, quien dijo que el caso debería servir para modificar las estructuras
del Ejército. "Debemos preparar soldados orgullosos de defender una causa y un
país y no gente que se vuelva resentida". Para este oficial, lo ocurrido es una
muestra de un camino errado que malforma a los soldados, incide en el aumento
del conflicto. "¿Cómo actuará un muchacho de estos en una zona rural con la
población campesina cuando necesite obtener una información?", se pregunto.
Para él, lo ocurrido en Piedras no es un hecho aislado. "La violencia contra los
soldados de parte de sus superiores es extendida. Lo que ocurre es que eso no es
noticia". ()
Contrario a lo que denuncia el militar a la revista Semana, el comandante del
ejercito de la oligarquía colombiana, " general Reynaldo Castellanos, decía a la
prensa que "Lo ocurrido es solo una conducta irresponsable de un cuadro de
mando"(). Pero si fuera una conducta irresponsable, un caso aislado como ellos
acostumbran a decir, no habrían muchos ejemplos para contar, pero al contrario,
los casos de torturas a soldados y prisioneros pululan.
La costumbre de torturar es tan generalizada que de esta no se salvan ni los
hijos de los altos mandos de este descompuesto ejercito, miremos unos pocos
casos.
El pasado 9 de enero, el cadete Quiñonez, hijo del general Guillermo Quiñónez,
denunció que cuando estaba en el alojamiento de la Escuela Militar José María
Córdoba, en Bogotá, un "superior" como llaman eufemísticamente a torturador de
turno, el alférez Sanmiguel, hijo del general Manuel Sanmiguel Buenaventura, se
le acercó y lo golpeó diez veces en la espalda, en los riñones y las piernas.
En el año 2003, un soldado adscrito a la Cuarta Brigada, fue declarado incapaz
mentalmente por un Juzgado en la ciudad de Medellín, debido a la invalidez
sufrida por las torturas físicas y sicológicas a las que fue sometido por sus
"superiores", en el campo de torturas en Santa Rosa de Osos.
"El joven tiene actualmente 22 años y no reconoce a su familia, no sabe quién es
su madre, ha intentado suicidarse, y llora compulsivamente", relató a la prensa
la abogada demandante del soldado.
Otro caso fue el de dos soldados del Batallón Guardia Presidencial, que esta
bajo mando directo del jefe fascista Álvaro Uribe Vélez, quienes fueron quemados
en el rostro con ácido muriático, en noviembre de 2004. Otro caso sucedido en el
mismo Batallón Guardia Presidencial, ocurrió el domingo 20 de marzo de 1994,
cuando transcurría el día de visitas y mientras las instalaciones militares se
encontraban llenas de familiares, el soldado Leonardo Castro se suicidó debido a
las torturas recibidas de parte de sus "Superiores".
En Ponedera, departamento de Atlántico, dos reclutas murieron después de
permanecer dos días en el contenedor donde los había encerrado por un capitán o
"superior".
El 29 de abril de 2004 fue desaparecido de la base de La Antena, en la Jagua de
Ibirico, el cabo Ferney Esteban Palacios. Tal vez por ser hijo de un campesino
pobre, el caso se ha mantenido en silencio y hasta el día de hoy no se conoce de
su paradero.
Bueno y paro aquí el recuento de torturas a soldados, debo llamar la atención
que a propósito no tocare casos de torturas a civiles ya que es un tema nunca
acabar.
La torturas en las fuerzas militares de la oligarquía colombiana son tan
generalizada que un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la
defensa de los Derechos Humanos en Colombia reveló que "sigue siendo preocupante
el hecho de que en las instalaciones militares y policíacas se inflijan malos
tratos. Estos han afectado no sólo a personas privadas de la libertad en esas
instalaciones, sino aún a los propios integrantes de la fuerza pública sujetos a
medidas disciplinarias".
Pero los honorables militares colombianos no solo torturan, trafican con drogas
roban y asesinan, con el pleno conocimiento de las altas cúpulas militares y
gubernamentales que ven con complacencia este cuadro de degenero, ya que esto
también les reporta ingentes utilidades políticas o económicas.
El historial delincuencial de las fuerzas de represión de la oligarquía
colombiana es similar a la de la casta que hoy detenta en poder. De Álvaro Uribe
Vélez, presidente de la oligarquía colombiana por ejemplo, se a denunciado
reiteradamente que a amasado su cuantiosa fortuna sobre la base del narcotráfico
y al despojo de los colombianos como sucedió con los campesinos de la Finca La
Mundial, donde estos fueron perseguidos por efectivos del Ejército y
paramilitares y desplazados de sus tierras, del hostigamiento quedaron unos 12
campesinos asesinados.
