Latinoamérica
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La realidad, la izquierda y las elecciones
César Jerez
Agencia Prensa Rural
En los últimos meses el debate político en Colombia ha girado en torno a las
futuras elecciones parlamentarias y presidenciales. Los partidos tradicionales
oligárquicos encarnados en la figura de Uribe Vélez han logrado imponer la
reelección presidencial. Por su parte, la social-democracia y la "izquierda
democrática", como se ha autodenominado una coalición de aparatos electorales ,
en respuesta, ha centrado su accionar en el parlamentarismo y una campaña contra
la eventual reelección de Uribe.
Se habla del "momento político" para legitimar el juego electoral y de paso
desvirtuar la lucha de los movimientos guerrilleros, este discurso se argumenta
con el aparente viraje a la izquierda por la vía electoral en Latinoamérica. Con
la excepción de Venezuela y posiblemente de Bolivia, hasta el momento, el resto
de experiencias de la "izquierda" en el poder son el resultado de unos acuerdos
del régimen imperial y corrientes socialdemócratas que han representado una
desilusión para las masas populares de izquierda en varios países de la región.
La realidad política colombiana, desafortunadamente, difiere mucho del contexto
latinoamericano, caracterizada por la sistemática exclusión política, el
clientelismo , la sumisión incondicional a los dictámenes de Washington y la
violencia como forma de ejercer el poder, materializada en la guerra sucia y el
exterminio de los opositores políticos.
Si se tiene en cuenta este contexto negativo es por lo menos curioso que la
"izquierda democrática", después de miles de militantes de izquierda asesinados,
se empecine en buscar un espacio de inclusión política por la vía electoral en
medio de un ambiente político totalmente paramilitarizado y de un régimen
autoritaritario que institucionalizó la represión contra la izquierda en la
política de la "seguridad democrática".
La calentura electoral de la "izquierda democrática" en Colombia tendría una
explicación en los siguientes fenómenos: 1. un proceso de captación de sectores
progresistas por parte de la élite dominante, 2. la configuración de una red de
intereses individuales social-demócratas que se hace ver como una alternativa de
poder de la izquierda 3. Una profunda regresión política de la izquierda otrora
revolucionaria en las ciudades.
Independiente de cual pueda ser el fenómeno que enmarca la actual situación de
la "izquierda democrática", lo cierto es que esta se presenta como el proceso de
"unidad de la izquierda" que busca perdurar más allá del determinismo electoral
que la motiva, una aspiración que no es nueva y que concuerda con las periódicas
jornadas electorales.
Al margen de la política electoral, la izquierda sobreviviente a la guerra sucia
vigente se construye y reconstruye en un proceso permanente, evoluciona
lentamente y con muchas dificultades en asociaciones campesinas luchando por la
tierra y el poder popular, en luchas indígenas, en comités de cocaleros
fumigados, de mujeres empobrecidas, de comunidades negras organizadas, de
víctimas del terrorismo de estado, en sindicatos y también en guerrillas,
partidos clandestinos y movimientos bolivarianos que tienen como estrategia la
toma del poder. Este es el universo de la izquierda colombiana, diversa, con
diferentes niveles de formación y conciencia política, con diferente objetivos
estratégicos, una izquierda, por ahora. dividida.
No obstante la unidad llegará cuando las condiciones objetivas y subjetivas lo
permitan. Esta unidad depende de nosotros, de no perder el tiempo, de no
confundirse en las calenturas y los falsos análisis de la realidad, de volver a
la organización de la base, construyendo organización social a partir de un
proyecto político, poco a poco, con paciencia, sin apremios.
Al final esa izquierda se encontrará unida frente a dos escenarios posibles: La
insurrección popular y la construcción de un nuevo proyecto de sociedad o la
solución política al conflicto político, social y armado. En uno u otro
escenario la unidad de la izquierda será determinante para lograr la justicia
social, la dignidad humana de los colombianos y la paz.