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El Fracaso del Partido de "Masas" y su política de los "avances"
Koba
Praxis
Muchas transformaciones ha sufrido el Partido Comunista de Chile (PCCh) desde
el derrumbe de los denominados "socialismos reales", pero a pesar de esto
durante buena parte de tiempo mantuvo en alto las banderas del
marxismo-leninismo, a las que renunciaron casi todos sus ex aliados de la Unidad
Popular. El PCCh fue conducido a la exclusión y al aislamiento político, hasta
la conformación del pacto político-social del Juntos PODEMOS, que aparentemente
superó las diferencias históricas de una dispersa izquierda chilena, unificando
las fuerzas en una plataforma programática única. Por esto es a lo menos raro,
la posición del PCCh de apoyar la candidatura neoliberal de Michelle Bachelet, a
pesar de la posición mayoritaria de sus socios de anular el voto y pasar a
llevar, incluso los acuerdos estratégicos del PODEMOS.
Quizás la respuesta a esta situación anómala, la podemos advertir en algunas
decisiones que el PCCh ha tomado con respecto a políticas coyunturales, y por
cierto, en materias relacionadas con cuestiones de organización. Nuestro breve
análisis empezará precisamente con los cambios que han afectado a la estructura
y composición del Partido, por ser esta la dimensión teórica central de la
relación dialéctica entre la clase y su entrega ideológica, y obviamente su
aspecto práctico más relevante: la organización. Distintas resoluciones
partidarias, más específicamente de los últimos congresos han determinado
transformar al PCCh en un "partido de masas", es decir, que cualquier persona
puede integrarse al Partido, desechando la selección severa de sus integrantes y
abandonando la subordinación absoluta a la disciplina partidaria de éstos.
Si consideramos que el Partido, tiene que asumir el papel de vanguardia del
proletariado, le damos a éste una connotación irrenunciable con la clase obrera:
sin embargo, al ser un "partido de masas" se ha integrado al PCCh un importante
sector de la pequeña-burguesía nacional, lo que resulta peligroso para las
aspiraciones revolucionarias del proletariado y definitivamente dañino para la
actividad del Partido en su tarea: preparar la revolución.
De las notas del comunista italiano Antonio Gramsci sobre el Partido Socialista
Italiano (de cuyo sector internacionalista surgió el PC de Italia), se
desprenden varias lecciones, aplicables al caso del PCCh en la actualidad, por
lo tanto esta situación no es materia nueva de debate en el movimiento comunista
internacional. En el PS italiano se integraron sectores pequeño-burgueses, sin
un programa preciso y que no asociaban la idea del partido a la revolución, sino
que a la rebelión. Al no tener programa preciso y claro, estos sectores fueron
los que pactaron en Roma, con los fascistas, a quienes los partisanos comunistas
combatieron con las armas. Esto, en nuestro Partido se refleja en la intención
de algunos miembros del CC, de renunciar a la lucha por el socialismo y de
transformarse en un movimiento de centro-izquierda, con base política en el
reformismo. Estas ideas fueron vertidas por Lautaro Carmona y Juan Andrés Lagos,
respectivamente. Y si el PS de Italia, pactó con el fascismo, el CC del PCCh hoy
legitima, apoya y pacta con el neoliberalismo, que a nuestro pueblo sólo ha
traído miseria y desigualdad.
El apoyo del CC del PCCh al neoliberalismo, es producto de lo anterior, que hoy
la síntesis política responde a los intereses mezquinos de la pequeña-burguesía
intelectual de la dirección central, por sobre los de la clase proletaria. Sin
embargo no es el único ejemplo, ya que en el último tiempo se ha privilegiado la
política de valoración y celebración de cada cesión que el neoliberalismo haga a
la clase obrera chilena, a las cuales les llama "avances". Renuncia el Partido,
a su papel dirigente del proletariado, ya que renuncia a la movilización activa
de las masas: renuncia a su tarea histórica, de preparar la revolución. Este
cuestionamiento, esta afirmación de renuncia al papel revolucionario del PCCh,
la hacemos no sólo en base al apoyo a Bachelet, sino porque es la conclusión de
una cadena de valoraciones que las direcciones centrales realizan a la
Concertación : el CC de las JJCC han valorado profundamente el avance del
acuerdo CONFECH–MINEDUC, que supuestamente garantizará el acceso gratuito del
60% de la población a la Educación Superior. Lamentablemente, en la práctica de
ese 60% de la población no accede ni siquiera el 7% debido a otras razones: mala
calidad de la educación pública producto de la municipalización, entre otras.
Dicho acuerdo, dicho "avance" significará la muerte lenta y progresiva de las
Universidades Estatales, por el concepto de "aranceles de referencia". El CC de
las JJCC no hizo un estudio jurídico del acuerdo, y hoy hasta los decanos más
reaccionarios de la U. de Chile rechazan el acuerdo. También fue avance la
promulgación de los estatutos para dicha casa de estudios. El avance era lógico:
los estatutos del 2005 reemplazaban los estatutos de 1981 que llevaban la firma
del dictador. Solo por ese hecho, constituían avance. Sin embargo, los actuales
estatutos están basados en criterios de mercado y capitales, desligándose el
Estado de Chile de su responsabilidad con esta institución. Como anotación no
menor, cabe destacar que gran parte de estas medidas no contaban con el apoyo de
un importante número de militantes de base. Por lo tanto, reiteramos que el
apoyo a Bachelet y la esperanza de que la Concertación cederá más posibilidades
de "avances" para nuestro pueblo, es ilusorio después de 16 años de
profundización del neoliberalismo.
Se olvidan -incluso- de Lenin, que sostenía que el Partido debía siempre ir un
paso delante –y nada más que un paso- del resto de la clase proletaria y que a
pesar de las claudicaciones de la masa, debía siempre seguir el camino justo,
corriendo el riesgo de quedar aislado, momentáneamente. Después del 11 de
Diciembre, el camino justo era llamar a votar nulo, ya que a la clase le era
indiferente quien administrara esta fase neoliberal del modelo capitalista. Y el
CC del PCCh no lo siguió, sino que prefirió hipotecar el futuro de la alianza de
izquierda más exitosa desde el retorno de la democracia y el esfuerzo titánico
de millares de militantes que elevaron el discurso de la alternativa
antineoliberal por el largo y ancho de nuestro país.
La respuesta a la decisión del CC del PCCh no debe ser solamente el voto nulo el
15 de Enero, sino que esta debe ir acompañada de nuestra activa contribución a
la generación de una nueva política comunista, basada en la movilización de
masas, la inserción en los movimientos populares y el fortalecimiento de la
unidad del PODEMOS a través de todo Chile: eso lo lograremos, con un Partido
efectivamente dirigente del proletariado, y con un Partido que seleccione
estrictamente a sus miembros y órganos de dirección política, es decir, con la
reconstrucción de un Partido de Cuadros Revolucionarios, por lo tanto habrá que
eliminar todos los resabios oportunistas pequeño-burgueses que anidaron en la
organización "de masas". Koba