Algunos otros ejemplos que muestran la descomposición de esa banda criminal
conocida como ejercito colombianos son:
En abril del 2003 fueron encontrados 16 kilos de heroína y 10 kilos de cocaína
en la, en este caso, bien denominada, nave insignia de la oligarquía colombiana,
el Buque Escuela Gloria. En 1975 se había descubierto otro gran cargamento de
sustancias alucinógenas dentro de este buque, que es un ejemplar representante
de un estado en poder del narcotráfico.
En el mes de septiembre de 2003, en la ciudad de Barranquilla, veintiséis
policías activos y retirados, entre ellos altos mandos policiales y militares
fueron descubiertos después de que decomisaron cuatro toneladas de cocaína y
posteriormente negociaron la devolución a los paramilitares mediante el pago de
unos 900 mil dólares.
A finales del mes de junio de 2004 fueron arrestados dos oficiales y 10
suboficiales, que trabajaban para organizaciones dedicadas al tráfico de
estupefacientes a través de la Costa Pacífica.
Se han dado casos hasta de robos de los sagrados dólares del "Plan Colombia",
así, dos millones de dólares entregados por el gobierno de Estados Unidos a
través del Plan Colombia fueron hecho humo por los altos mando de ese ejercito,
que es hoy por hoy es la mayor organización delincuencial de América. También se
han dado cosos de saqueo del presupuesto militar etc, etc.
La descomposición de este ejercito llega a tal extremos que según una
investigación que desarrollo la procuradora judicial penal ante las Fuerzas
Armadas de Colombia, Nubia Romero Carrillo en el ańo
2004, cerca de un 40 por ciento de los soldados del ejército colombiano son
drogadictos. (Mayo de 2004)
Es de resaltar que todos los mandos implicados en las torturas a los soldados
del batallón Patriotas, habían recibido lo que ellos llaman formación y
capacitación para el respeto a los derechos humanos y al D.I.H., cursos que son
realmente un manual de como violar los Derechos Humanos sin ser descubierto y
que tenían mas medallas en sus estantes que una joyería.
El asunto no es de dictar cursos de derechos humanos y menos de repartir
cartillas entre los que ellos llaman "Superiores" sino de una real voluntad
política de los gobiernos de respeto de los derechos humanos.
La mano de estos torturadores estuvo también presente en el casos conocido como
Cajamarca, donde el 10 de abril de 2004 cinco civiles, una madre de 14 años de
edad, su compañero de 17 y su bebé de seis meses, fueron asesinados por estos
bandidos en la vereda del Potosí, municipio de Cajamarca, departamento de Tolima
y presentados como guerrilleros dados de baja.
Uribe, mostrando su desprecio por la justicia y pretendiendo aprovechar el
escándalo políticamente para su reelección, retiro del cargo al comandante del
ejercito de la oligarquía, general Reynaldo Castellanos y en su reemplazo nombro
al General Mario Montoya, un "superior" bajo cuyo mando se encontraban las
tropas que cometieron la masacre, mutilaciones y torturas de 8 integrantes de la
Comunidad de Paz de San José de Apartadó el 21 de febrero de 2005 y quien
permitió en la zona de su jurisdicción graves acciones de narcotraficantes, como
Mancuso y Jorge 40.
Al igual que en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, los maestros de las torturas
en el Batallón Patriotas en Colombia, son los torturadores del imperio y sus
lacayos educados en la escuela de asesinos de las Américas.
Con el cambio de torturador o "superior", Uribe pretende hacernos creer que se
soluciona el problema. La solución para este ejercito es desmontar la política
de la Seguridad Nacional impuesta por los Estados Unidos, desmontar el
paramilitarismo y en cambio instaurarse una política bolivariana, lejos del
contacto nocivo del descompuesto ejercito imperial.
Y la solución para Colombia es sacar esa corrupta oligarquía del poder y
comenzar la construcción de una nueva Colombia con los ideales de Bolívar como
guía.
Si torturan a sus propios compañeros, podrán imaginarse lo que sucede cuando
detienen a un colombiano del común y lo acusan de ser guerrillero?.
*Director de Radio Café Stéreo www.ajpl.nu/radio info@ajpl.nu