Latinoamérica
|
Nicaragua:
Promueven una ley de privatización encubierta del agua
Giorgio Trucchi
Rel-UITA
En una carrera contra el tiempo que deja muchas dudas y hasta sospechas, los diputados nicaragüenses aprobarán en los próximos días la Ley General de Aguas Nacionales. Organizaciones de la sociedad civil, reunidas en la Coalición de Organizaciones por el Derecho al Agua, desde hace varios años vienen debatiendo con las diferentes fuerzas políticas la aprobación de una ley que regule el delicado tema de las aguas nacionales y, sobre todo, impida cualquier tipo de privatización del vital fluido.
No es un secreto para nadie que el recurso hídrico está en las miras de las
grandes empresas nacionales e internacionales, las cuales ya lo están explotando
de manera desconsiderada bajo los pretextos de generar energía hidroeléctrica,
el riego extensivo en monocultivos para la exportación (es el caso, por ejemplo,
del Ingenio San Antonio, famoso para la producción de azúcar y ron, pero también
para la contaminación de las aguas que ha llevado a la muerte a miles de
trabajadores que sufren de Insuficiencia Renal Crónica) o simplemente para
vender agua purificada.
A esto se le agrega la complicada situación de la Empresa Nicaragüense de
Acueductos y Alcantarillado (ENACAL), cuyo director ha declarado el estado de
quiebra de la empresa y la imposibilidad de garantizar un servicio eficiente,
proponiendo, como solución, el aumento de casi el 50 por ciento de la tarifa.
Lastimosamente, la falta de suministro de agua en todo el país se ha vuelto algo
normal y ya no llaman la atención los continuos reclamos de la población frente
a esta dramática situación.
Después de casi dos años de silencio, y a escasas dos semanas de dejar sus
curúles, los diputados han acelerado la discusión y aprobación de la Ley General
de Aguas Nacionales, desatendiendo todas las propuestas y los aportes técnicos y
científicos de la sociedad civil.
La privatización encubierta
A pesar de las declaraciones del actual diputado y futuro Vicepresidente de la
República, Jaime Morales Carazo, quien aseguró que esta Ley va a ser un ejemplo
para toda Centroamérica y va a evitar cualquier tipo de privatización, la
Coalición de Organizaciones por el Derecho al Agua realizó una conferencia
de prensa sentando su posición frente a lo que consideran una burla y un
verdadero peligro para el futuro de los recursos hídricos del país.
En su pronunciamiento, la Coalición de Organizaciones por el Derecho al Agua
planteó que "El agua es un recurso natural, limitado, esencial para la vida de
las personas y el medio ambiente. El agua es un derecho universal irrenunciable
del cual todas las personas tenemos derecho a su acceso. En Nicaragua, a partir
de la aprobación de la Ley General de Aguas Nacionales, se corre el riesgo de
que miles de personas no tengan acceso a este vital líquido, por lo que
alertamos a la comunidad nacional e internacional sobre lo que ha venido
ocurriendo en el seno de la Asamblea Nacional.
En febrero de 2005, la AN aprobó en lo general la Ley General de Aguas
Nacionales. A través de esta norma jurídica se establecen las bases para que la
privatización del recurso de agua potable sea una realidad en Nicaragua, en
detrimento de la calidad de vida que nos merecemos los y las nicaragüenses.
Desde la elaboración de la primera propuesta de la Ley General de Aguas
Nacionales -elaborada por el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC)-,
las organizaciones de la sociedad civil, a través de un estudio de derecho
comparado, ha demostrado que esa ley es excluyente, le niega el derecho de
acceso a miles de personas y, a todas luces, establece el marco jurídico para la
privatización de los servicios de agua y saneamiento".
En su artículo más relevante (Art. 4), la nueva ley establece que "El
servicio de agua potable no será objeto de privatización alguna, directa o
indirecta, y será considerado siempre de carácter público. Su administración,
vigilancia y control estará bajo la responsabilidad y tutela del Estado a través
de las instituciones creadas para tales efectos o de las que se creen en el
futuro".
Las organizaciones de la sociedad civil habían propuesto una modificación muy
importante para que no sólo se garantizara la no privatización del servicio de
agua potable, sino también del recurso Agua y del servicio de
saneamiento, plasmando esta propuesta de la siguiente forma: "El agua y
su ciclo hidrológico como patrimonio nacional no serán objeto de privatización
alguna, directa o indirecta. El agua potable para uso doméstico, medicinal y
para acueductos, y los servicios o actividades relacionados con esos usos, como
el saneamiento, no serán entregados bajo figura ni forma alguna a la empresa
privada. Estos servicios son de carácter público bajo prestación exclusiva del
Estado o las Municipalidades. Su administración, vigilancia y control estará
bajo la responsabilidad y tutela del Estado a través de las instituciones
creadas para tales efectos".
Un debate abierto y transparente
Ante lo expuesto, las organizaciones de la Coalición de Organizaciones por el
Derecho al Agua están ahora demandando "la suspensión inmediata del proceso
de discusión y aprobación de la Ley General de Aguas Nacionales y abrir un
verdadero proceso de consulta con los diferentes actores de la Nación, para
concretar el derecho de acceso al agua potable y saneamiento, tal como lo
establece el Art. 102 de la Constitución Política de Nicaragua".
Piden, además, la participación directa de los ciudadanos en los órganos de
gestión del Recurso Hídrico, desde la Comarca, Barrio, el Municipio y los
órganos nacionales, para contribuir a la ejecución de la Ley y a la formulación
de políticas sobre el recurso y modificaciones legislativas, y de considerar los
planteamientos que han venido proponiendo organizaciones campesinas sobre el
acceso universal al agua, ya que ésta es una ley vista desde el sector urbano y
no del sector rural.
Según el jurista y miembro de la Coalición , Luis Gómez, "Lo que se pretende con
esta ley es que el agua entre a hacer parte del patrimonio económico de
cualquier persona natural o jurídica, incluso se puede transmitir por herencia y
por la vía contractual.
Al hacer parte del patrimonio puede ser permitido la entrega de este recurso en
garantía para obtener crédito y esto equivale a privatización. Esta medida
afecta el patrimonio de los nicaragüenses en por lo menos 400 millones de
córdobas (unos 22 millones de dólares) al año. Es indudablemente un gran
negocio.
Las grandes empresas extraen para el consumo agrícola más de mil millones de m³
anuales, mientras que la población no llega a consumir 100 millones de m³ al
año. El Estado no cobra nada a estos empresarios y hay una gran pérdida del
patrimonio nacional.
Nadie está diciendo que no se permita la inversión privada nacional o
internacional, pero con esta ley el ciclo industrial del agua se privatiza
igualmente, porque la extracción, la purificación y la potabilización pasaría a
manos privadas. Es decir que varias empresas pueden manejar distintas fases del
ciclo productivo del agua, a través de concesiones, permisos de explotación, uso
o aprovechamiento.
Al mismo tiempo, se excluye más gente del acceso al agua.
No se está garantizando el agua para la población rural, mientras que los
grandes productores o las compañías utilizan el agua de los recursos naturales
sin pagar nada. En la zona rural están dejando sin agua a la población, porque
dicen que estos recursos están en sus propiedades y los explotan como quieren.
Tienen el dominio sobre el agua y esta ley se lo va a permitir aún más".
La democracia en peligro
Denis Meléndez , responsable del Área de Incidencia del Centro de
Información y Servicios de Asesoría en Salud (Cisas), consideró que la
declaración del actual presidente de la Comisión Parlamentaria del Medio
Ambiente y Recursos Naturales y futuro Vicepresidente de la República, Jaime
Morales Carazo, "Es una puñalada artera a la población. En casi dos años mantuvo
engavetadas la Ley y nuestra iniciativa, y hoy, de manera secreta, porque no
quieren que a este tema se le dé publicidad, han traído nuevamente a discusión
la Ley y la población no ha sido informada adecuadamente.
Hemos presentado un estudio de derecho comparado para demostrarles a los
diputados que efectivamente estamos frente a un proceso de privatización del
agua.
Es cierto que en el Artículo 4 queda expreso que no se va a privatizar el
servicio de agua, pero sí el recurso como tal.
Nosotros pedimos que no se privaticen ni el recurso, ni el servicio. Hoy en día
en nuestro país, el litro de agua tiene un costo superior al litro de gasolina
súper. La extracción de agua no requiere de una alta tecnología como la del
petróleo, y ha habido un interés en mantener esta norma que permite la
privatización del recurso agua.
Queremos que haya justicia en relación con el derecho al acceso al agua.
¿Quién nos garantiza que los dueños de una industria textil, que van a pedir la
extracción de millones de metros cúbicos de agua, paguen por esta agua que
utilizan para su proceso industrial?
Con la privatización, el impacto indirecto contra la población y en su salud, va
a ser dramático. Vamos a sufrir un deterioro en la calidad de vida de la
población, porque el agua potable es necesaria para la vida de la gente. Es un
bien público que significa la vida de las personas.
Una vez que se haya aprobado la ley –terminó Meléndez–, nosotros estaríamos
demandando que el Presidente de la República la vete.
Si no la veta en el plazo establecido, que es de 15 días, el nuevo gobierno
estaría asumiendo en condiciones adversas, porque si no hay derecho de acceso al
agua estamos evaluando que la gobernabilidad está en peligro en Nicaragua.
Estamos alertando a las organizaciones amigas a nivel internacional para que
estén adecuadamente informadas de lo que ocurre en nuestro país".